Clínica La Pequeña Familia
Clínica La Pequeña Familia.
OPERACIÓN CEREBRAL

“Awake craniotomy”, una técnica poco frecuente que se realizó en La Pequeña Familia

Durante el procedimiento, sin precedentes en la Clínica y en la Región, la paciente estuvo despierta y pudo hablar con el equipo médico.

El  martes 11 de agosto tuvo lugar en la Clínica La Pequeña Familia una cirugía cerebral en una paciente que permaneció despierta durante la intervención a cargo del Servicio de Neurocirugía. 

Se trata de una intervención infrecuente, aun en las principales ciudades del mundo y que requiere de la participación de numerosos especialistas: anestesiólogo, neurólogo, neurocirujanos y técnicos, todos capacitados para poder llevar adelante este tipo de intervenciones de alta complejidad.

Se denomina “Awake craniotomy” y es una técnica poco frecuente en Argentina y en el mundo.  Es una operación cerebral con el paciente despierto para detectar rápidamente alteraciones neurológicas y así disminuir la posibilidad de secuelas.

Los miembros del equipo interviniente dieron detalles sobre esta técnica conocida también como Craneotomía.

La técnica

El neurólogo Sergio Kosak indicó que “hace más de 100 años sabemos que diferentes regiones del cerebro controlan diferentes funciones. Por ejemplo, algunas regiones controlan la movilidad, otras controlan el lenguaje, otras la visión”. 

“Todo el cerebro está funcionando permanentemente, pero para la vida cotidiana no es lo mismo no poder hablar o estar paralizado que no estarlo. Entonces, estas técnicas permiten, a través de unos dispositivos especiales, monitorizar varias de esas funciones una vez expuesto el cerebro. Un instrumento con forma parecida a un lápiz, que llamamos electrodo, se apoya suavemente sobre el cerebro, y se ve si el estímulo eléctrico que produce afecta o no la función que se está evaluando. Por ejemplo, si el paciente está contando algo: una anécdota, números, etc., y de repente se traba, tenemos que pensar que esa zona tiene que ver con el lenguaje y conviene respetarla”, eplicó.

El neurocirujano Carlos Zanardi explicó el procedimiento: “El anestesiólogo seda inicialmente al paciente. Luego se colocan todos los dispositivos necesarios para monitorizar al paciente durante la cirugía: tanto la presión arterial y la frecuencia cardíaca como los sensores (electrodos) para control de movimientos de cara, mano y pie, y muchos otros. Se coloca anestesia local en la zona a operar y se inmoviliza firmemente la cabeza con un aparato que llamamos cabezal. Se colocan nuevamente antisépticos y se inicia la cirugía. Se levanta el sector del cráneo que está por encima de la lesión y por último se abre la membrana que envuelve por dentro al cerebro. Ahí se le retiran los sedantes, el paciente se despierta, y empieza a colaborar con los chequeos neurológicos que se le realizarán continuamente mientras estamos operando el cerebro”. 

Destacó que “en este caso en particular, no volvimos a dormir a la paciente una vez concluida la resección de la lesión, y la paciente permaneció despierta y conversando con el neurólogo y el anestesiólogo hasta que dimos el último punto de piel. Luego se retiraron la mayoría de los sensores, y pasó a Terapia Intensiva en control postoperatorio. A la mañana siguiente, le hicimos una tomografía de control y luego pasó a una habitación común”.

Procedimiento 

El anestesiólogo Mauricio Rubiano detalló que se trata de un procedimiento “que se plantea en casos puntuales. Son pacientes que presentan una lesión tumoral o vascular, próxima a ciertas áreas cerebrales cuya lesión tiene alta chance de acompañarse con secuelas importantes”. 

Frente a este tipo de paciente, según indicó, “los anestesiólogos debemos evaluar una serie de características (del paciente): personalidad, posibilidad de comunicarse verbalmente, forma del cuello, y otras, y en base a ello determinamos si es posible este tipo de cirugía sin aumentar los riesgos. El paciente tiene que poder entender y colaborar con las evaluaciones que se le realizarán durante la cirugía”. 

El neurocirujano Nelson Picard aseguró que la experiencia del procedimiento “es un desafío fascinante”.

“Poder conversar con el paciente y ver que mueve su mano y su pie a la orden mientras uno está resecando una lesión en su cerebro es una experiencia muy interesante. Pero lo más reconfortante es que como técnica permite, por ejemplo en el caso de tumores, resecciones por un lado más completas y por el otro más seguras, ya que disminuye el riesgo de secuelas”.

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