Ubicado a pocas cuadras del centro neurálgico y comercial de la ciudad, el barrio El Molino ofrece a sus residentes todos los servicios básicos, ya sea agua corriente, cloacas y gas natural, así como el asfalto y el alumbrado público.
No obstante, hay algunas cuestiones pendientes de ser solucionadas. Una de ellas tiene que ver con la inseguridad, ya que los lugareños observan que en las últimas semanas recrudecieron los problemas que tenían en otras épocas.
“Me preocupa mucho la seguridad”, afirma el presidente de la sociedad de fomento, Rubén Hunziker, para luego agregar: “Los móviles pasan eventualmente, pero no lo hacen como solían hacerlo. Probablemente están abocados a otros problemas, pero a la noche no anda nadie por acá. Tal vez, si se patrullara un poco más, no habría inconvenientes. Al barrio lo vemos desprotegido”.
Según su análisis, “algunos hechos se han producido” en este vecindario en el último tiempo. Sin ir más lejos, el dirigente fomentista relata que esta semana le rompieron la vidriera de un local que tiene delante de su casa.
En referencia a este tema, los vecinos de El Molino vienen pidiendo desde hace años la instalación de una cámara de videovigilancia en la calle Negreti, entre el Cementerio Central y la Escuela N°19.
Me preocupa mucho la seguridad. Los móviles pasan eventualmente, pero no lo hacen como solían hacerlo. Al barrio lo vemos desprotegido. Rubén Hunziker. Pte. sociedad de fomento.
“No se avanzó nada en eso”, se lamenta Hunziker. Y amplía: “Tenemos una cámara que está en Alberdi y enfoca hacia el molino, pero quisiéramos otra que apunte a la escuela, para que cubra toda esa zona. Uno ve que a la noche, a veces, hay jóvenes en los juegos; uno no quiere decirles nada porque tal vez lo tomen a mal, pero si anduviese la Policía, por ahí podrían ser ellos los que se hagan cargo de la situación”.
Alumbrado público
Asociado a la seguridad está el tema del alumbrado público que, de todas las prestaciones esenciales, es la única que ofrece algunos inconvenientes. Es que los lugareños advierten que las antiguas farolas alógenas que están instaladas aquí no iluminan lo suficiente y sobre esto ya se hicieron numerosos pedidos.
“En realidad, tenemos iluminación, pero seguimos con las luces amarillas que no alumbran prácticamente nada. Se cambiaron algunas luminarias en Javier Muñiz, donde sí se colocó tecnología led, pero en el interior del barrio seguimos con esos focos que son muy débiles”, resume el presidente de la sociedad de fomento.
E insiste en que esta “eso se ha solicitado varias veces al municipio”, sin respuestas satisfactorias hasta el momento. Aunque en la entidad barrial comprenden que “tal vez, por la pandemia, es otra la posición hoy en día, con más dificultades”.
Tránsito
En este barrio el tránsito siempre fue conflictivo, sobre todo por la gran cantidad de camiones que circulan por aquí.
“Al tener el molino en el medio de la ciudad hay mucho tránsito pesado. Deberían ingresar por Alberdi, pero varias veces no lo hacen”, comenta. El dirigente barrial también resalta que hay señalización en la Ruta 188 que indica cuáles son los accesos permitidos para estos vehículos de gran porte. “Tal vez haya mucha gente que no lo conozca, pero debería hacerse algo”, puntualiza.
Si bien suelen entrar vacíos, lo cierto es que “la mayoría son semis que complican la circulación vehicular y afectan al pavimento”. Y la cartelería que hay en las calles interiores del barrio no parece ser suficiente.
Mantenimiento
Finalmente, el mantenimiento general del sector también está en la mira de los fomentistas: “El barrio está sucio. Antes pasaban barriendo, pero ahora no los veo. Y después está la recolección de montículos, sé que ahora se va a hacer cargo Ashira de ese servicio, pero no lo hacen por acá, está lleno de ramas y se necesita mejorar”.
Para Hunziker, no solamente la Municipalidad es responsable por esta situación, sino que “el vecino también debería tratar de colaborar un poco, no se puede tirar y tirar, hay que buscar la forma de que no esté tan sucio el barrio”.
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