Son muchas las preguntas y las reflexiones que propone la cercanía de fin de año y sin dudas en esta época atípica, inesperada para el mundo entero, el balance que podamos intentar para cerrar el año tal vez se convierta en un balance de la cuarentena, que fue lo que experimentamos en este 2020, todos de una manera muy singular.
Ha habido salidas a nivel personal o social más flexibles, es decir, hay quienes han podido hacer una salida creativa de esta situación y otros que se han paralizado, se han acrecentado las problemáticas sociales y, a nivel individual, las problemáticas psíquicas.
Pensando en aquello que conviene evaluar, en lo que conviene dejar pasar, en un año que para muchos es un año perdido, desde muchos ámbitos, lo importante será buscar lo mejor en nuestras propias experiencias y rescatar lo ganado.
Democracia consultó a la psicóloga Raquel Petraglia, quien se refirió a algunas cuestiones que nos deja un año atravesado por una crisis mundial, de la cual aún desconocemos muchas de las secuelas.
Respuestas ante la adversidad
La pandemia será parte de cualquier balance de fin de año y, según Petraglia, “a las consecuencias sociales e individuales que esto está ocasionando se suma que aún no sabemos qué secuelas dejará”.
La profesional habló de distintas respuestas ante la situación generada por la pandemia y la circunstancias en que atravesó a cada uno.
“Hubo diferentes reacciones según los criterios de cada país. Algunos han asumido responsabilidades ante su gente, otros han negado la importancia de la magnitud de esta tragedia, con una actitud cegadora, omnipotente, irresponsable”, destacó en líneas generales.
“Se ha perdido mucho la tranquilidad, la posibilidad de la presencia, del contacto corporal y ello incluso más allá de los problemas económicos que ha acarreado, a veces situaciones dramáticas”, refirió.
Sobre las respuestas, Petraglia explicó: “Ha habido salidas a nivel personal o social más flexibles, es decir, hay quienes han podido hacer una salida creativa de esta situación y otros que se han paralizado, se han acrecentado las problemáticas sociales, y a nivel individual las problemáticas psíquicas”.
En esa línea, destacó que hubo quienes pudieron “sobrevivir”.
“Los que se han podido adaptar a una situación, flexibilizarse frente a esta tremenda amenaza, ante las restricciones y que pudieron salir de alguna manera y buscar sobrevivir esta crisis de una manera creativa”.
Muchos han podido “revertir la parálisis que produjo esta situación inesperada y han podido salir como un intento de supervivencia física y psíquica ante esta amenaza de muerte que nos atraviesa a todos”.
Mayores dificultades
No obstante, a muchos, según la profesional, “les acrecentó dificultades existentes” y la transición y el camino al bienestar o la recuperación requerirá de un trabajo mayor.
“Hemos visto gente que ha salido muy perjudicada, se han acrecentado o se han creado situaciones de riesgo psíquico, patologías previas o nuevos síntomas”, explica la profesional y destaca situación como depresión, angustias de desamparo, sensaciones del aislamiento.
“Diría que ante una situación inevitable y el tener que afrontarlo, la enseñanza que nos puede dejar es la de cuidarnos más, pero se han perdido muchas vidas, empleo, producción, estabilidad, se ha instaurado una amenaza que nos hace ver la vulnerabilidad de este mundo ante situaciones devastadoras”.
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