EFECTOS DE LA CUARENTENA

Norte: “Es angustiante porque hay muchos que están sin trabajo”

El aislamiento generó que haya menos movimiento en las calles del vecindario y, luego, que bajara la actividad comercial. Los vecinos también observan un déficit en la recolección de ramas y montículos. Mejoró el tránsito, producto de los controles vehiculares.

Delimitado por la calle Primera Junta, la Avenida Libertad y la Ruta Nacional Nº188, el Barrio Norte es un triángulo ubicado en el extremo de la ciudad, en el que se produjo un notable crecimiento en los últimos años.
Este sector –que es uno de los periféricos de la ciudad– tiene desde hace años una particularidad que el paso del tiempo no ha logrado modificar: aquí la avenida República, que divide al barrio prácticamente en dos mitades, funciona en los hechos como una línea que marca un corte entre dos realidades bien diferenciadas.

Nos bajaron las ventas, porque se ve que anda poca gente en la calle. Hay varios que no tienen trabajo y no es como antes, falta el dinero. Aldo Arce. Comerciante del barrio.

Por un lado, desde dicha arteria hacia la avenida La Plata, a simple vista se pueden apreciar la precariedad de las construcciones y las necesidades en cuanto a los servicios públicos. En cambio, desde el mismo punto hacia la calle Necochea, se advierte un panorama más cuidado, con la mayoría de las calles que cuentan con asfalto o al menos base estabilizada y cordón cuneta.
No obstante, la pandemia por Covid-19 tuvo un efecto igualador: ya sea de uno u otro lado de República, el barrio tiene bastante menos movimiento que antes de que se decrete el aislamiento, pero también se advierte la falta de mantenimiento en sus calles.

Menos movimiento
Gladys Verón, que vive en este barrio hace más de sesenta años, cuenta que “hay menos movimiento, la gente sale solamente si es necesario. Lo mismo con la cuestión sanitaria, en la salita te atienden con todas las medidas correspondientes”.
En tal sentido, otra vecina, Natalia Adaro, explica que se cumple el aislamiento. “Apenas arrancó la cuarentena me sorprendió lo desoladas que estaban las calles -comenta-, se respetó todo muy bien, los controles policiales hicieron su trabajo. Los negocios también cumplen con los horarios y eso hace que la gente no esté tan movilizada por fuera de los horarios permitidos. Inclusive no hubo cumpleaños, festejos ni nada de eso”.
Algo similar a lo que advierte Aldo Arce, que tiene una despensa hace más de diez años en este sector: “Es angustiante porque hay muchos que están sin trabajo. Anda poca gente en la calle”.

Reclamos
Casi como una consecuencia de este escenario, Arce entiende que “el barrio está desprotegido, no se ve circulación policial, mantenimiento, antes venían más a ver las cosas de este sector, a controlar las luminarias”. De hecho, se observan numerosos montículos y ramas en las calles del lugar. “No sé si es que pasa mucho tiempo sin recolectarlos, si no recorren todas las semanas, pero se ve desmejorado este sector”, agrega.
Adaro coincide en que hay muchas ramas sin recoger, pero es algo general. “Yo trabajo en el centro y también se ven las bolsas de hojas que se acumulan -sostiene-, si allá no se hace ese trabajo, en los barrios mucho menos”.
Verón aclara que en la sociedad de fomento tomaron conocimiento de que, por la cuarentena, la Municipalidad tiene menos gente trabajando y disminuyeron los recursos, “por eso hay menos recolección de ramas”.

El comercio
Arce atiende a través de una ventana que abrió en la puerta de su almacén, una medida de prevención “para que la gente no entre al local”. Según dice, sus clientes ya se adaptaron a esta modalidad.
Respecto del movimiento comercial, explica: “Al principio nos favoreció porque la gente se quedaba en su casa, cocinaba más y al no poder ir tan fácil a otros lugares o a los supermercados, venía acá. El que no tenía permiso para circular compraba en el negocio de cercanía. Con el paso de los días, que el tema se fue soltando un poco, nos bajaron las ventas, porque se ve que anda poca gente en la calle. Hay varios que no tienen trabajo y no es como antes, falta el dinero”.
Hoy en día, con Junín en Fase 5, sus expectativas tienen que ver más con lo sanitario: “Es una nueva realidad que vivimos en el mundo, hasta que no haya una vacuna esto depende de cuidarnos y nada más: de la conciencia de cada uno”.
“Tengo esperanzas de que de a poco esto se vaya normalizando a medida que se pueda -agrega Verón-, hay que esperar y tomar conciencia: uno mismo tiene que saber que hay que cuidarse. Estamos atravesando momentos difíciles, pero seguramente Dios nos ayudará”.<

COMENTARIOS