None
RECORRIENDO LOS BARRIOS: NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

Un sector que muestra un gran crecimiento

Este vecindario refleja un gran desarrollo, con nuevos residentes, una importante extensión comercial e industrias instaladas. Los servicios están llegando, aunque faltan gas y asfalto. La avenida Benito de Miguel es una arteria muy peligrosa.

Hace algunos años, los vecinos de Nuestra Señora de la Merced eran los que vivían “del otro lado de la Ruta”, lo que significaba prácticamente una rareza.
Era un sector alejado de las luces del centro, con pocas viviendas habitadas, casas quintas, lotes baldíos, sembradíos, escasos servicios y algún negocio “de barrio”.
Sin embargo, poco a poco el vecindario fue creciendo y adquiriendo otra fisonomía.
El desarrollo urbano de la ciudad y la falta de espacio para nuevas construcciones en la zona céntrica tuvo como lógica consecuencia el desarrollo de los barrios periféricos que fueron recibiendo cada vez más vecinos.
En este contexto, La Merced fue uno de los que más progresó, con nuevos residentes, una importante extensión comercial y hasta la instalación de industrias.

Crecimiento

Limitado por Ramón Hernández, Soldado Argentino y su continuación, Miguel Lonegro,  Mariano Moreno y la Ruta Nacional Nº 7, Nuestra Señora de la Merced es un barrio de más de 80 manzanas que ha tenido en el último tiempo un notable desarrollo urbanístico, comercial e industrial.
Es que dado el crecimiento de la ciudad, muchos juninenses resolvieron vivir en barrios alejados -como La Merced-, lo que derivó en un notable aumento de los valores de los lotes e inmuebles de este sector. A simple vista, se advierte que hay muchas construcciones nuevas correspondientes a casas quinta y viviendas permanentes para residencia.
La derivación de este escenario fue la instalación de nuevos comercios y, por consiguiente, la fisonomía de este sector pasó a ser la de un barrio urbanizado.
Rubén Melo, propietario de una tradicional ferretería de la zona, agrega que “hay un sector industrial que está creciendo notablemente. Se apostó a la construcción de galpones de depósitos en lotes que eran baldíos y eso hace que se vaya poblando este sector y que aumente el movimiento”.

Servicios

María Luisa Parama, una vecina que lleva varios años viviendo en este sector, cuenta que en el último tiempo se ha avanzado mucho en cuanto a la provisión de los servicios básicos. “Se hicieron obras para el tendido de las redes de agua corriente y cloacas”, comenta y agradece a la sociedad de fomento por lo que se hizo, ya que fueron ellos los que hicieron las gestiones y algunos trabajos.
La llegada de los servicios es un factor que influye en la revalorización de los terrenos y las propiedades.
En tanto, en la sede fomentista se está llevando a cabo una obra muy importante de ampliación, en la que se anexará un gran salón de usos múltiples.
En cuanto al transporte público, muchos de los vecinos consultados afirmaron que se sienten “privilegiados” por contar con el servicio de la empresa de ómnibus perteneciente a José Luis Pepa -que une la ciudad con el Parque Natural Laguna de Gómez-, ya que, al estar en un sector alejado del centro, es una herramienta muy útil para movilizarse.
Melo, que años atrás presidió la sociedad de fomento, señala que “al transporte de Pepa siempre lo respaldamos porque fue el que nos salvó, para llevar a los chicos al colegio, para la gente que los necesita para ir a trabajar, siempre estuvo, y gracias a Dios todavía lo tenemos, porque es un buen servicio y con buena atención”.

Seguridad

En referencia a la inseguridad, los residentes de este sector consideran que es un barrio “tranquilo”, donde no se advierten mayores inconvenientes.
A modo de ejemplo, Melo dice que en su ferretería “lo que se vende está exhibido en la vereda y no se ven arrebatos o robos como en otros barrios. Sí sucede algún hecho como en todos lados, pero la zona es tranquila”.

Lo que falta

Las materias pendientes en esta parte de la ciudad pasan, principalmente, por la falta de red de gas natural -que se supone que se concretará cuando se haga la tercera planta depuradora- y el asfalto en la mayoría de sus calles. Algunos vecinos también se quejan por ciertos sectores que están “abandonados”, en donde no se corta el pasto, con las consecuencias que eso trae.
Además, la avenida Benito de Miguel es altamente transitada y los autos, en su gran mayoría, circulan muy rápido. A eso se suma que principalmente los fines de semana transita una gran cantidad de vehículos que van y vienen de la Laguna. Este escenario torna esta arteria muy peligrosa.
María Luisa Parama remarca que “hay muchos accidentes por Benito de Miguel porque pareciera que los autos andan corriendo carreras”.
Otro sector peligroso es el cruce de esta avenida con Ruta 7. Para Melo, la principal responsabilidad está en los conductores: “Las autoridades hicieron todo lo posible, el problema lo tenemos nosotros. El tránsito está superpoblado de vehículos, de motocicletas, y nosotros no tenemos conciencia como para cumplir las normas, pasa por la responsabilidad de cada uno”.

COMENTARIOS