Malestar del campo por el cierre de la comercialización internacional de carnes.
MEDIDAS DE FUERZA

Descontento del sector ganadero por el cierre de la exportación de carne

Referentes del sector expresaron el malestar por la nueva medida que apunta a bajar el precio en el mostrador. Consideraron que generará falta de credibilidad con el mercado internacional y aumentarán el desempleo y la desinversión.

Luego de que el presidente Alberto Fernández justificara el cierre de las exportaciones de carne por un mes al considerar que hay "que poner en orden el mercado interno", el sector de producción ganadera expresó su rechazo en relación con la medida entendiendo que va generar desconfianza, desempleo y desinversión. En diálogo con Democracia, referentes del sector de nuestra región compartieron su lectura de la situación y coincidieron en que en 2006 la misma disposición fracasó y que no va a dar buenos resultados.

“Es impresionante la terquedad”
Gustavo Frederking, presidente de la Sociedad Rural de Junín, expresó con contundencia el descontento y, en diálogo con este diario, afirmó: “Hay que basarse en estadísticas y cosas que pasaron para sacar conclusiones. Esta misma medida ya fue un fracaso estrepitoso en el pasado, entonces es impresionante la terquedad que pueden llegar a tener. En su momento se liquidaron 3,7 millones de vacas, el stock ganadero bajó, se perdieron 15 mil puestos de trabajo y la ganadería pasó de valer 2,8 a 8 dólares ¿Para qué lo vuelven a hacer? Es increíble, es desviar la atención y no concentrarse en combatir la inflación con un plan integral, hay muchas cosas que aumentaron mucho más que la carne”.  

“Esto pasó también con el pan hace quince años, se hablaba con ese concepto de ‘la mesa de los argentinos’ y el pan no bajó. Jamás hablan de que la política baje sus gastos. Por el campo, el Gobierno este año va a recaudar un monto no menor y lo podrían usar para que la gente compre carne, para hacer subsidios”, dijo Frederking. Y añadió: “Muchos frigoríficos van a cerrar, con la pandemia mucha gente perdió el trabajo y con esto van a generar más pérdida de trabajo. Es poco serio para el mundo, abrimos y cerramos mercados, abrir el mercado no es fácil y de un día para el otro le decís ‘no te vendo más carne’ y del otro lado dicen ‘es poco serio, así no puedo seguir operando’”.
Frederking puntualizó: “El Gobierno toma medidas en contra de la producción, en vez de buscar que se produzca más, nos limita y la gente empieza a liquidar sus bienes. Con estas medidas el Estado también va a recaudar menos. Por donde lo mires es una mala medida y genera cortocircuito con el campo. Hay mucho descontento, enojo, bronca. Surgió la idea del paro porque el Gobierno no está cuidando al sector. La otra vez amenazó con cerrar las exportaciones de maíz, ahora viene por la ganadería. Hay enojo y malestar. Desde que asumió Alberto Fernández esto es lo que más enojó a los productores. El campo aporta mucho al país; no es un tema personal, si no hubiera retenciones el beneficio sería para Junín porque está claro que el productor invierte en maquinaria, en su ciudad, en su país, comprando alambre, sembradora, camionetas, eso es desarrollo, prosperidad y desarrollo”. 

“Buscan un enemigo para echarle la culpa”
En diálogo con Democracia, el consignatario de Hacienda Agustín Insaurralde también se refirió a la disposición del Gobierno y dijo que “va a ser más alto el costo que el beneficio de esta medida porque en vez de atenuar la inflación genera desinversión; esto ya pasó en 2006, cuando se cerró la exportación por diez años, solo trajo desempleo: cerraron más de cien frigoríficos y se generó la caída de más de doce millones de cabezas en el stock. Esta no es la solución, esto se soluciona con medidas claras y con inversión, lo resuelve ‘María’ en el mostrador cuando ve que está caro y no compra, la famosa oferta y demanda”. 
Consultado por el cese de comercialización y las medidas de fuerza que tomará el sector, Insaurralde señaló que “hay gente que está de acuerdo con las medidas de fuerza, gente que considera que son pocas y gente que las rechaza. Desde el Gobierno buscan un enemigo para echarle la culpa de los problemas y, con las medidas de fuerza, el campo pasa a ser ese enemigo y culpable. Pero es la forma de hacerse escuchar que tiene el sector”. 

En cuanto al impacto de la medida, el consignatario de Hacienda apuntó que “cuando se dio a conocer la noticia, en el mercado de Liniers hubo repercusión directa en la vaca, que es lo que se exporta a China: se habla de un treinta por ciento en la caída del precio. Eso no beneficia para nada al mostrador -porque la vaca no se consume acá- y perjudica la producción, porque en un establecimiento se saca la vaca de rechazo, es decir, la improductiva por vieja, enferma o no preñada y se deja la vaca en producción; con esa venta de la vaca de rechazo se vuelve a comprar vaca preñada para mantener el stock y, con estas medidas, no se puede reinvertir. Esto genera caída del stock, como ocurrió en 2006. Es completamente inverso: en un corto plazo puede tener caída de precios por sobreoferta de hacienda pero, a mediano plazo, es contraproducente porque al tener menos stock se vuelve a generar aumento de precios, y peor de lo que hay”. 
“Esto no es una charla de boliche, suponte que en treinta días deciden volver a abrir la exportación, en tal caso, ¿vas a llamar a tus compradores mundiales y les vas a decir ‘Che ya estoy de nuevo para vender’? Te echan al diablo, hay contratos firmados entre importadores y exportadores. Esto genera poca seriedad”, consideró.

