Tras una larga oscuridad, acentuada por la incertidumbre de una pandemia hasta ahora sin vacuna ni tratamiento específico, parecen asomar en el campo de la economía algunos haces de luz.
Distintas actividades empezaron a moverse en la Región, con un crecimiento de la demanda que, según los casos, hasta genera desabastecimiento de determinados materiales y demora en las entregas.
El principal factor es que la gente no se puede ir a ningún lado de vacaciones y ese dinero lo destina a la vivienda. Marcelo Tapia. Eco Pisos
En líneas generales, los rubros que empezaron a agitarse son aquellos que giran en torno a ampliaciones, refacciones o reformas en los hogares, aunque también adquieren protagonismo dentro de la construcción, viviendas particulares a estrenar que están en la etapa de los detalles finales.
Tirar una pared para reformular un ambiente; cambiar los muebles de la cocina; tener la mesa con el juego de sillas que siempre se soñó; acomodar el televisor y otros equipos audiovisuales en un “rack”; picar el revestimiento del baño y sacar los viejos sanitarios para poner todo a nuevo; renovar los cortinados, los acolchados, los almohadones; retapizar sillones.
Esa tendencia en el consumo que se observa en la Región lleva al repunte de una buena parte de la actividad económica.
Se despliega así un extenso abanico de especialidades muy requeridas, como la albañilería, la carpintería, la decoración de interiores, y en el mercado de materiales e insumos crecen en ventas los corralones, las casas de cerámicos y sanitarios, las madereras, la industria textil y, como ya se dijo en las primeras semanas de la cuarentena, las pinturerías y ferreterías, que se mantienen en alza.
Desde la firma Eco Pisos, Marcelo Tapia afirmó: “Lo cierto es que en estos últimos meses nosotros nos vimos favorecidos por un montón de factores. El principal es que la gente no se puede ir a ningún lado de vacaciones y ese dinero lo destina a la vivienda”.
Cabe destacar que “en lo que va del mes, disminuyó bastante la venta. Quizás tenga que ver que todos salieron a hacer lo mismo y hubo desabastecimiento”, subrayó.
Por su parte, Ángel Muñoz, de la empresa Fortehouse afirmó: “Se generó mucho movimiento. La gente inicialmente con el grueso fue a comprar y con el tema de terminaciones también fuimos elegidos en Junín. Ya con la devaluación y la venta de dólares ya había un movimiento importante”.
La gente apuntó inicialmente a la ampliación de otra habitación, un piso más arriba, un baño más, o un lavadero. Ángel Muñoz. Fortehouse
“La gente apuntó inicialmente a la ampliación de otra habitación, un piso más arriba, un baño más, o un lavadero. Eso por un lado hace que se lleve materiales gruesos y también las terminaciones. Vemos que los contratistas de la ciudad están trabajando mucho y están bastante ocupados”, concluyó.
Por su parte, la decoración, puntualmente la fabricación y colocación de cortinas, vive una suerte de “veranito” al decir en las casas que se dedican a esa actividad.
Desde Bettini Black Out explicaron a este diario que “desde mayo a la fecha las ventas se duplicaron, lo que da a entender que la gente se está preparando para el verano. El sistema blackout lo que hace es protegerte de los rallos ultravioletas y del calor extremo. También, hace que el aire acondicionado rinda más”.
“Ahora estamos trabajando unas cortinas para exteriores que atajan también el calor y que se están instalando en galerías o en espacios recreativos”, concluyeron.
“El consumo empezó en mayo”
Fernando Magno, titular de la Asociación Pymes de la Construcción relata la línea de tiempo de un 2020 complicado. “El consumo en nuestro sector empezó en mayo, con las obras menores, que son esas que la gente realiza en su casa y a partir de ahí el crecimiento fue sostenido, lo mismo que las dificultades para conseguir los materiales”, cuenta el dirigente a la vez que detalla que lo que más escasea en estos días en el mercado de la construcción son “el cemento, el ladrillo, la cal y la pintura”.
Desde mayo a la fecha las ventas se duplicaron, lo que da a entender que la gente se está preparando para el verano. Bettini. Black Out
Magno también le atribuye la inclinación de las familias a las refacciones o reformas hogareñas al hecho de que los vecinos permanecieron más tiempo en casa y concretaron planes antes postergados, pero le agrega un factor determinado por la macro economía. “Se dio también la situación de la brecha cambiaria con el dólar y entonces quienes tienen algunos ahorros los vuelcan a mejoras en la casa. Y los inversionistas en obras más grande también compran ladrillos”, sintetiza.
Como una muestra de su diagnóstico, Magno resalta que se experimenta un “pico” de despacho de bolsa de cemento, no así con la venta a granel, que está relacionada con las grandes obras públicas, las cuales todavía no arrancaron. Según datos suministrados por la cámara de fabricantes de ese material, este mes creció el consumo un 13,6 por ciento en relación a igual período del año pasado. “Y eso es justamente, por el movimiento de la obra privada”, concluye el constructor.
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