Para no perder, un comercio debe facturar más de un millón y medio de pesos por mes
Un estudio realizado por dos consultoras locales estableció el punto de equilibrio en las ventas de los comercios de Junín. Hay diferencias a partir de los márgenes de ganancias y la ubicación de los negocios, ya que el alquiler es una variable clave. En promedio, los costos fijos casi que alcanzan los 350 mil pesos. Los sueldos más cargas sociales representan más de la mitad de los gastos.
Un estudio realizado en conjunto por las consultoras Pyme360 y Sumar Recursos Humanos estableció que un local comercial de Junín debe facturar más de un millón y medio de pesos por mes para no dar pérdidas.
En detalle, el trabajo desarrollado por los profesionales de estas empresas de asesoría, al que tuvo acceso Democracia, sostiene que, en promedio, es necesario tener ventas por $1.820.000 para que un negocio tipo alcance el punto de equilibrio. Para esto se tiene en cuenta los gastos de un emprendimiento comercial que incluye empleados, alquiler y pago de impuestos y servicios, entre otros ítems.
El cálculo tiene diferencias de acuerdo a las variables que se manejan, principalmente el alquiler, que es el punto que presenta diferencias en relación a la ubicación del local. Es por ello que ese punto de equilibrio es de casi $2 millones en el centro, mientras que en Avenida República es de $1,6 millones.
El estudio
El trabajo desarrollado por Pyme360 y Sumar Recursos Humanos busca responder una pregunta clave para el desarrollo comercial en Junín: ¿Cuánto necesita facturar un negocio tipo para enfrentar sus gastos y no perder?
Para eso se tomó como parámetro un “comercio tipo”, con dos empleados de dos años de antigüedad, en un local alquilado, de un tamaño de 4 por 15 metros en el centro y de 8 por 15 en otras zonas.
“También buscamos rubros promedio”, explica el titular de Pyme360, Abel Arostegui. Y agrega: “Así como a veces se hacen análisis sobre cuánto necesita una familia para vivir, este estudio sería un paralelismo a nivel empresarial”.
El resultado, entonces, es que la facturación de equilibrio por mes y con IVA incluido es, en promedio, de $1.820.000. “De ahí para arriba recién se empezaría a tener ganancias”, agrega Arostegui.
El estudio está diferenciado por zonas, porque una de las variables claves es el alquiler. También influyen los metros cuadrados de los locales, que suelen ser más reducidos en el centro que en otras zonas. A partir de este desagregado, se concluye que el punto de equilibrio en el Centro es de $1.920.000, al tiempo que es de $1.875.000 en la zona de Avenida Padre Respuela, lo mismo que en Avenida Benito de Miguel, de $1.770.000 en el Barrio Belgrano, y de $1.660.000 en Avenida República.
Gastos y márgenes
En la composición de gastos, el estudio revela que más de la mitad -en este comercio tipo- están relacionados con el personal. Los sueldos más las cargas sociales de dos vendedores de comercio de categoría B con dos años de antigüedad implican una erogación de casi $195 mil. “Para nosotros no es una novedad que el 56 por ciento de los gastos tengan que ver con este apartado”, afirma la especialista Susana Benedetti, titular de Sumar Recursos Humanos.
El resto de los costos se dividen en un 14,7% de Impuesto a los Ingresos Brutos, un 12% de alquiler, un 4,6% en la factura de energía eléctrica, un 3,3% de Impuesto a las Ganancias, un 2,9% de honorarios profesionales, un 2,2% de gastos bancarios (que incluye el Posnet), un 1,2% en comunicación (telefonía e internet), y un 3,2% en otros gastos.
En tanto, para el estudio se hizo un redondeo de márgenes de ganancias en un 30 por ciento, “que es un valor estándar”. Para ello, los consultores encuestaron a comerciantes de diferentes lugares y rubros: “Inclusive, dentro de un mismo negocio, a veces tienen una línea en la que ganan un 15% y otras un 50%, algo que también puede variar en diferentes momentos, porque hay estrategias variadas que se emplean: una semana hay promociones específicas, en otra hay descuentos con tarjetas de determinados bancos, en otra hay acciones publicitarias de las instituciones intermedias”. Es por ello que se llegó a ese redondeo.
Recursos humanos
“Hay variables que no son inelásticas, aun cuando pareciera que sí lo son. Con algunas de ellas se puede interactuar, un recurso puede ser más o menos potenciado”, señala Arostegui en referencia a los recursos humanos.
Sobre esto, Benedetti acota: “A partir de que los sueldos y cargas sociales tienen un peso tan importante en el total, lo bueno sería potenciar al recurso humano. Es decir, darle la importancia que tiene. Lo primero es detectar la necesidad, establecer si se precisa y qué es exactamente lo que se requiere. A partir de ahí, habría que hacer un proceso de selección adecuado, objetivo: a veces eso se desvirtúa, se toma al hijo de o al amigo de, que puede ser el mejor candidato, pero profesionalizar la búsqueda ayuda a no cometer errores”.
Los referentes de ambas consultoras sostienen que otro tema importante es “la inducción”, esto es, que la persona, cuando ingresa, tenga la capacitación necesaria para ser productiva lo más rápido posible. “Y después seguir con más formación, desarrollo, motivación, que son aspectos que no se suelen tener en cuenta -puntualiza Benedetti-, son aspectos que están incorporados en empresas grandes, en multinacionales, y es algo estratégico, mientras que en un negocio se suele ver como un gasto. Pero también hay que tener en cuenta que eso, que parece una erogación, finalmente permite potencial al empleado y termina siendo productivo”.
Arostegui, que es contador público, enfatiza que estos son gastos corrientes pero, en la gestión, uno también puede incurrir en gastos extraordinarios por cometer errores en este tipo de cosas. Y ejemplifica: “Uno selecciona una persona sin seguir estos procesos y ve que, pasados algunos meses, no realiza su tarea como una pretende, hoy por hoy, en el marco de la pandemia, están prohibido los despidos. Entonces, en un proceso que no fue realizado correctamente, que no tuvo una buena selección ni tuvo capacitación, esos errores terminan en gastos extraordinarios. No es ese un tema menor”.
No obstante, Benedetti advierte que hay “un cambio positivo en Junín en cuanto a la mentalidad y la importancia que se le empieza a dar a estas cosas”, algo que también observa en pequeños comercios y en pymes, “que están interesados en capacitaciones, viendo sus necesidades y cómo resolverlas”.