“Tardamos años en asegurar el mercado y lo tiran por la borda”
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural de Chacabuco, Alberto Pasquini, dijo a este diario: “A corto plazo los precios se van a mantener pero a largo plazo el precio va a volar por las nubes; el problema que hay acá es la depreciación del peso, esto va en desmedro de la producción ganadera, de la industria cárnica: cierre de puestos de trabajo, cierre de frigoríficos. En 2006 teníamos un promedio de 58 millones de cabezas y perdimos 12 millones, se perdieron 15 mil puestos de trabajo, cerraron frigoríficos. Esta administración, este gobierno, necesita divisas y vamos a perder, en un mes, 250 millones de dólares, que serían muchas vacunas para el Covid”.

“Con esto dejamos de ser creíbles, perdemos todo el proceso, la certificación de la carne, tardamos años en asegurar ese mercado y lo tiran por la borda de un día para el otro, es un trabajo mancomunado, interviene el productor, el frigorífico, Senasa, el exportador. Dejan el juego abierto a nuestros vecinos Uruguay, Paraguay y Brasil, deja mal parada a la región, no es fácil conquistar de nuevo a los mercados de forma internacional”, dijo con énfasis Pasquini. Y añadió: “Tenemos diálogo abierto con el sector, hay reuniones de emergencia con Carbap para ver cómo vamos a seguir. Nosotros apoyamos la no comercialización hasta las 24 horas del jueves 28 de mayo”. 
Por otro lado, Pasquini resaltó que “siempre le pegan al productor, buscando un contendiente, entonces socavan a la producción, que es la que te va a salvar el día de mañana. Se están pegando un tiro en los pies. Quieren parar la inflación diciendo que el productor pone los precios y los precios no los ponemos nosotros, no hacemos números macroeconómicos ni generamos la inflación, nosotros no ponemos a funcionar la maquinita. Son ellos los que tienen que hacer políticas a largo plazo”. 

“Es una decisión ideológica, no económica”
Miguel Álvarez es ingeniero agrónomo y productor agropecuario del distrito de Lincoln. En diálogo con Democracia, destacó que “en Argentina, la producción de carne es un bien social con capital y riesgo privado, ese es el problema. Piensan que tenemos que producir carne a cualquier costo para darle de comer a la gente, este es un negocio como cualquiera: el ferretero abre si gana plata, lo mismo el de la tienda y el panadero, si van a fijar los precios y decir a quién se le vende y a quién no, el negocio se termina. Esta es una decisión ideológica, no es una discusión comercial o económica”.
“Del 100% de producción de carne en el país solo se exporta el 20%, ¿Ese 20% puede influir tanto en el precio? Entre el 75 y 80% de la exportación de carne va a China, se exporta la vaca de descarte, que cumplió su ciclo de producción, que ya no puede tener terneros, que está vacía, que tiene unos cuantos años, cuando se faena tiene poca carne, carne oscura porque es una vaca vieja y grasa amarilla. ¿Eso comemos los argentinos? No. A los chinos les sirve porque comen muy poca carne, estos cortes van sin hueso, cortados, los cortan en tiritas y los ponen en el wok, hacen como un Chop suey con mucha verdura y pocos pedacitos de carne. Pero no es algo que el argentino quiera consumir, estamos discutiendo por algo que no consumimos, que no queremos consumir y se lo estamos exportando a alguien que lo quiere comprar”, analizó Álvarez y agregó: “Hablemos del precio: ese animal que va a China cuesta 4 mil dólares, al dólar oficial serán $360, con IVA son $400 en mostrador. Es un corte que vale $400. ¿Eso es lo caro que estamos exportando?”   

Por otro lado, el ingeniero marcó que “la gente va a reducir inversiones, planteos ganaderos, lo que pasó en la anterior gestión kirchnerista, cuando se perdieron diez millones de cabezas, tardaremos ocho o diez años en recuperarlo si esto sigue. Perdemos credibilidad, los compradores van a ir a Paraguay, Uruguay, Brasil, dejan de confiar en Argentina, nos quedaremos con menos vacas y menos producción, eso termina en el aumento de la carne, de acá a dos o tres años. Esto ya pasó antes".

"Los precios de la carne los aumenta el Gobierno cuando genera inflación, aumentan la nafta y el gasoil cada diez días, aumentan los costos: repuestos, cubiertas, todo. Veo un panorama muy negro para la ganadería, cuando esto pasa dos o tres veces el productor decide reducir o dejar de producir, no invertir. No sé qué van a hacer los frigoríficos con los empleados, este mes capaz que les paguen el sueldo, el próximo no sé. Este es el Gobierno que dice defender a los trabajadores”, apuntó Álvarez, al tiempo que agregó: “Algunos productores planteaban que ‘si se cerró la exportación por un mes, no vendemos por un mes’, pero a veces no se puede. Porque si tenés un planteo pastoril, podés no vender una jaula por un mes, se achica la parcela y se aguanta, pero hay casos en los que no se los puede retener porque están comiendo comida cara y ya están listos, la cadena terminada. Es antieconómico también. Hoy la carne tiene el precio que tiene, además, porque hay poco engorde, pocos animales encerrados, la mitad de lo que se podría tener, porque los granos para engordar valen mucho más que el año pasado: la carne aumentó 100% y el maíz 300%. Es muy costoso producir”.
“De acá a muy poco tiempo la carne va a aumentar porque nadie va a querer engordar y cuando hay poca oferta la demanda tiene que pagar más. Lo pagaremos todos”, cerró.