Es posible que el hecho de que su padre estuviese a cargo de la Biblioteca Jurídica de Tribunales haya influido en Hugo Vaninetti para que se dedicara a una actividad demasiado poco frecuente allá en los primeros años de este siglo: la investigación en temas vinculados al Derecho Informático.
Y así fue como lo que nació a partir de una investigación para su tesina de fin de carrera derivó, al día de hoy, en la producción de cien artículos y la publicación de tres libros, más otros tres en coautoría.
Recientemente se editó el primero de los tres volúmenes de su última obra: “Derecho a la intimidad en la era digital”.
Abogado
Aun cuando su profesora de Derecho en la secundaria María Esther Monasterio de Repetti le decía que debía ser abogado y el test vocacional marcaba claramente una inclinación hacia las ciencias sociales, cuando terminó su escolaridad Vaninetti se fue a La Plata a hacer la carrera de Agronomía. A los pocos meses ya se había dado cuenta de que había elegido el camino equivocado y regresó a Junín para, luego, inscribirse en Derecho. “Escuché mi voz interior y seguí lo que era mi vocación: lo que a mí me apasiona es lo humanístico y lo que tiene que ver con la Justicia”, afirma.
Cuando yo empecé, era como un grito en el desierto. Hugo Vaninetti. Abogado. Investigador.
Me halaga que mis trabajos sean citados en sentencias. Hugo Vaninetti. Abogado. Investigador.
Cursó un tiempo en La Plata y luego se pasó al Centro Universitario Regional Junín.
Se recibió junto con su hermano, Gustavo, y ambos hicieron sus primeros pasos en la profesión en el estudio jurídico del Dr. Osvaldo Lamelza. Un año y medio más tarde, los hermanos abrieron su propio escritorio, cuya principal actividad tiene que ver con Derecho de Familia y sucesiones.
“Mi hermano lleva más que nada el peso del estudio y por eso yo puedo profundizar más en otras de mis pasiones, que es la investigación”, explica Hugo.
Investigación
Apasionado por la lectura y por la tecnología, unió ambas aficiones y pudo dedicarse a la investigación en el Derecho vinculado al mundo digital.
“El Derecho Informático roza muchas otras áreas, todavía se está discutiendo si va a ser una rama autónoma, es algo que se viene desarrollando mucho”, explica Vaninetti.
Su tesina fue publicada en una revista jurídica y finalmente derivó en su primer libro. “Yo veía que, a través de determinadas prácticas en Internet, todos volcábamos consciente e inconscientemente información valiosa en la red, como nuestra orientación sexual, creencias religiosas o ideología, hasta fotografías y muchos aspectos de nuestra intimidad. Esto fue en 2003, aún no estaba Facebook y recién se estaban desarrollando los buscadores. Todavía no era todo lo que se potenció después”.
Así arrancó su camino. Sus investigaciones fueron publicadas como artículos en revistas especializadas y en editoriales de renombre, como La Ley y El Derecho.
“Empecé a ver cómo mis trabajos comenzaron a aparecer en sentencias judiciales. Y también fueron tomados por diversos autores para hacer otros libros”, señala.
Al ver noticias sobre el tema, piensa si tienen implicancias jurídicas para investigar. “Veo un caso como, por ejemplo, la prohibición que Donald Trump quiere hacer sobre TikTok en Estados Unidos, y trato de buscarle el enfoque jurídico y cómo se resolverían”, grafica.
Hace menos de un mes se publicó el primero de los tres tomos de su último libro, “El derecho a la intimidad en la era digital”, editado por Hammurabi.
Avances
Aunque no pasaron tantos años desde sus inicios en la investigación, fueron enormes los cambios desde entonces.
“Cuando yo empecé era como un grito en el desierto, ahora hay un poco más de interés y de actualización de los funcionarios judiciales”, dice Vaninetti. Entre los avances, destaca que hay fiscalías especializadas en delitos informáticos y policías más y mejor formadas. Sin embargo, ese crecimiento es asimétrico: “No es lo mismo lo que sucede en Capital que en Formosa o Catamarca. Eso me preocupa porque viola el acceso a la Justicia”.
También cree que se dieron “pasos legislativos importantes”, como la Ley 25.326 de protección de datos personales, aunque la norma “ya necesita modificaciones”.
Según su mirada, el Derecho Informático requiere de un abordaje integral: “Este tipo de delitos se enfrenta, no solamente con leyes actualizadas, sino que también debe haber herramientas procesales adecuadas, jueces y fiscales capacitados y el equipamiento necesario”.
Huella
Sus trabajos abordan temas muy variados, desde el derecho de imagen o a la intimidad, pasando por lo que se llama E-Justicia, hasta delitos informáticos y prácticas abusivas, como el grooming, ciberbullying y pornovenganza, entre muchos otros.
En tal sentido, Vaninetti está dejando una huella en el ámbito de la investigación de estos temas. “Para mí es un aliciente que la Corte haya tomado algo que yo investigué para decidir sobre qué factor de responsabilidad le cabe a un buscador de Internet”, ejemplifica. Y concluye: “También me halaga que mis trabajos sean citados como fuentes en sentencias o ver posiciones doctrinarias mías mencionadas por otros autores, en otras obras o como material de estudio en facultades”.
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