PANORAMA ECONÓMICO

Alertan por el problema de la falta de insumos para la industria juninense

Hay escasez de chapa, aluminio, hierro, acero, cemento y telas, entre otros productos. Las más perjudicadas son las pymes: según un informe de la CAME, el 71% tienen estas trabas. La brecha cambiaria y las dificultades originadas por la pandemia y la cuarentena son las principales causas de este escenario. Como consecuencia de esto, las pequeñas y medianas manufactureras tienen demoras en sus entregas.

Las complicaciones para conseguir insumos en las industrias pymes se agravaron en el último tiempo. Así lo advirtió esta semana la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) que, en un relevamiento realizado entre 278 pymes industriales, el 57% tiene actualmente dificultades para conseguir su insumo principal o directamente no consiguen, y si se suma a aquellas que no consiguen otros secundarios, el porcentaje de firmas en problemas crece a 71%.
“Lo que pensábamos que se daba en algún sector puntual finalmente se dio en casi todos en los que hay algún tipo de concentración de oferta de algún insumo”, señala el secretario de Prensa de la CAME, Pedro Cascales, en diálogo con Democracia.
Según su explicación, las causantes de este escenario son múltiples: “Por un lado, la brecha entre el dólar blue y el oficial, porque con esto, el que tiene la posición dominante en algún insumo especula y retiene la mercadería con la expectativa de un precio mayor; también se da un aumento en la demanda en determinados rubros; hubo una cantidad importante de industrias que estuvieron varios meses sin trabajar, con lo cual se consumieron los stocks; también hubo baches en las importaciones porque hay menos frecuencias de vuelos y de buques, sumado a algunas demoras o problemas en la generación de ciertas licencias de importación; así que es una combinación de factores”.
Y también está lo financiero, ya que se acortaron las formas de pago para los proveedores y se alargaron las de los clientes.
El estudio de CAME establece que hay problemas en la entrega de insumos en chapa, aluminio, hierro, polietileno, polipropileno, acero, cemento, tela, papel, plástico, cuero, lo que repercute en varias actividades: metalmecánica, petroquímica, artículos del hogar, construcción, indumentaria, juguetes, entre otras.
“Como son todas materias primas básicas, repercuten en toda la cadena”, afirma Casacales, para luego añadir que esto hace que sea un problema generalizado: “Estamos viendo que, en promedio, un 30% del personal no está yendo a trabajar, ya sea por temas de edad, de enfermedades o de familiares a cargo, con lo que las empresas tienen menos personal. A eso hay que agregarle la baja de productividad, porque en las fábricas hay que mantener distanciamiento, a veces hay que hacer turnos y rotación. Es una situación compleja que, en un momento en el que había un pequeño atisbo, no de recuperación pero sí de estabilizar una curva que venía en caída, empieza a empantanar la salida”.
En tal sentido, el también secretario de Industria de la CAME indica a Democracia que “las que están más afectadas son las pymes, porque las grandes empresas son productoras de materias primas o tienen la capacidad para importar directamente, pero la pyme generalmente depende de la compra del mercado doméstico, del proveedor nacional o de un importador”.
Tanto es así que, de acuerdo a las estimaciones de la Cámara, en el país cerraron unas 40 mil pymes y hay entre 20 y 40 mil más que están en una situación crítica, lo que puede traducirse en una afectación que puede ir de 600 mil a un millón de personas.

Un problema real
El empresario local Ricardo de la Fuente, propietario de la firma Indelplas, asevera que “es real” el problema de la escasez de insumos para las industrias. “No es que haya una actitud especulativa de la mayoría de los proveedores -explica-, lo que pasa es que Argentina viene de una cuarentena en la que las grandes empresas dejaron de fabricar. En el sector siderúrgico, Siderar y Acindar ya venían trabajando a media máquina y, cuando se levantó un poco la demanda, no dan a vasto para abastecer esa demanda. No olvidemos que venimos de un 2019 que fue muy recesivo y un 2018 que estuvo muy convulsionado. Con la caída en la venta de combustibles el sector petrolero dejó de refinar, por eso no quedaron los remanentes de los subproductos del petróleo, que son los que se utilizan para hacer la materia prima del plástico, con lo cual hoy Argentina está desabastecida”.
Por ello, se generó “una serie de desniveles y de desequilibrios en la demanda que han alterado las reglas de juego que había antes”.
En ese marco, De la Fuente observa que aun cuando a algunas industrias, como Indelplas, les está yendo mejor inclusive que el año pasado las dificultades en la provisión de insumos frena ese avance. “Si Acindar no fabrica alambres, no va a haber clavos, remaches y tornillos, porque la industria que fabrica esos insumos se abastece de Acindar”, grafica.
El industrial juninense también considera que “hay que liberar la importación de insumos de donde se pueda”. Y ejemplifica: “Nosotros fabricamos ventiladores, casi todos tienen carcasa de plástico y si no tengo esa materia prima, no puedo producir. Y si eso sucede, me quedo sin trabajo, lo mismo mis empleados y mis clientes se quedan sin insumos. Este año ya estoy demorado 30 días por la falta de insumos y por las consecuencias del Covid”.
Con todo, De la Fuente es optimista respecto al próximo año: “Creo que en 2021 hay empresas que van a tener una actividad importante. Venimos de tres años, por lo menos, de contención de la demanda. Lo que la gente necesitaba por diversos motivos no lo consumía. El Gobierno ha insuflado muchísimos billetes en el mercado, lo que va a generar demanda y actividad en algunos sectores. Por otro lado, algunos commodities, como la soja, están traccionando a favor y eso podría inyectar dinero al país, en esto tenemos que ver que no nos pase lo que ocurrió en otras oportunidades, cuando subieron los precios de los commodities y la Argentina no tuvo una buena cosecha, si la tuviésemos esta temporada y la que viene, no nos arreglamos como país pero, al menos, podría ayudar. Quiero ser positivo: hay posibilidades de que ciertos sectores de la economía se reactiven”.

