Las nuevas restricciones por la Fase 2 en Junín complican la situación de los bares y restaurantes, que deben cerrar a las 19, con la posibilidad de extender el delivery hasta las 23. En este contexto, ayer hubo una reunión virtual de todos los asociados a la Cámara Hotelera Gastronómica local, para abordar la acuciante situación que atraviesa el sector.
En diálogo con Democracia, Juan Víctor Casella, presidente de la entidad, dijo que ya estaban preocupados por el aumento de los contagios, pero mantenían la esperanza de no bajar de fase, situación que finalmente ocurrió esta semana. “Sabíamos que pasar a la Fase 2 significaba cerrar, ya que a la gastronomía no le permiten atender dentro de sus salones y el cierre es a las 19. Por otra parte, con las bajas temperaturas es muy poca la gente que puede quedarse afuera, tomando y/o comiendo algo”, describió el entrevistado al referirse a la situación actual.
“Y esto pasa dentro de todo lo que veníamos arrastrando, ya que es el segundo año que tenemos pandemia. En 2020 hubo un cierre muy prolongado, un endeudamiento muy grande y ahora esto implica volver a cerrar, entonces para nuestra actividad es muy preocupante”, dijo.
Ayuda estatal
Consultado sobre si reciben ayuda en materia impositiva de la Nación, Provincia o Municipalidad, Casella respondió: “Desde el Gobierno nacional ofrecen el Repro II, aunque no lo ha logrado obtener mucha gente, son pocos los que lo tienen, de la Provincia no tenemos ayuda y del municipio hay microcréditos, que por estos días nos vamos a interiorizar y les comunicaremos a nuestros asociados”.
El dirigente afirmó que en este marco se necesita ayuda del Estado, porque los negocios del rubro están “prácticamente cerrados”.
Con respecto al personal, el entrevistado dijo que tratan de mantener las fuentes laborales, pero vaticinó que el sector afrontará dificultades por las restricciones. “Ahora vamos a volver a empezar a tener los mismos problemas que el año pasado: no poder pagar los servicios esenciales como luz y gas y hacer un esfuerzo para pagar los sueldos. Todo es una situación de gran incertidumbre. Con estas restricciones, tanto la gastronomía como la hotelería se ven altamente perjudicadas”, dijo.
“En cuanto a las tasas municipales, en la de Higiene tuvimos un descuento. Los negocios que estuvieron cerrados no pagaron esa tasa. Y los que estuvieron abiertos pagaron un porcentaje. Esperamos que se vuelva a repetir esto, porque siempre ayuda”, acotó.
“Es como haber cerrado del todo”
Alan Tossi, propietario de Matilda y Feeling Good, señaló ayer a Democracia: “La reunión fue para establecer entre nosotros objetivos y plantearle términos al intendente, para replantear esta fase, que a nosotros en realidad nos está matando. Cada uno expuso algunas ideas para llegar a alguna conclusión. Ahora vamos a armar un escrito, con una propuesta para flexibilizar un poco más esto porque a nosotros nos matan las medidas que tomaron”.
Y agregó: “Pensábamos que iban a reducir un poco el horario, pero no con medidas tan estrictas como por ejemplo que nos permitan solo mesas afuera. Cuando estamos casi entrando al invierno, cuando hay bajas temperaturas es imposible que la gente se siente afuera, porque además se pueden enfermar, hace frío y es molesto. Es como haber cerrado del todo y eso no lo esperábamos”.
Por su parte, Luciano San Miguel, propietario del local gastronómico La Esquina, ubicado en General Paz y España, dijo: “Intentamos buscar el camino para el lado del delivery o el take-away hasta la hora permitida, pero no camina. Si bien nosotros el servicio lo ofrecemos, la gente no utiliza ese medio, más allá de que no queda otra y hay que adaptarse a las nuevas reglas”.
Y añadió: “Notamos que las medidas que se están tomando son políticas y no sanitarias, porque la gente va a un bar del mismo modo que se puede juntar en una casa, se toman las distancias, se utiliza el alcohol. Todos los protocolos habidos y por haber los implementamos durante toda la pandemia”, manifestó.
Readaptarse
Locales gastronómicos se han ocupado de tener más espacio al aire libre a su disposición desde fines del año pasado, para poder tener más clientes. Es así que, en la vía pública, han ocupado aceras, calles y hasta plazas, poniendo sillas y mesas, adaptando estos espacios para dar la mayor comodidad posible a los clientes. Pero con la baja de las temperaturas, el tema se complica.
El año pasado, ante el aforo del 30 por ciento de ocupación, en los salones, el municipio permitió que se tomara parte del exterior, con cerramientos que se hacen sobre la calle. Eso le dio una mayor posibilidad al gastronómico, que al no poder en el interior lo hace afuera.
“Hoy el problema es la temperatura. En los lugares donde las veredas dan al sol es factible que se pueda trabajar al aire libre, pero donde hay sombra, las temperaturas son bajas y hace frío”, coincidieron los dueños consultados.
Hoteles
En lo que hace a hoteles, Juan Casella, que es hotelero, dijo que durante el verano trabajaron bien, pudieron recuperarse y empezar a pagar las deudas por tantos meses cerrados.
“En diciembre la situación empezó a normalizarse. El verano fue bueno para este sector, más de lo que realmente esperábamos. Habíamos empezado a recuperarnos, pero ahora, cuando empezaron las restricciones en otros lugares, empezó a mermar la ocupación y por estos días tenemos una muy baja ocupación”, manifestó el presidente de la Cámara Hotelera Gastronómica.
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