El 30 de junio de 1958 se publicó en el Boletín Oficial de la República Argentina, la reforma de los estatutos de la Unión Obrera Molinera de la República Argentina. Debido a la trascendencia que se le dio a esa reforma, los molineros de entonces eligieron ese día para establecerlo como Día del Trabajador Molinero.
Es una fecha con historia, la de la fundación de la Unión Obrera Molinera Argentina. En 1943, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, el coronel Juan Domingo Perón insta a a los trabajadores a constituir sindicatos fuertes, que garantizaran la solidaridad en toda la extensión del país.
En 1951, se fusionaron dos organizaciones, la Unión Obrera Molinera Argentina que agrupaba a los obreros de la industria, y la Sociedad de la Industria Molinera, que representaba a los empleados de la actividad y se formó la Unión Obrera Molinera Argentina, Sociedad Obreros y Empleados de la Industria Molinera y sus Anexos y/o dependencias directas.
El sector molinero es muy dinámico en la economía del país, que ha ido avanzando en tecnología e inversiones, para llegar a nuevos mercados, al mismo tiempo que se sostiene y crece en el ámbito local.
Para los trabajadores, la pandemia implicó un verdadero desafío debido a que fue necesario adaptarse a los nuevos cuidados y medidas de prevención. Como una industria vinculada a la alimentación, la tarea tuvo continuidad con los recaudos por parte de las firmas productoras para proteger a su personal.
Ser molinero es una labor noble, muchas veces transmitida de generación en generación, vinculada a los alimentos y a la incorporación de valor agregado en materias primas de nuestras tierras.
DÍA DEL TRABAJADOR MOLINERO
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