La pavimentación de la calle San Lorenzo era una necesidad extrema para el barrio, que fue cubierta en el último tiempo.
LA CELESTE: PIDEN OBRAS Y SERVICIOS

“Acá no se está haciendo nada”

Las principales demandas pasan por el mejoramiento del alumbrado público. También solicitan arreglos en las calles, recolección de ramas y mantenimiento general. Reclaman que se prometieron medidores sociales a más de cuarenta familias, pero nunca se instalaron. Proponen hacer una cancha de sóftbol para poner en valor un predio.

En el barrio La Celeste quieren que se les preste atención y que lleguen obras y servicios. De acuerdo con lo que explica el presidente de la sociedad de fomento, Ariel Tejedor, “como todos los barrios, acá no se está haciendo nada: no se acomodan las calles, no se corta el pasto, ni hay poda”. En la entidad barrial suponen que esto “podría ser por la pandemia”, pero, más allá de las causas, insisten en que “parece que está todo abandonado”.
Este panorama, en un barrio con tantas carencias como  este, se siente más aún. Los problemas con el alumbrado público, el estado de las calles y el mantenimiento general son algunas de las demandas más recurrentes.

Alumbrado
Uno de los reclamos centrales de los vecinos de La Celeste es el del alumbrado público. No es que falten luces, sino que no reparan ni cambian las que se queman o se rompen.
“Hace seis meses que retiraron una columna que estaba en mal estado en la calle Elías Cárpena y desde entonces está la cuadra sin luz. También faltan luminarias en San Lorenzo y Chile y algunas otras. Hay que arreglar o cambiar unas cuantas”, señala Tejedor.
El dirigente fomentista remarca que se hicieron “muchos reclamos desde hace varios meses, pero al barrio no llegan”.
Otro punto tiene que ver con la electricidad domiciliaria. Tejedor cuenta que los lugareños mantuvieron una reunión con las autoridades de Eden en la que “se acordó que a mucha gente que no tiene la documentación sobre su casa le iban a poner un medidor social con la presentación de un certificado de domicilio hecho en el Registro Civil”. Esos reclamos incluyen a más de cuarenta viviendas. “A esas familias les pidieron que se haga su pilar con su caño; la gente que vive acá es laburante y, con esfuerzo, lo hizo. El tema es que no pusieron los medidores”, se lamenta el dirigente barrial.

Las calles
En cuanto a las calles, “hace varios meses que no vienen a arreglarlas ni acomodarlas”, siendo que esta es una zona que, en los días de lluvia, se forman muchas cortadas.
“Tampoco hay mantenimiento, ni corte de pasto ni recolección de ramas. Los reclamos están hechos, pero no tenemos respuestas”, insiste Tejedor.
Y específicamente hay un inconveniente en Ángel María de Rosa, entre Betancourt e Intendente de la Sota, porque allí se forma un callejón muy estrecho: “Es una calle poblada de siempreverde, un árbol al que no se le caen las hojas, así que está continuamente muy cerrado, y ahora cuando los chicos van a la escuela todavía es de noche, así que son 80 metros muy peligrosos. Ahí hay una luminaria, pero se ve muy poco y entre las plantas se puede esconder cualquiera”.
Con la presencia de representantes de la sociedad de fomento, “se firmaron unos papeles en los cuales la Municipalidad se comprometía a sacar las plantas sin meterse en el terreno de la casa de la señora que vive ahí, algo que le daría menos peligrosidad a la calle; hace más de dos años que lo iban a hacer y sigue igual”.

Proyecto pendiente
Hace algunos meses hubo una protesta en un predio ubicado en Intendente de la Sota y Colombia, donde un grupo de gente reclamaba por el pago de unas viviendas que nunca se hicieron. Lo cierto es que, al parecer, esas personas perdieron todos los derechos sobre esas tierras.
“La Municipalidad me dijo que se podría usar ese lugar como un espacio recreativo para los chicos -relata Tejedor- y ahora salió un proyecto para darle un lugar a un equipo de sóftbol de Junín que está compitiendo a nivel provincial y no tiene un espacio propio. La idea es ver si ahí se puede hacer una cancha y pasamos la propuesta a la Municipalidad”.
El avance de la pandemia puso un freno a esta iniciativa, aunque desde la sociedad de fomento insisten en que los softbolistas están interesados en poner valor en el lugar para darle uso. “Es algo que le vendría muy bien al barrio y a todo Junín, porque cada vez que hay partido viajan varias familias y se quedan un fin de semana, entonces es un movimiento de gente para acá, con ingresos para la ciudad”, concluye Tejedor.

La sociedad de fomento
Desde hace mucho tiempo, en la sede de la sociedad de fomento funciona un ropero comunitario que abre una vez por semana.
“Ahí se observa cuánto necesita la gente porque cada vez van más”, explica el presidente de la sociedad de fomento, Ariel Tejedor. Y agrega: “Uno ve más necesidades, antes las personas iban, miraban un poco y se llevaban lo que podían, ahora piden porque necesitan zapatillas, ropa, frazadas, colchones y no tenemos para todos”.
Aun cuando la sede fomentista no se puede utilizar para cursos, talleres ni eventos, el ropero abre regularmente, todos los miércoles, de 15 a 17, en Intendente de la Sota 675.
“Gracias a Dios tenemos algunas donaciones, pero siempre hace falta más y todo es bienvenido, así que el que pueda dar algo nosotros lo vamos a buscar adonde sea sin problemas”, concluye Tejedor.