Baja la edad de los internados y de los fallecidos por Covid en Junín
Si se comparan los decesos de cada mes, el promedio de edad de las víctimas fatales de enero fue de 79 años y el de mayo, 70. En las UTI y las salas de cuidados intermedios locales también se observa un aumento en la cantidad de pacientes más jóvenes. El incremento en la movilidad y la vacunación en adultos mayores explicarían este escenario. Advierten que la hipertensión, la obesidad, la diabetes y otras patologías también influyen en esto.
En el reporte oficial que el municipio publicó el miércoles último se dio a conocer que ese día se cargaron en el sistema cuatro decesos por Covid de Junín, uno de ellos, de un hombre de 32 años. Lo sobresaliente del asunto es que se trata de la persona más joven que falleció por esta causa en nuestra ciudad desde el inicio de la pandemia.
Más allá de las particularidades del caso, esta muerte viene a poner en relieve lo que está sucediendo en esta segunda ola de contagios en Junín (aunque no es algo que suceda solo en el ámbito local), y es que está bajando la edad de los contagiados, los internados y los fallecidos por coronavirus.
En efecto, si se toma la media de todos los decesos, así como a mediados de febrero la edad promedio de las víctimas fatales del Covid era de poco más de 76 años, en la actualidad es de 74 años.
Y si se tiene en cuenta solo los fallecimientos de cada mes, el promedio de edad de enero fue de 79 años, mientras que el de mayo es de 70.
Este comportamiento que sucede con las defunciones, también se advierte en los contagios. Así lo ratificó, por ejemplo, Mauricio Leo, coordinador general del Sector Covid-19 del Hospital “Abraham Piñeyro”, quien esta semana señaló: “Lo que vemos es la presentación de cuadros más severos y que comprometen a pacientes de menor edad. El año pasado, en la primera ola, teníamos los casos más graves en los mayores de 60 años y ahora vemos que la franja etaria se ha desplazado al rango entre los 40 y los 60 años”.
Actualmente, casi la mitad de los internados en esa sala son menores de 60 años, cuando el año pasado los pacientes de ese rango etario eran muchos menos.
Lo mismo sucede en los sectores críticos. “El promedio de edad que estamos viendo en las UTI es de alrededor de 50 años, pero tenemos pacientes de 37 o 38 también”, señala el presidente del Círculo Médico, Gabriel Scattarello. Y agrega: “Uno va a la Terapia y el 60 o 70 por ciento de los pacientes son de menos de 60 años”.
Y esto también termina impactando en la ocupación de camas, porque los que son más jóvenes tienen más resistencia y las ocupan durante una mayor cantidad de días.
Hay otro dato que aporta Scattarello que es impactante: “Uno ve que, cada tres pacientes que entran en el respirador, dos fallecen. Eso es desolador”.
Los profesionales consultados por Democracia señalan que hay varias hipótesis que podrían explicar este fenómeno de la baja en la edad de infectados y fallecidos. Una podría ser que haya circulación de cepas diferentes a las que había el año pasado y que ataquen de manera más agresiva a gente más joven. Otra posibilidad es que, el hecho de haber vacunado a un porcentaje importante de los mayores de 60 años, haya derivado en estas consecuencias para los infectados de franjas etarias más bajas. El incremento en el movimiento general de la ciudad es otra variable que consideran los sanitaristas, habida cuenta de que se trata del grupo etario que sale a trabajar y continúa con sus actividades.
Una advertencia que hacen los médicos respecto a los contagiados menores de 60 años que tienen consecuencias graves es que, en la gran mayoría de los casos, tanto los que fallecen como los que deben recurrir a los cuidados intensivos, tienen comorbilidades. “En esos casos, suele predominar la hipertensión arterial, la diabetes o los problemas de obesidad, el sobrepeso ha sido un factor importante que hace más grave la infección”, explica el doctor Jorge Herce, director de Región Sanitaria III.
“La clave es la vacunación”
Scattarello analiza cómo se da este panorama. “La clave es la vacunación”, afirma, para luego profundizar: “Los más jóvenes corresponden al grupo etario que no está vacunado. Y eso se junta con que es la población económicamente activa, son los que están trabajando y siguen circulando. El año pasado estábamos mucho más encerrados, con home office, y ahora hay más circulación. Es una combinación. Y son también los que hacen más reuniones sociales, que es donde más se contagian”.
Asimismo, Scattarello considera que también hay que tener en cuenta que los jóvenes tienen respuestas inflamatorias mayores que los más grandes. “No estoy hablando de que se hincha algo -aclara- sino que la inflamación es la respuesta que hace el sistema de defensa ante un agente externo. En una persona joven, esa respuesta es mucho más agresiva y más enérgica que la de una persona más grande. Esto significa que se inflaman mucho más los pulmones en un joven que en un adulto mayor”.
En cuanto a la eventual influencia de la circulación de nuevas cepas, el presidente del Círculo Médico puntualiza que estas variaciones “son más contagiosas y más agresivas”.
