El cambio de vida que significó el inicio de la cuarentena afectó a numerosas familias juninenses que vieron afectado su ingreso económico por el gran parate que se dio desde finales de marzo en numerosas actividades y profesiones.
Lo cierto es que más allá de la angustia y la preocupación que ello generó, muchos se animaron a transformarlo en una nueva posibilidad para salir adelante y superar el difícil momento que provocó la pandemia en muchos hogares.
Andrea, María y Carlos son solo tres ejemplos de los tantos juninenses que apostaron a un emprendimiento desde casa, donde toda la familia participa, con el objetivo de salir adelante.
Postres a pedido
Andrea Abdala tiene 31 años y más allá de su habilidad para cocinar o preparar, especialmente cosas dulces, trabaja en casas de familias y es cuidadora de adultos mayores.
A raíz del aislamiento, y de los riesgos propios del coronavirus en dicha franja etaria, su trabajo fue uno de los primeros en verse afectado por lo que debió buscar una salida urgente para conseguir un ingreso.
“Siempre hice tortas, pero con esto que pasó, sin tener trabajo, nos moríamos de hambre literalmente”, relata. “Así que a fines de marzo, principio de abril comencé con los postres, justo cuando se paró todo”.
Según cuenta Andy, que está en pareja y tiene un hijo: “Vivo en cuatro paredes, así que me organicé, me saqué el permiso para circular y con la moto salgo a repartir yo misma. Yo hago todo, preparo los postres y los reparto”.
Los postres son individuales pero también por encargue realiza en otras medidas más grandes: tTiramisú, chocotorta o postre óreo, con el agregado de dulce de leche.
Además, en su página de Facebook “Andy Abdala” realiza sorteos por cada mes aniversario que pasa desde que comenzó el proyecto.
“Realmente tengo una clientela que colabora”, cuenta orgullosa y asegura: “Me gusta lo que hago y la gente llama mucho”.
Consultada sobre cuánto la ayudó su emprendimiento en la situación, Andy contó que muchísimo.
“Hasta ahora me mantengo, comemos, no tengo que pedirle nada a nadie”, asegura y como si eso fuera poco destacó: “Me compré todo para hacerme la pieza”.
Las mejores tortillas
Familiares y amigos siempre halagaban las tortillas que Carlos Silva cocinaba. Claro que no se imaginó, el propio “Kaly”, conocido presentador y trabajador en los medios de Junín, emprendiendo una tortillería en el contexto de la pandemia.
“Siempre me dediqué a los espectáculos y estaba con una banda con la que tocábamos los fines de semana. También hacía venta de espectáculos y todo eso se cortó, así que tuve que buscar ese ingreso”, cuenta en diálogo con Democracia.
“Me gusta cocinar, especialmente en reuniones de amigos y familia y siempre me elogiaban las tortillas, así que cuando tomé la decisión, viendo que había mucha gente en la misma situación, busqué otra cosa que no fuera pizza o pastas”, explica.
Así, hace un mes, surgió el emprendimiento familiar, en el que lo acompaña su hijo y también le da una mano su esposa.
“Le sumamos especialidades a la tortilla de papas común. Es una tortillería con distintas variedades”, cuenta.
A sus listas de contactos envía promociones y se da a conocer, cada vez más.
Con pedidos diarios, de momento Kaly asegura que el trabajo les insume 10 bolsas de papas por semana.
“El trabajo es todo manual, pelar las papas, preparar la tortilla. Me ayuda mi hijo de 19 años, también con los delivery, y mi señora”.
Si bien todo es muy reciente, Kaly no descarta continuar con el emprendimiento y ampliarlo.
“Estoy pensando en seguir y agrandarlo. Por ahora solo hacemos tortillas y aunque la gente pide más cosas, hoy no tengo estructura. Veremos qué pasa con la pandemia, si puedo poner un local”, cuenta y asegura que hizo el curso de manipulación de alimentos para cumplir con los cuidados.
Carnes, pastas, ensaladas y más
Con una amplia carta de comidas, en marzo nació Comidas Maruca, el emprendimiento familiar de María Martín, su marido, su hija y su hijastra.
Las dificultades para mantenerse en estos meses los llevaron a tomar la decisión de preparar todo tipo de comidas y comenzar a vender, dándose a conocer a través de su cuenta de Facebook.
“Empezamos en marzo, cuando se complicó la situación laboral y lo pensamos como una forma de ayudar a la economía en casa”, relata María.
“Hacemos de todo un poco: viandas, pizzas, empanadas, pastas, carnes”, cuenta y asegura que “la idea es seguir, porque la gente acompaña mucho y nos pide”.
En el emprendimiento “todos cocinan”, asegura María. Y también se encargan del delivery, una forma de que los ingresos queden en la familia, en un momento más que difícil.
Loana Biagiola es hijastra de María y tiene 22 años. Es estudiante de Artes Plásticas en La Plata pero a raíz de la pandemia regresó a Junín y hoy se encuentra ayudando a la familia en el emprendimiento.
No obstante, Loana también tiene el propio, de diseño y venta de cuadros, a través de Facebook e Instagram (@loab.arte).
“En La Plata, antes de la cuarentena trabajaba de niñera, así que me vine cuando empezó todo”, contó sobre su iniciativa.
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