La crisis generada por la pandemia golpeó a la economía general, pero donde más se sintió fue en el rubro turístico de Junín, donde en poco más de un año se perdieron unos 40 puestos laborales, por el cierre de cuatro establecimientos hoteleros, y la capacidad se redujo un 50 por ciento.
Cabe recordar que, como anticipó Democracia en la edición de ayer, el último hotel en cesar la actividad fue el Piedramora, que tenía más de diez años en la Ciudad, que se sumó a la lista integrada por el Copahue, Azul y la Posada del Sol, en la Laguna de Gómez.
El presidente de la Cámara Hotelera y Gastronómica de nuestra ciudad, Juan Víctor Casella, reconoció a este diario que en la actualidad, además, los hoteles Embajador, Vovó y Victoria, “no están trabajando, pero no significa que hayan bajado las persianas”.
Esta situación “nos afecta como destino turístico. Con esos hoteles cerrados definitivamente y los que no están trabajando, tenemos un 50% de la plaza afectada. Nos quedó la mitad”, confirmó. Y agregó: “Somos una ciudad importante en la Región y quedamos muy reducidos”.
“Tenemos la esperanza de que los hoteles que se cerraron vuelvan a normalizarse con alguien que tenga ganas de hacerlo”.
Juan Víctor Casella.
Y advirtió que “se va a sentir con más fuerza cuando volvamos a la normalidad, y tengamos eventos deportivos importantes, congresos o reuniones empresariales. Ahí se va a notar”.
“Tenemos la esperanza de que los hoteles que se cerraron vuelvan a normalizarse con alguien que tenga ganas de hacerlo, ya que, además, se han perdido muchos empleos”, reconoció. Pero destacó que “hoy, un hotel con el 20 por ciento de ocupación no funciona. Llega un momento que se dice basta para no seguir perdiendo”.
“Todavía no alcanza”
Al respecto, el vicepresidente de la Cámara, Roberto de la Fuente, reconoció que, a pesar de las medidas aperturistas, “todavía no alcanza. Tenemos una presión impositiva muy alta y Junín nunca tuvo tarifas tan altas como Buenos Aires. Siempre fuimos con tarifas bastante módicas”.
“La situación sigue muy compleja: todavía se deben impuestos del primer año de la pandemia cuando no pudimos abrir y cuesta recuperarnos. Estamos todos iguales”, explicó.
“Están quedando pocos hoteles en Junín y ese es el gran problema como destino turístico, porque nos estamos quedando sin plazas”.
Roberto de la Fuente.
“Están quedando pocos hoteles en Junín y ese es el gran problema como destino turístico, porque nos estamos quedando sin plazas. La situación no está bien”, subrayó.
Sobre la actividad en las vacaciones de invierno, indicó que “hubo algo de movimiento. Si bien no es lo que fue en otras épocas de normalidad, se puede destacar la concurrencia en pandemia”.
Cerraron 2800 hoteles en el país
Roberto Amengual, titular de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT), reconoció que al sector le llevó "14 años generar 15.000 puestos de trabajo que se perdieron solamente en hotelería" y admitió no ser "optimista respecto sobre cuánto tiempo llevará volver a alcanzar el nivel de empleo formal".
"El turismo genera tres veces más empleo formal privado que el promedio de la industria: el porcentaje de formalidad en la hotelería es del 92%", destacó el dirigente en declaraciones radiales.
Explicó que "solo en 15 de 65 semanas superamos el 10% de ocupación en promedio en el país y para cubrir los costos un establecimiento hotelero necesita tener una ocupación del 45%, por lo que no hemos podido cubrir los gastos, acumulando deudas, sacando préstamos, agotando reservas".
Por su lado, la Federación de Empresarios Hoteleros y Gastronómicos (Fehgra) indicó que por la pandemia y las medidas sanitarias para evitar la propagación del virus, 2800 establecimientos hoteleros debieron cerrar sus puertas en poco más de un año.
Graciela Fresno, dirigente de esa federación, indicó que Torres de Manantiales es "uno de los conocidos, pero hay muchos que ni siquiera pueden cerrar, porque no tienen con qué hacer frente a esa decisión, y están a la espera de ver cómo salen de esta situación".
Si el rubro turístico fue el más castigado por la pandemia, Mar del Plata fue la ciudad donde más repercutió esa crisis, y donde se permitieron más fuentes de trabajo por el cierre de establecimientos.
A tal punto llegó la situación en la "Ciudad Feliz" que hace pocos meses cerró sus puertas el Sheraton y durante junio hubo una "rebelión" fiscal de los empresarios del rubro, que decidieron dejar de pagar impuestos para poder cubrir salarios.
Desde marzo del año pasado, más de un centenar de establecimientos hoteleros y gastronómicos cerraron sus puertas en Mar del Plata, una ciudad cuya industria turística es la base de su economía.
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