En el marco de la semana mundial de la lactancia materna, la Dra. Yamila Nazar (especialista en Pediatría y asesora en Lactancia); Lic. Itatí Tellería (psicóloga, psicopedagoga y puericultora) y Valentina Veschi (puericultora) afirmaron a Democracia que “la leche materna es lo mejor que puede recibir el recién nacido, no solo desde el punto de vista nutricional, sino también de lo afectivo”.
Se trata del equipo de especialistas de los Consultorios Trinidad de Junín, que se enfocan “en el acompañamiento a las familias desde la gestación y búsqueda del embarazo, nacimiento y el puerperio, que serían los primeros años de crianzas”.
“En el pecho materno se satisfacen las necesidades básicas de contacto, calor, intercambio y afecto. Necesidad de comunicación, seguridad y confianza. En la actualidad sabemos que excepto algún problema físico, condición médica o desajuste hormonal, las mujeres pueden amamantar”, afirmaron.
“Desde el momento en que se concreta el embarazo, el cuerpo se pone en funcionamiento para cuidar de ese bebé y gestionar todos sus requerimientos para darle lo mejor. Entre estos, está la leche materna, que va variando y modificando su composición para que ese bebé reciba todo lo que necesita, para que sea su única fuente de alimentación”, destacaron.
“Es por ello que la OMS, Organización Mundial de la Salud, recomienda lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad, y como alimento principal hasta el año de vida, sugiriendo continuar con la lactancia hasta los dos años o incluso más, siempre que ambas partes así lo deseen y se sientan a gusto”, explicaron.
La lactancia, “desde nuestra perspectiva, se rige bajo el lema: ‘Querer es poder‘”. Pero, como cada mujer es única, su querer y poder también. Cada una cuenta con su propia historia, sentimientos y experiencia personal, por eso su deseo y decisión también va a ser irrepetible e intransferible, teñido por su individualidad y subjetividad. Es decir, hay tantas opciones de lactancia como binomios mamás-bebés en el mundo”, subrayaron.
“Amamantar es una elección. Decisión de la mamá de asumir una demanda sin horarios, de sumergirse en el planeta bebé sin tiempos; es entrega de su cuerpo; es confianza en su capacidad de que lo está haciendo bien”, agregaron.
“Es seguir su intuición comandada por las señales de su hijo. Es escuchar, observar y empatizar con lo que el bebé necesita y quiere. Aquí y ahora. Con información y apoyo se puede lograr una lactancia exitosa, a medida de cada familia”, sostuvieron.
“¿Es fácil? No para todas, cada experiencia es distinta, incluso varía de una madre con su primer hijo y los subsiguientes”, informaron.
“Es por eso que, si querés dar la teta y nos estás leyendo, infórmate, asesórate, y rodeate de personas que puedan tenderte una mano en el proceso. Que no te juzguen, que sumen y transmitan positividad y seguridad”, subrayaron.
“Si no querés dar la teta, exigí respeto. Si no podés dar la teta, sabé qué hay muchas otras formas de vincularte. Siempre desde el afecto y la contención”, concluyeron.
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