Delimitado por las calles José Hernández, Lugones, Dr. Possio y Camino del Resero, el barrio Progreso se encuentra ubicado en el extremo oeste de la ciudad.
A contramano de lo que indica su nombre, históricamente este vecindario estuvo bastante postergado respecto a otros sectores de la ciudad. Aun cuando algunos servicios esenciales -como el agua corriente y las cloacas- están presentes en una gran parte de las casas del sector y el proyecto del Cuadrante Noroeste trajo algunos beneficios, se trata de un barrio que está creciendo y, en ese proceso, se incrementan las demandas.
Seguridad, mejoras en el alumbrado público, arreglo de calles, colocación de refugios en las paradas de colectivos y un programa de acceso a la vivienda son los temas más preocupantes para los residentes y fomentistas.
Seguridad
Uno de los temas centrales en este momento es el de la seguridad. La vicepresidenta de la Sociedad de Fomento, Ayelén Burgos, explica que hace no mucho tiempo quisieron ingresar a la sede de la entidad: “Fue un día antes de la fiesta que teníamos programada por el Día de la Madre, que de todas maneras se hizo y fue muy linda. Lo hicieron a las dos de la tarde y, obviamente, fueron mandados a hacer daño. Lograron entrar, pero gracias al aviso y la actuación de los vecinos, no pudieron romper ni llevarse nada”.
Es por ello que este tema hoy “es uno de los principales reclamos de los vecinos”, según lo que señala Vanesa Miranda, colaboradora de la institución fomentista. “No hay presencia policial -agrega-. Antes había, pero ahora no. Se necesita que anden más patrulleros. Sentimos que el Municipio nos tiene alejados. Lo único que hicieron en todo este tiempo es darnos un sticker para que denunciemos a la gente que usurpa lotes”.
Viviendas
A propósito de lotes, algunas semanas atrás en esta zona se dio una toma de terrenos que, además de generar un conflicto político y social, puso al descubierto una de las demandas de los vecinos: la necesidad de un programa de acceso a una casa propia.
“En nuestro barrio tenemos mucha gente que está viviendo en una construcción precaria o una pieza atrás de la casa de sus padres o familiares”, indica Miranda, para luego profundizar: “Para el Municipio es más fácil darles los materiales para que se construyan algo en el fondo de una casa, que hacer un programa de viviendas para que la gente, con un sueldo, pueda construirse su propio lugar. Así se hizo en el barrio que está entre San Jorge y Progreso. Eso podría hacerse para las personas que puedan costearse su vivienda”.
“Hay mucha gente que lo necesita, realmente”, agrega Burgos.
Otros temas
Asociado a la cuestión de la seguridad, los vecinos del barrio Progreso también reclaman mejoras en el alumbrado público. “Hay poca luz, sobre todo en Camino del Resero y en José Hernández”, describe Miranda.
Burgos puntualiza que cada vez que se corta la luz o se rompe alguna lámpara, desde la Sociedad de Fomento se hace el reclamo correspondiente: “Del mismo modo que lo hacemos cuando no recolectan las hojas y las ramas. Cortes de electricidad tenemos siempre, muchas veces hay luz en las casas y en las calles no, entonces quedan totalmente a oscuras”.
Otro punto de conflicto es el estado de las calles. Aquí es común observar cómo el agua desagota y anega algunas arterias, principalmente por Marrul, desde Progreso hacia el lado del barrio San Jorge.
“El agua siempre sale por ahí y se junta en las calles. Sobre esto también hacemos los reclamos”, explica Burgos. Y Miranda añade: “El único arreglo que hacen en las calles es ponerle un tambor blanco con una línea roja para que no se pueda pasar. Y ni hablemos del regador, que no pasa nunca”.
Finalmente, desde la Sociedad de Fomento remarcan que recibieron varios pedidos para que se hagan refugios en las paradas de colectivo para que la gente no tenga que esperar bajo la lluvia o al sol, sobre todo si se tiene en cuenta que se vienen épocas de altas temperaturas. Aseguran que este reclamo también ya se trasladó al Municipio.
La Sociedad de Fomento
Los integrantes de la Sociedad de Fomento de Progreso remarcan que hace un lustro que vienen trabajando por el barrio. “Arrancamos en 2016, cuando no había comisión, papeles ni nada”, explica Vanesa Miranda, que colabora desde entonces con la entidad: “Fue cuando se acercó Cristina Cavallo, que estaba en el área de Relaciones con la Comunidad, y armamos la comisión”.
Aun con dificultades, en este tiempo pudieron poner en valor la sede, que pintaron, arreglaron y equiparon con sillas, tablones y heladera, entre otras cosas.
Además, se organizan periódicamente torneos de fútbol para integrar a los chicos de este y otros barrios y se realizan año a año los festejos por el Día del Niño y de la Madre.
“Con la pandemia estuvimos haciendo un merendero, tuvimos un comedor y, cuando aumentaron los casos, repartimos la mercadería que nos daban. Siempre estamos haciendo algo”, concluye Miranda.
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