Pap y colposcopía son los estudios más importantes.
Pap y colposcopía son los estudios más importantes.
26 DE MARZO

Concientización: Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino

Se trata del tercer tumor más frecuente diagnosticado en mujeres en nuestro país, después del cáncer de mama y colorrectal.

La sociedad generalmente no tiene en cuenta la incidencia del cáncer de cuello de útero y muchas veces los controles preventivos son olvidados por las pacientes. De acuerdo con los datos del Observatorio Global del Cáncer, este es el tercer tumor más frecuente diagnosticado en mujeres en nuestro país, después del cáncer de mama y colorrectal.
“Según datos de Globacan, en el año el 2020 se diagnosticaron en la Argentina 4.600 casos de cáncer de cuello uterino y representa el tercer tumor más frecuente diagnosticado en mujeres en nuestro país, presentando una tasa de incidencia de 16.7 casos por 100.000 mujeres”, puntualiza la médica oncóloga Ana Mendaña del Instituto Alexander Fleming, quien agrega que “durante 2020 fallecieron en nuestro país 2.500 mujeres por este tipo de cáncer, que ocupa el quinto lugar, con una tasa de mortalidad de 8.7 por 100.000 mujeres”.
Estos números ubican a la Argentina entre los países con el rango de incidencia más alta. 
“En América Latina, compartimos la tasa con Perú y Venezuela. Chile, Brasil y Uruguay son los países con menor prevalencia. También es mayor el alcance local con respecto a Estados Unidos y gran parte de Europa”, detalla Medaña.

El rol del HPV
El origen de este tipo de cáncer reside en un crecimiento anormal de las células del cuello uterino causado por algunos tipos del Virus de Papiloma Humano, VPH o HPV. Bajo este nombre se engloba un grupo superior a 200 virus, de los cuales más de 40 se transmiten por contacto sexual directo. Entre ellos hay cerca de 12 que causan cánceres.
“Al tratarse de un virus de transmisión sexual se estima que 8 de cada 10 mujeres lo tendrá en algún momento de su vida. De ese total, un 5% generará malformaciones en las células que podrían convertirse en cáncer”, señala la Dra. Verónica Fabiano, ginecóloga del Fleming, quien aclara que “desde que se produce la lesión hasta que se desarrolla el cáncer pueden transcurrir entre 10 y 20 años. Por eso, es de suma importancia la consulta anual al profesional médico y la realización del PAP, que permite llegar a una detección precoz en este tipo de enfermedad”.

Los factores que inciden
El HPV se transmite por vía sexual. Con lo cual, tener múltiples parejas sexuales y sin método de barrera es uno de los causantes. Aunque es importante destacar que “la utilización del preservativo disminuye el contagio entre un 30 y un 60%. Es decir, la persona puede contraerlo aun con su uso. Sin dejar de lado que se trata del único método para evitar otras enfermedades de transmisión sexual, como el VIH”, aclara la doctora Fabiano.
Por otra parte, “las enfermedades inmunodepresoras, como el HIV/SIDA, son factores relacionados con un mayor riesgo de infectarse con VPH y desarrollar cáncer. Para evitarlo, al menos inicialmente, deben hacer las revisiones ginecológicas con una mayor frecuencia que las mujeres que no tienen infección por VIH. Se tienen que hacer una revisión ginecológica con citología cada 6 meses tras el diagnóstico de la infección por VIH y anualmente una vez obtenidos 2 resultados negativos”, indica el doctor Martín Loza, médico ginecólogo y mastólogo del IAF.
“Existen otros factores asociados al VPH que pueden aumentar el riesgo, por ejemplo, haber comenzado a tener relaciones sexuales a edad temprana, haber tenido múltiples parejas sexuales, fumar, la multiparidad y la utilización de anticonceptivos orales”, enfatiza la doctora Fabiano.
En cuanto al rango de edad de la aparición del cáncer de cuello uterino, el médico oncólogo del Fleming Gonzalo Giornelli señala que “se trata de una enfermedad rara antes de los 20 años. Sin embargo, afecta a mujeres jóvenes, con una edad promedio de 49 años”.
El Papanicolaou -PAP- y la colposcoía son los estudios que se requieren.
Generalmente, el cáncer de cérvix es asintomático en las etapas iniciales. Sin embargo, ante la aparición de algunos síntomas se recomienda una consulta al ginecólogo: dolor pelviano, dolor o sangrado durante o después de las relaciones sexuales, flujo vaginal anormal o sangrado vaginal inusual.

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