Guillermo Sacarni brinda esmerada atención a los clientes.
CARNICERÍA EL RUSITO

Guillermo Sacarni, desde muy joven aprendió el oficio y nunca lo dejó

A los 13 años, el joven carnicero ya trabajaba en el oficio: primero por necesidad y después por gusto. Hoy a los 34 años, a pesar del constante trabajo diario que significa tener una carnicería, le gusta esta actividad laboral y atiende con dedicación a una nutrida clientela.

En el Día del Carnicero, Guillermo Sacarni, un carnicero de 34 años y 20 que está en el oficio, desde hace cuatro años decidió instalar su propia carnicería. Y le llamó Carnicería El Rusito, en recuerdo a un tío muy querido por él.
Así desde las instalaciones ubicadas en Saavedra 327, vende cortes de carne vacuna, cerdos, pollos, productos elaborados a una nutrida clientela, que siempre lo acompañó, incluso desde los inicios de la pandemia, cuando la gente le costaba salir a comprar.
“Las ventas no se han caído, al contrario como la gente estaba más en la casa, cocina más y compraD carne para elaborar. Laboralmente, a los comerciantes del rubro carnicería no nos ha ido mal. Estamos trabajando, nunca frenamos”, dijo Guillermo.
“El oficio lo fue aprendiendo desde los 13 años, en una carnicería por un tema de necesidad y a partir de ahí, durante 20 años, siempre fue carnicero”, manifestó.


“La carnicería viene de familia, yo arranco en este oficio con un vecino, y como me gusta este oficio lo aprendí”, apuntó.
“Desde hace cuatro años tengo mi propia carnicería, antes estaba trabajando en relación de dependencia. Siempre trabajo con ganas y hoy lo hago a gusto, a pesar de que a veces es medio cansador por las horas que uno lleva adentro de un negocio. Son 12 horas de trabajo diario, de lunes a lunes”, dijo.
Respecto a los precios, Guillermo señaló que la carne vacuna prácticamente no aumentó en el último tiempo, en cambio la de cerdo sí, lo mismo que el pollo. “El precio del cerdo aumentó un 50 por ciento y el pollo también, está 130 pesos el kilo”, dijo.