Falta un 30%
El empresario Claudio Perkusic está, de alguna manera, de los dos lados del mostrador: por un lado tiene una metalúrgica, pero también tiene distribución de insumos y materia prima, como chapa, hierro y acero.
En ese contexto, advierte que, cuando empezó la pandemia, las grandes proveedoras metalúrgicas estuvieron paradas por casi tres meses, por lo tanto, los distribuidores debieron ir vendiendo gran parte del stock que tenían. Desde que retomaron la producción, la entrega no se está haciendo en la misma medida que va la demanda, por lo que hay faltantes y demoras.
“Hoy están entregando un 70% de lo que mandaban en épocas normales y, a su vez, la demanda subió un 30%, así que hay una diferencia que hace que falten materiales”, explica.
A eso hay que sumarle que, en ocasiones, aparecen contagios, por lo que tienen menos trabajadores y eso frena la producción. “Ahora, por ejemplo, Siderar fue incorporando gente, ya sumaron más de 450 empleados, pero no pueden lograr hacer tres turnos porque tienen muchas bajas”, puntualiza.
Perkusic comenta cómo esto, además de afectar la distribución, también lo hace en la metalúrgica: “A veces faltan algunas medidas, pero se van haciendo otros trabajos, nosotros no dependemos de una producción fija, como fabricamos varios artículos, mientras se espera la chapa que falta para determinado producto se van haciendo otros, y así vamos avanzando. No se para la producción, pero sí se atrasa un poco y eso es porque aumentó la demanda, porque nadie se quiere quedar con los pesos, y eso nos supera en la capacidad de producción que tenemos, que tiene un techo, y si quisiéramos fabricar más deberíamos tomar más gente, pero es un paso difícil de dar porque no sabemos si esto se va a mantener y, si se llega a frenar, no sabríamos qué hacer con el personal que se llegara a tomar. Es muy difícil porque este es un país en el que no se puede proyectar a largo plazo”.
En tal sentido, remarca que es muy dificultoso contar con el stock que tenían antes y este es un tema que genera complicaciones con los clientes, porque tienen que tener mercadería reservada para los que la compraron en acopio y las pagaron. “Por ahí nos dicen ‘me contaron que tenés chapas en el galpón’, pero la realidad es que están vendidas y tenemos que mantenerlas en el stock, porque si viene toda la gente que dejó la mercadería pagada, yo la tengo que tener para entregarla. No estamos especulando, estamos protegiendo al cliente que tiene el material pagado”, advierte.
Con todo, espera que en no mucho tiempo la situación tienda a normalizarse, ya que Acindar -el principal proveedor de hierros, perfilería y otros artículos- puso en marcha un segundo alto horno que tenía en desuso desde hacía dos años, por lo que se supone que va a mejorar la entrega a partir del mes próximo; y Siderar, otro proveedor grande, va a tener un mayor cupo de importación de mineral de hierro, con lo que se espera que a partir de enero también optimice la entrega.

Lo financiero
El informe de la CAME sostiene que, entre los insumos con faltantes, se encuentran polietileno, polipropileno, papel, insumos que utiliza Industrias Plásticas Martínez. Aunque su propietario, Alfredo Martínez, aclara a Democracia que no tuvo ningún inconveniente de abastecimiento.
“Hasta ahora no hemos tenido problemas, ni siquiera con las tintas. Nosotros tenemos proveedores de 20, 30 o 40 años, tal vez sea por eso”, explica.
En tanto, advierte que sí hubo afectación desde el punto de vista financiero: “Sí cambiaron los precios, como todo, y las condiciones de pago, ahora debemos abonar al contado. La situación es estresante, pero por la pandemia”.

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