Finalmente, a partir de las 8 de hoy, dará comienzo el operativo de vacunación a docentes en Junín, a pocos días del comienzo oficial del nuevo ciclo lectivo, el próximo 1 de marzo.
El mismo tendrá lugar en la posta de la CGT Colón, con una primera partida de dosis de Sputnik V mientras se aguarda la llegada de otra partida esta semana.
Francina Sierra, secretaria de Suteba confirmó a Democracia que “hoy comienza la vacunación a docentes, auxiliares y policías con factor de riesgo, en la posta de Colón 114”.
A su vez indicó que “en esta semana van a estar llegando además las vacunas a la posta de Suteba. Esperamos estar vacunando pronto a la totalidad de ellos”.
En Junín, los agentes del Estado que deben ser vacunados, entre docentes, auxiliares y policías, suman 4500 personas, y hay 600 dosis, por lo que se espera que en el transcurso de las próximas semanas lleguen más.
Protocolos y cuidados
Si bien la fecha de inicio oficial de clases es el 1 de marzo para los niveles inicial y primario; y el 8 para el secundario, lo cierto es que la semana pasada comenzó la revinculación con alumnos que debían reforzar contenidos.
El presidente del Consejo Escolar de Junín, Marcelo Alsina, indicó que en esa semana se comenzó la distribución de los elementos de limpieza e higiene, insumos para todos los establecimientos educativos de la ciudad, como así también los termómetros y señalética.
“Las cooperadoras trabajan muy bien durante el año, casi en todas las escuelas tienen un buen funcionamiento y ayudan en todo lo que pueden, pero lo que respecta a los elementos de limpieza, alcohol en gel e insumos en este comienzo de año serán costeados por el Consejo Escolar, a través de un programa provincial”, declaró.
En lo que respecta a otros elementos del protocolo por la pandemia, Alsina indicó que tanto los “termómetros como la señalética están a cargo de Jefatura distrital y que ya están siendo entregados a cada escuela”.
Cabe recordar que en esta etapa no funcionarán los comedores escolares pero si se continuará con la entrega de módulos de alimentos a las familias.
Clases
En principio, según el protocolo, los alumnos volverán a las aulas en grupos de no más de quince, con tapabocas, distanciamiento de un metro y medio entre compañeros y de dos metros con los docentes y sin kioscos ni recreos clásicos.
Así -sin dudas- comenzará la “nueva presencialidad” educativa para los alumnos del nivel inicial y de primaria y secundaria de la Provincia.
“Las actividades presenciales serán en jornadas de cuatro horas como máximo, con grupos reducidos, y, por supuesto, también conforme a la situación epidemiológica”, explicó la directora de Escuelas, Agustina Vila. El ingreso y egreso de la escuela será en horarios alternados para los distintos grupos y habrá jornada de horarios reducidos para los estudiantes (3 horas y medio máximo).
“Las clases presenciales se organizarán en bloques de una duración máxima de 90 minutos, separados entre sí por un tiempo de descanso que dura 15 minutos. En ese lapso deberá realizar la higiene personal de estudiantes y docentes y la ventilación de los ambientes. En esta etapa, habrá un solo bloque de clases de hora y media, sin recreo”, explicaron en la Dirección de Escuelas.
Desde el mismo organismo precisaron que se combinarán jornadas dentro de las aulas con otras de forma remota, para evitar la concentración de personas en un sistema de 16 mil escuelas de nivel inicial, primaria y secundaria de gestión estatal y privada, con una matrícula de 4.200.000 alumnos
“Adoptamos el modelo de alternancia para las escuelas que por la cantidad de estudiantes que tienen, por el tamaño de las aulas o por falta de espacios alternativos no puedan dar clases presenciales diarias de 4 horas, de lunes a viernes”, apuntaron.
En los casos que las condiciones edilicias no lo permiten, se aclaró, se dividirá en grupos a los alumnos y la rotación presencial se hará en forma semanal. Cada grupo asistirá una semana a la escuela y, la siguiente, trabajará desde su casa.
Debate
El protocolo aprobado por la Provincia contempla la posibilidad de modificar este esquema en función del número de casos de Covid-19 que registre cada distrito o cada escuela. Y si bien existe un consenso en que los chicos necesitan volver a la clase presencial, la duda con lo que pueda ocurrir si la tan anunciada segunda ola llega es una cuestión que todos analizan con preguntas aún sin respuestas.
“Los grupos no deberían ser de quince sino de diez chicos”, opina la pedagoga platense María Lilia Merzdorf, para quien “sería un error volver a mechar las clases presenciales con las virtuales, porque eso dejaría rengos otra vez a miles de chicos. Nadie niega la tecnología en la escuela, desde ya, pero la virtualidad se debe incorporar curricularmente y no como parche para cumplir dejando a tantísimos alumnos fuera del sistema”.
Para Merzdorf, además, la pandemia no sólo vino a dejar en evidencia la desigualdad medular en todos los campos de la sociedad sino, sobre todo, en una institución como la escuela, cuya premisa crucial es la igualdad, por lo que la reflexión en la actualidad -según coinciden varios pedagogos- pasa por repensar los desafíos que supone proyectar un futuro cercano que pueda amalgamar la experiencia digital con rasgos de la idiosincrasia escolar.
“Las tecnologías de la educación han posibilitado la continuidad pedagógica durante el 2020 y constituyen una herramienta poderosa en los procesos educativos. Sin embargo, el negocio de las tecnologías se expandió vertiginosamente durante la pandemia acentuando los procesos de comercialización y mercantilización de la educación lo que pone en riesgo la soberanía pedagógica de cada uno de los países para definir los sentidos que orientan las acciones pedagógicas”, sostiene por su parte la pedagoga Myriam Feldfeber.
En retrospectiva, el docente e investigador Octavio Falconi considera que si bien hubo “una rápida adaptación a la virtualidad”, eso tuvo “consecuencias diferentes para los distintos sectores sociales. La situación de aislamiento social y tener clases en los hogares profundizó las desigualdades preexistentes en relación a las condiciones de vida, las dinámicas económicas de los hogares, la conectividad y la disponibilidad de dispositivos y recursos para conectarse. Eso fue muy desigual según las condiciones socioeconómicas de las familias, pero también de los docentes y de las escuelas que organizan esas interacciones virtuales”.
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