En el barrio Municipal 144 Viviendas, la cuarentena también generó cambios en la cotidianidad.
“Al principio fue duro porque veníamos de un determinado ritmo de vida y tuvimos que acostumbrarnos a nuevos horarios, el uso de tapabocas, la limpieza de manos, el ingreso de a poco en los negocios, eso se notó en el barrio, con las calles muy quietas, la plaza vacía, sin nadie después de las 17, y ahora está como retomando un poco la actividad, aunque se nota que circula menos gente”, resume el presidente de la sociedad de fomento, Jorge Bonardi.
Sin embargo, más allá de la nueva normalidad del sector, lo que no se modificó fue la lista de demandas pendientes entre los residentes de este sector. Entre los pedidos más urgentes, el cordón cuneta y el recambio de luminarias aparecen como prioridad.
Las calles
Delimitado por la avenida Pastor Bauman, Niñas de Ayohuma, pasaje Noir y Del Valle Iberlucea, el Municipal 144 Viviendas es un pequeño vecindario que comprende seis manzanas: una ocupada por la plaza 27 de Febrero y cinco de uso residencial.
A partir del proyecto del Cuadrante Noroeste se colocó el cordón cuneta en las calles Niñas de Ayohuma, Carlos Gardel, Del Valle Iberlucea y Camino del Resero, que son las arterias que conectan Pastor Bauman con la zona del barrio El Progreso. Pero las paralelas a Bauman, que son Rusahil, Calp y Noir, siguen siendo de tierra.
Las calles se ponen intransitables con las lluvias. Lo que más se necesita, y no nos vamos a cansar de pedir hasta lograrlo, es el cordón cuneta. Jorge Bonardi. Pte. sociedad de fomento.
Eso generó algunos inconvenientes, como explica Bonardi: “Cuando se hizo esa obra quedaron las calles en desnivel y las que son de tierra se ponen intransitables con las lluvias. Lo que más se necesita, y no nos vamos a cansar de pedir hasta lograrlo, es el cordón cuneta”.
A esto se le agrega el hecho de que las calles no se reparan correctamente cuando las deterioran las precipitaciones. “Las dos últimas veces que vinieron las máquinas no trabajaron en el barrio completo, hicieron la mitad. Lo reclamamos y quedó ahí. Cuando pase esta lluvia volveremos a pedir las máquinas y esperamos que esta vez lo hagan todo”, señala el presidente de la sociedad de fomento.
Alumbrado público
Otro punto sobre el que los residentes ponen el acento es el del alumbrado público, ya que el que hay es insuficiente y, además, las luces tienen poca potencia.
Bonardi explica que se elevó un expediente en el mes de enero en el que se solicitó “las luminarias que faltan en determinadas esquinas y refuerzos de algunas calles”. Hace poco más de dos meses recibieron una respuesta: “Nos contestaron hace un par de meses que, por la pandemia, no se va a hacer ninguna actividad de este tipo. Esperemos que cuando pase todo esto, podamos lograr un poco más de iluminación”.
Tránsito
El tránsito es un asunto que genera cierta inquietud en los lugareños.
“Lamentablemente, tuvimos un accidente fatal hace pocos días cuando a una moto se le cruzó un perro y se cayó”, recuerda Bonardi, aunque destaca que no hay siniestros entre vehículos.
“Sí pediríamos a la gente que trate de circular a menor velocidad, porque hay chicos jugando en la vereda y es peligroso”, agrega.
Seguridad
Finalmente, el presidente de la sociedad de fomento hace referencia al tema de la inseguridad en el sector. En tal sentido, explica que los pri-meros días de la cuarentena se produjeron “algunos problemas”, con episodios menores pero que pusieron en alerta a los vecinos. Entonces, hubo un encuentro con autoridades municipales y policiales y, a partir de ese diálogo, se le dio solución a este inconveniente.
“Ahora no es que no pasa nada, estamos como en todos lados, pero nada fuera de lo normal”, asevera Bonardi. Y puntualiza que se necesita más recorridos de los móviles policiales en el barrio: “Nosotros fuimos a conversar con el anterior jefe de la Policía Local, con lo que logramos algo más. Pero ahora vamos a volver a hablar con el nuevo jefe porque lo que necesitaríamos es un poco más de presencia policial”.
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