“Un movimiento importantísimo”
En diálogo con Democracia, el doctor Mauricio Leo explica que “se advierte un desplazamiento en la franja etaria” de los contagiados: “En la primera ola se veían casos graves en mayores de 60 años, mientras que en este nuevo rebrote vemos que hay pacientes de entre 40 y 60 años que están haciendo presentaciones muy graves”.
En su análisis, Leo indica que los casos graves en pacientes menores de 60 generalmente tienen asociados hipertensión, sobrepeso o ambas patologías. “Como población de riesgo, están desarrollando formas más graves, que antes no las veíamos -agrega-, la obesidad no es tan tenida en cuenta y lo cierto es que es una enfermedad inflamatoria y el SARS-CoV-2 desencadena una respuesta inflamatoria que en estos pacientes es mucho más intensa”.
En las 26 camas de la sala que Leo coordina hace poco más de un mes, cuando reemplazó al infectólogo Fabián Rodríguez, se atendieron 106 pacientes en lo que va de mayo, “lo que significa un movimiento importantísimo”, advierte.
Y pone el acento en que el equipo de salud, a esta altura, está agotado: “Esta ola la estamos sintiendo más, tal vez por una cuestión acumulativa. Hay un desgaste enorme. Por ejemplo, la semana pasada una colega dio positivo y quedó aislada, y para nuestro equipo, una baja es muy importante porque tenemos que compensarnos entre nosotros. Es muy complicado”.
“Hay que reducir la cantidad de casos”
Por su parte, Herce observa que el tema central es “el enorme número de casos” que hay hoy en Junín.
Es que, si bien la letalidad (esto es, cuántos de los que se enferman terminan falleciendo) que hoy es de 2,28 % en la región, está en niveles más bajos que en otros momentos de la pandemia, lo cierto es que “cuando se contagian cien por día, como está sucediendo hoy, dos de ellos seguramente van a fallecer, y eso es lo que se está viendo”.
Y aun cuando la predominancia de las defunciones continúa estando en un rango etario que oscila en torno a los 70 años, se empiezan a ver con más asiduidad casos de gente de 50, de 40 e, incluso, treintañeros.
“Eso se debe al gran número de casos que hay y porque los mayores ya recibieron vacuna -ratifica Herce-, por lo tanto, la mejor forma de proteger a estos grupos más jóvenes es restringir la circulación hasta que puedan vacunarse. De ahí la importancia de las medidas que se tomaron, porque son medidas de cuidado”.
El titular de Región Sanitaria considera que la mortalidad empezó a disminuir, proporcionalmente, entre los adultos mayores por los efectos de la vacunación. “Los grupos de menor edad están muy afectados y es un colectivo que ya empezó a ser predominante -agrega-, y esto tiene que ver con una cuestión de movilidad, de realización de actividades, son los que más circulan. Que fallezcan dos de cada cien contagios es una cuestión estadística, por el nivel de letalidad que hay y la enorme cantidad de casos que tenemos. Esto es terrible porque estamos hablando de fallecidos. El hecho fundamental que hay que remarcar es que es la gran cantidad de contagios la que está produciendo tantos decesos”.
Por esto remarca que “hay que hacer todos los esfuerzos para reducir la cantidad de casos porque con lo que se está atravesando hoy, no hay forma de que haya camas disponibles”.
Herce coincide con que los que llegan a las UTI, al ser más jóvenes, tienen más resistencia, sobrellevan internaciones más prolongadas y suelen ocupar las camas por una mayor cantidad de días. “Insisto en que la centralidad del problema hay que ubicarla en el número de casos y todos los esfuerzos hay que ponerlos en reducir esa cifra, evitando los contagios a través del distanciamiento y la restricción de la circulación. No hay otra herramienta”, sentencia.
A propósito de restricciones, el viernes 21 de mayo se decretó el confinamiento estricto y desde entonces la cantidad de contagios no descienden en Junín, manteniéndose por encima de los cien casos diarios, llegando a un récord desde el inicio de la pandemia. En ese contexto, las autoridades sanitarias esperan que los resultados empiecen a verse la semana que está empezando. “Si no, habrá que ser más restrictivos todavía”, opina Herce. Y luego añade: “Las restricciones existen y, más allá de que se redujo la circulación, uno ve una movilidad importante, no es lo que sucedía el año pasado. Por eso es clave que se respeten estas medidas para ver si podemos bajar la curva, porque si no, no habrá forma de responder desde el sistema sanitario”.
Un sistema en el que sus trabajadores, después de catorce meses de circulación viral, están saturados: “Nos enfrentamos a una pandemia en la que el personal de salud lleva más de un año sin dejar de estar al frente de este desafío, sin vacaciones, con el cansancio que ello conlleva. Es un esfuerzo enorme que hay que tener en cuenta”.
Finalmente, y remarcando que la inoculación es la mejor herramienta para enfrentar este momento crítico, Herce concluye: “Se están enviando turnos, esta semana se va a aumentar el ritmo de vacunación y eso es muy alentador porque lo que tenemos que lograr es ganar tiempo y que la gente no se enferme para que todos puedan vacunarse”.