En medio de la destrucción de empresas y de la incertidumbre económica, hay quien está luchando para abrirse una oportunidad y hacer realidad sus sueños.
En los últimos meses, como consecuencia directa de la pandemia sufrida por el Covid-19, las economías de los países se han ralentizado y Junín no escapa a este efecto. No obstante, todos los indicadores no son negativos.
Entre mayo y agosto, en Junín se constituyeron unos 25 nuevos locales comerciales, según informaron a Democracia.
Siempre se afirma que en períodos de crisis también surgen nuevas oportunidades, que se pueden aprovechar para generar un nuevo negocio, transformar el modelo, emprender y generar tendencias de cambio que permiten nuevos ecosistemas emprendedores.
En algunos casos eran iniciativas que ya estaban en marcha y que siguen adelante con más fuerza, adaptándose a los tiempos actuales. En otros, nuevos nichos de actividad que buscan abrirse un camino en un panorama que aún se presenta desconocido.
“Fue un poco angustiante”
Después del 20 de marzo de este año, Daniel Fratamico debió cerrar su local El Maltés, ubicado en calle Malvinas Argentinas, pero nada lo detuvo y ahora ofrece delivery de comidas desde un local instalado en su vivienda.
“Cuando estábamos en el otro local, a comienzos de marzo habíamos vendido bastantes cumpleaños hasta casi mitad de año y nos sorprendió mucho esto que nos pasó a todos. No hubo mucho tiempo de pensarlo y fue angustiante cerrar, ya que hacía 18 años que estábamos en el salón de calle Malvinas Argentinas”, dijo Fratamico a Democracia.
“Rápidamente comencé a preparar un miniproyecto porque hay que meterle para adelante siempre y, mientras haya ganas, todo es más fácil. Busqué las opciones, no había muchas, charlé con la familia y armé en mi propia casa un proyecto pequeño de El Maltés Delivery”, informó.
“La base ya estaba porque tenía los elementos de gastronomía desde El Maltés anterior. Me encontré con una edad de 40 años y que esto no iba a ser fácil para que arranque normalmente”, reconoció.
Y continuó: “Le metimos para adelante en avanzar en lo que se pudiera con arquitectos, planos, gas, ya que hicimos un local nuevo. Acá estamos, hoy tenemos un proyecto gastronómico con muchas ganas con los chicos que estaban trabajando con nosotros en el local anterior”.
Al principio “fue un poco angustiante, ya que la parte gastronómica fue una de las más golpeadas. Hoy estamos contentos, trabajando un montón y esperando que esto se termine como para poder estar un poco más como antes, lo más parecido posible”, subrayó.
“Estamos luchando desde enero”
En los momentos más difíciles hay personas capacitadas para encontrar oportunidades: emprendedores que con valentía deciden llegar hasta el final con las metas que establecen en su mente. O que directamente una pandemia no les impide cumplir su sueño.
En medio de este panorama de desolación están los que piensan que detrás de toda crisis hay una oportunidad. A lo largo del confinamiento siguieron madurando ideas y proyectos que empiezan a aflorar.
Sueños y proyectos que se habían programado por aquellos meses de enero o febrero con la apertura de locales comerciales o desarrollos laborales se concretaron para un grupo de juninenses durante la pandemia de coronavirus y lograron abrir sus emprendimientos, a pesar del panorama generalizado de parálisis económica.
Es el caso de Cristian, un nuevo emprendedor, que abrió un local gastronómico denominado “Peki Chips”, ubicado en Rivadavia 403.
“Abrimos el 20 de agosto, ya hace 25 días. Estamos luchando desde enero para poder hacer la apertura y fue muy complicado con el tema de la cuarentena traer algunas máquinas y otros materiales”, afirmó a Democracia.
“Nosotros vendemos papas fritas con muchas variedades de salsas y, también, bebidas. Estamos vendiendo muy bien, superando las expectativas, que es lo que esperábamos. Además hacemos delivery”, informó.
“Esto fue pensado para que la gente venga y se lleve el cono y con el tema del coronavirus es totalmente entendible que la gente hoy no se anime a acercarse. Quiero agradecer a todos por el recibimiento”, expresó.
“Se hace muy difícil”
Otro emprendedor, Hugo Ceija, de la carnicería Cosas Nuestras, explicó que tras sufrir una complicación de salud en una de sus piernas, en 2018 debió cerrar su fábrica textil para encarar nuevos rumbos.
“Cuando logré reponerme de esto, abrí la carnicería en Narbondo 226 y al mes empezó el tema de la pandemia. Cuando un negocio recién está iniciando son los momentos más difíciles”, afirmó.
“Hoy se nota en la cara de la gente el miedo y la inseguridad de lo que va a suceder mañana, lo que agrava doblemente el problema. Se está usando mucho el delivery, lo que afecta mucho al comercio presencial donde el cliente compra en base a lo que ve y no a lo que desea”, indicó.
“Nos estamos enfrentado a algo nuevo y se hace muy difícil poder subsistir detrás del mostrador. Acá van a sobrevivir aquellas personas de mucho oficio”, aclaró.
Y concluyó: “Yo hoy vivo de mi trabajo y no nos queda otra que seguir luchando. Es tristísimo ver colegas que tienen que cerrar, a quienes se les terminan las espaldas, ya que hay un enorme gasto al tener un comercio hoy”.
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