Más allá de que los números no tienen la gravedad del año pasado, las dos últimas mediciones oficiales muestran un crecimiento en el índice de inflación. En efecto, con 2,7% de aumento en agosto y 2,8% en septiembre, los precios están mostrando alzas mayores que los meses anteriores.
Más allá de que la pandemia trajo aparejada una fuerte contracción de la economía, lo cierto es que nunca dejaron de remarcarse los precios. Y esos ajustes son aún mayores en el rubro alimenticio. Los números del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec) expresan que, en el ítem “Alimentos y bebidas no alcohólicas”, el salto en agosto y septiembre (los dos últimos meses medidos) fue de 3,5% y 3% respectivamente. Es decir, algunas décimas más que el índice general. Y así como en el acumulado del año el índice de Precios al Consumidor (IPC) sufrió un incremento del 22,3%, en los alimentos esa suba fue del 26,6%.
Inclusive, en el desagregado, se advierte que los tres meses anteriores (el período mayo - junio - julio) tuvo, en promedio, aumentos del 1% en los productos comestibles, lo que muestra el salto que dio ese rubro en el último bimestre.
Con todo, más allá de los números oficiales, en los supermercados y comercios de Junín se observa que la inflación no da tregua. Sobre todo en la mercancía de verdulería, en la que, en estos dos meses, se vieron incrementos extremos, llegando a un 100% o más de alza en productos como el tomate o la mandarina, y otras subas también abruptas de entre el 40% y el 60% en el limón, naranja, papa, batata o brócoli, entre otros.
Medición propia
Hace tiempo que Democracia viene realizando un relevamiento de algunos alimentos en los supermercados de Junín y lo que se observa es que, en efecto, la inflación en ese rubro es importante. En esta ocasión se comparó el comportamiento de los precios en los últimos dos meses.
La metodología de este trabajo que se realiza en tiendas locales de grandes superficies consiste en tomar la misma lista de productos alimenticios básicos para hacer el comparativo mensual. Se trata de una nómina que incluye artículos de marcas conocidas, de manera que sea más factible que estén presentes, en general, en las góndolas de todas las tiendas registradas.
Aceite, arroz en distintas presentaciones, fideos secos tirabuzón, polenta, puré de tomates, yerba, azúcar, galletitas, bizcochitos, leche, manteca y yogurt fueron los alimentos verificados, como así también cortes de carne, frutas y verduras.
El criterio que se estableció para la comparación fue el de promediar las diferencias del mismo producto en todas las tiendas.
Frutas y verduras
Por sus características, el de las frutas y las verduras es el rubro, dentro de los alimentos, más difícil de medir, porque las variaciones de precios no solamente están atadas a cuestiones estacionales, sino que las condiciones climáticas suelen influir fuertemente en los precios.
No obstante, en los últimos dos meses se vieron fuertes aumentos en varios de estos productos. El más marcado es el de los tomates, ya que los peritas hoy se consiguen a precios de entre $250 y $290 el kilo, con subas de hasta el 150% respecto a agosto. Y el redondo, que para el Indec está a $114 y tuvo una variación del 53% en dos meses, en Junín oscila de $200 a $260, con incrementos en torno al 100%.
Otro producto que dio un salto muy grande fue la mandarina, tal vez influenciado en que se está terminando su época. Hoy está alrededor de $125 o $130, lo que también implica un alza de un 100% aproximadamente.
El limón, que para el Indec cuesta $53,40 y subió un 23% en dos meses, en Junín está en el orden de los $90 y aumentó un 60% en el mismo período. La naranja es otro cítrico medido por el organismo estadístico nacional, que estipula un valor de $46,40 el kilo y un alza del 12% en dos meses. Aquí, en tanto, se puede encontrar tanto a $50 como a $100 y el incremento, en algunos casos, está por encima del 45%.
Los tubérculos también tuvieron ajustes importantes. En la medición del Indec la batata alcanzó los $63,14 con poco más del 24% de aumento en dos meses, aunque en Junín se consigue a $80 o $90 y el salto en el bimestre fue del 50%. El mismo porcentaje que subió la papa, que en nuestra ciudad va de $65 a $80, aunque el Indec fijo la tasa en $36,68 y ponderó un alza de apenas 1% en los últimos 60 días.
Otros incrementos en las verduras: el brócoli, que se consigue a alrededor de $250 tuvo un aumento de más del 40%; la zanahoria, que sale unos $80 a $100 subió un 25%, el pimiento verde está entre 130 y 250 con una variación del 30% y el rojo ($298 a $399) con alzas del 20%; y la cebolla, que cuesta unos $80 o $90, se ajustó un 10%.
Volviendo a las frutas, la pera todavía se consigue entre $70 y $100, y trepó alrededor de un 10%, la banana está entre $85 y $120 y subió alrededor del 5% (para el Indec aumentó 5,2%), un porcentaje similar al incremento que tuvo el kiwi, que sale unos $380 a $400, mientras que la manzana roja se consigue a distintos precios, desde $100 a $180, pero no tuvo variaciones significativas.
La berenjena, el zapallo anco, la lechuga criolla y la francesa, así como la remolacha, tampoco tuvieron grandes cambios en los precios.
