Nuestra Sra. de La Merced: Con menos movimiento, cae la actividad comercial
Los efectos de la cuarentena también se sienten en este vecindario. La avenida Benito de Miguel es la arteria que potencia el desarrollo del sector, pero hoy se advierte allí una merma notable en la circulación. Los lugareños reclaman medidas para agilizar el paso por el control de ingreso a la ciudad.
En la última década, el barrio Nuestra Señora de la Merced experimentó un notable crecimiento a partir de su desarrollo demográfico, comercial y hasta la instalación de algunas industrias.
Bien alejado de las luces del centro y “del otro lado de la Ruta 7”, tiempo atrás en este barrio predominaba un puñado de viviendas habitadas, alternadas con casas quintas, lotes baldíos, sembradíos y algún negocio “de barrio”. Pero, muy de a poco, la zona fue adquiriendo una fisonomía bien distinta. Y en ese cambio, fue clave cómo se fue potenciando la avenida Benito de Miguel.
Convertida en un pequeño centro comercial, esta arteria le da vida a Nuestra Señora de La Merced. No obstante, la avenida hoy se encuentra algo apagada, producto del impacto del aislamiento social, preventivo y obligatorio impuesto por el Gobierno nacional a partir de la pandemia del Covid-19.
Yo noto que la gente está triste, cabizbaja, como con miedo. A veces los observo cuando hacen fila en la vereda y veo tristeza en sus miradas. Karina Grama. Dueña de una peluquería.
Como sucede en muchos otros barrios, aquí también la cuarentena está dejando secuelas, con menos movimiento y una baja sensible en las ventas.
“Yo noto que la gente está triste, cabizbaja, como con miedo”, señala a Democracia y TeleJunín Karina Grama, dueña de un local de peluquería y depilación. Y agrega: “A veces los observo cuando hacen fila en la vereda en el negocio de la esquina, y no se charla como antes, veo tristeza en sus miradas”.
Menos movimiento
Como quedó dicho, en la avenida Benito de Miguel se observa claramente que la circulación en cuarentena es mucho menor a la habitual. “Está bastante complicado, hay mucho menos movimiento, la gente se cuida, los mayores ya no salen y en general se ve poco movimiento”, resume Grama.
En el mismo sentido, Gianfranco Peñiñores, que tiene un local de venta de artículos de limpieza sobre Benito de Miguel, coincide en que “el comercio está tranquilo, bajaron bastante las ventas y hay mucho menos movimiento que antes; no es lo mismo”.
Actividad comercial
Esta situación redunda, por lógica, en una merma de la actividad comercial.
“Bajó el movimiento, aunque no tanto en mi rubro porque mantener la higiene es clave. No obstante, se siente que hay menos ventas”, asevera Peñiñores.
Por su parte, Grama, que durante varias semanas no pudo abrir su peluquería, explica que ahora atiende solamente con turnos, pero antes también trabajaba con la gente de paso que, en la actualidad, por este panorama, “se perdió”.
Tamara Salto, empleada de una fiambrería y almacén del barrio, señala que hubo cambios en la forma de comprar: “Lo que más le costó a la gente fue acostumbrarse al nuevo horario, porque nosotros antes estábamos hasta las diez de la noche y venían más espaciados, ahora estamos tranquilos a la mañana y a las 16:30 se amontonan todos, hay que hacer todo a las apuradas, porque vienen todos juntos. Y también veo que los clientes vienen y hacen compras más grandes, buscan tener para reserva”.
El horario resulta un tema clave. “Esto nos perjudica bastante porque es muy corto, los sábados, que es cuando más trabajamos en esta actividad, estamos hasta las 13, así que no nos beneficia para nada”, añade Grama.
Seguridad
Al dejar de hacer controles en la ruta y trasladarlos a los accesos, los vecinos de La Merced deben atravesar los puestos de inspección cada vez que van hacia el centro lo que genera inconvenientes.
“Creo que deberían hacer una credencial para los ciudadanos que viven de este lado, que también son de Junín, algo similar a las obleas que hicieron para los vecinos de Cerrito Colorado”, sostiene Peñiñores, para luego ampliar: “Cuando yo me voy de acá, a las cuatro, hay muchos autos y hasta casi han chocado, porque varios entran por las colectoras y ven que están cerradas, entonces se acumulan en la avenida. Deberían tomar alguna medida para que se identifique a los que son de este sector para agilizar el paso”.
Salto y Grama cuentan que ellas, al movilizarse en moto y bicicleta, no tienen tantos contratiempos. “A mí no me afectó, pero compañeras que trabajan en otra sucursal tuvieron que hacer el permiso y desviar el camino”, señala la empleada del almacén. La peluquera, en tanto, asevera que ella no tuvo problemas “pero sí hay gente que se queja por las largas colas que se hacen, sobre todo los que andan en vehículos”.
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