Juan Pablo Novo, profesor de Educación Física y licenciado en Nutrición, fue consultado por Democracia sobre la importancia de la actividad física y la nutrición, en niños, adolescentes y adultos.
El licenciado hizo un trabajo muy interesante que en parte fue replicado en una video-conferencia para docentes por el canal YouTube de EF y Deportes, y también en Instagram, sobre obesidad y sedentarismo, dos males que están afectando a la población, no necesariamente por la cuarentena, sino desde antes, por los malos hábitos instalados en la sociedad.
En diálogo con Democracia, Novo habló de lo que se denomina NEAT (non-exercise activity thermogenesys o Termogénesis de la actividad sin ejercicio), que conforma el gasto energético total diario (GETD) en el metabolismo de un individuo, tan importante a la hora de entrenar.
Aclaró que el gasto energético por el ejercicio se logra, por ejemplo, al participar en un programa de entrenamiento, sistemático y con el objeto de mejorar capacidades (fuerza, resistencia, flexibilidad) y/o parámetros de composición corporal (disminuir masa grasa y/o aumentar la masa muscular).
Pero, además, todo movimiento suma.
“Dentro del NEAT se incluyen todo tipo de actividades físicas, definidas como cualquier tipo de movimiento que requiera un gasto de energía adicional, que no esté programado y sistematizado. Entre los cuales se pueden enumerar:
1) Movilizarse caminando al trabajo, hablar por teléfono mientras recorro mi hogar.
2) Actividades de jardinería.
3) Limpieza del hogar.
4) Subir y bajar escaleras.
5) Juegos que impliquen movimiento.
6) Bailar.
6000 pasos por día
“Es útil usar un contador de pasos para monitorear parte del NEAT – dijo Novo - , el objetivo es sumar semana a semana (la cantidad de pasos es relativo a las personas, la OMS propone 6000 pasos por día, esa puede ser una buena dosis o insuficiente según el sujeto). Un bajo nivel de NEAT está asociado con el desarrollo de la obesidad, se esta estudiando sobre cómo esta variable podría incidir en el tratamiento, aunque faltan más investigaciones a futuro”.
El especialista destacó que el estar activo retrasa los procesos de dinapenia (pérdida de fuerza muscular) y mejora la salud en general.
“Importante dejar claro que estas actividades físicas de baja intensidad deben ‘sumarse’ al programa de entrenamiento y de ninguna manera reemplazarlo”, apuntó, para luego dejar un mensaje muy especial: “Si entrenás 1 hora por día y después te la pasás sentado, sos un sedentario que entrena”.
Obesidad
El licenciado Juan Pablo Novo habló sobre obesidad y reduccionismos: “Cuando la culpa la tiene el otro ‘por falta de voluntad".
“Hace unos días, por recomendación de un alumno, vi un documental denominado Fed Up, que relata el impacto de la industria alimentaria en el desarrollo de diferentes enfermedades, fundamentalmente en la obesidad. Ver relatos de niños angustiados, frustrados, transmitiendo el acoso por vivir en una sociedad "gordofóbica" es desgarrador”, apuntó.
“¿Qué conclusiones podemos sacar a partir del relato y mi experiencia como agente de salud?”, se preguntó, para luego determinar que:
- La obesidad es una enfermedad multifactorial, caracterizada por el aumento del tejido adiposo y agravada por la distribución de este. La alimentación, la actividad física, el ejercicio, el entorno y la genética se interrelacionan entre sí. Es simplista y poco profesional atribuirlo a "no hace nada de ejercicio".
- La industria alimentaria solo quiere " hacer negocios", no le interesa la salud de las personas, y mucho menos de los niños. Expenden y publicitan alimentos con alto contenido de azúcares, grasas, sales y todo tipo de conservantes.
- El sector dirigencial muchas veces es financiado por la industria alimentaria, por lo que son condescendientes dejándolos hacer y deshacer a su antojo.
Respuestas
“¿Qué podemos hacer al respecto?”: es la inquietud que plantea Novo y aquí están las respuestas, algunas pueden llevarse a cabo en estos tiempos de pandemia, y otras, cuando se retome la normalidad:
- Reemplazar los alimentos industriales y empaquetados por comida real (más frutas, verduras, granos, cereales).
- Crear espacios de cocina en familia, recuperando platos autóctonos y disfrutarlos.
- Fomentar la actividad física en casa y en la vida cotidiana (jardinería, transportarse caminando o en bici, pasear mascotas).
- Incentivar la participación en programas de ejercicios físicos que les guste a los niños y niñas y que los disfruten, desde una práctica deportiva de equipo o individual, danzas, juegos.
- Trabajar en espacios compartidos como clubes, grupos de amigos y familiares, instituciones escolares, para mejorar la oferta alimentaria que se les da a los niños y niñas.
- La lucha la libra cada uno desde su lugar, pero pensando en equipo. Tomemos al "toro por las astas" y trabajemos para revertir la situación, pero lo más importante es entender que son personas con obesidad y no obesos.
COMENTARIOS