Carnes
En esta oportunidad, se volvieron a comparar los precios de diferentes cortes de carne en los últimos dos meses.
La variación más fuerte se dio en el vacío, que cuesta entre $490 y $560 el kilo y tuvo un aumento en torno al 15%.
Además, se observó un alza del 7,5% en la tapa de nalga (cuesta entre $380 y $465), del 7% en las carnes para milanesa como cuadrada y bola de lomo (salen entre $430 y $475), y de un 5% en la picada especial (de $375 a $420).
En general, los cortes de carne que mide el Indec tuvieron subas, en estos dos meses, de entre el 4% y 5%.
Alimentos
Entre los alimentos relevados en las góndolas de los supermercados, el aceite es uno de los que más aumentó. Se trata de una variación de un 30% en las marcas importantes, bastante más que el 2,4 que estableció el Indec. En el caso de este producto hay que señalar, por un lado, la proliferación de segundas marcas que empujaron a un lugar mínimo en las góndolas a las más conocidas. Además, el faltante que suele haber en determinados momentos.
La yerba es otro artículo que tuvo fuertes subas. En el relevamiento se toman las de marca Taragüí, Playadito y Nobleza Gaucha y, en promedio, se advierten saltos de hasta un 20%, mientras que el organismo estadístico oficial cuenta un alza del 4% en el mismo período.
El yogurt también tuvo aumentos mayores a los del Indec. Mientras en Junín se observa que la variación es del 8%, el índice oficial lo marca en 3,6%. Algo similar a lo que ocurre con los fideos: mientras que los tirabuzones se incrementaron un 6% en Junín, para el Indec el salto en la categoría “Fideos secos tipo guisero” fue apenas del 1,4%.
Las galletitas de agua también aumentaron en Junín más que las cifras oficiales. El pack x 3 Criollitas cuestan $82 (subió un 5%), y el pack x 5 de Traviata sale entre $113 y $134 (trepó un 3%), al tiempo que el Indec consigna que en el último bimestre deberían haber bajado un 1,6%.
El arroz, en todas las presentaciones evaluadas, saltó en promedio un 4%, similar al 3,4% que establece el Indec para el mismo período. Y el azúcar tuvo un alza del 2%, distinto a la baja del 0,4% que midió el organismo estadístico.
En referencia a otros productos que no son medidos por el Indec, la polenta tuvo subas en torno al 5% en estos dos meses en Junín y el puré de tomate varió un 3%.
En cuanto a otros productos de heladera, el organismo estadístico señala que la leche en sachet se incrementó apenas en un 0,1% y, aquí, la marca La Serenísima está un 2% más arriba, un comportamiento similar a las segundas marcas. Y la manteca, que aumentó un 3% para el Indec, en Junín varió un 3,5%.
Dispersión de precios
El relevamiento hecho por Democracia confirmó lo que viene mostrando en los anteriores: que sigue existiendo una gran dispersión de precios en Junín.
De acuerdo a su definición clásica, se habla de dispersión de precios “cuando en un mismo mercado las empresas venden simultáneamente un mismo producto a distinto precio”.
Es cierto que un mismo artículo ofrecido en bocas de expendio distintas se transforma, de alguna manera, en un producto diferenciado puesto que en el contexto de su comercialización incorpora características del establecimiento que lo ofrece: localización, servicios, publicidad y demás. Sin embargo, no se puede hablar de un lugar que sea caro de por sí u otro que sea más económico. Una revisión sobre los productos analizados muestra que una tienda puede tener el aceite más barato y la yerba más cara, otra puede presentar los fideos con el valor más bajo y el azúcar con el costo más alto, inclusive una misma puede tener algunas marcas de arroz entre las más elevadas y otras entre las más económicas.
Esto se ve claramente en que, por ejemplo, en los fideos tirabuzón Lucchetti de 500 gr, que se los puede adquirir a $37,99 en un súper y $56,77 en otro. Es decir que hay una diferencia de casi el 50% en el mismo producto.
Y hay más ejemplos. La yerba Taragüí de medio kilo está a $143,10 en un supermercado y a $194 en otro (35,5% de diferencia); lo mencionado con las galletitas Traviata en su pack x 5, que se encuentran a $134,61 en un lugar y a $113,24 en otro (20%); o los bizcochitos Don Satur, que pasan de $41,80 en una tienda a $48,10 en otra (15%).
Esto también se advierte en la carne, aunque ahí se podría argumentar que tiene que ver con la calidad.
No obstante, hay espinazo a $80 y a $160 (100% de diferencia), hay roast beef a $336 y a $450 (34%), hay chiquizuela a $189 y a $249 (31%), hay palomita a $377 y a $460 (22%), hay paleta a $390 y a $455 (17%), y hay vacío a $490 y a $560 (15%).
Algo similar ocurre en las verdulerías.
Se venden manzanas por $100 y por $189 (un 89% de diferencia), lechuga capuchina por $59 y por $100 (69%), ananás por $100 y por $149 (49%), tomates redondos por $200 y $260 (30%), o berenjenas por $149 y por $189 (27%).
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