Los ingredientes para la pizza son: -1 kg de harina de trigo; 560 ml de agua fría; 25 gr. de sal; 25 ml de aceite; 14 gr. de levadura fresca de panadería.
Para la preparación, en un bol grande introducimos parte de la harina de trigo. Dejamos unas 4 cucharadas de harina separadas para ir engordando la masa.
Con una cuchara hacemos un hoyo en el centro del bol y echamos la levadura disuelta en el agua.
Batimos con una cuchara de madera desde el centro hacia afuera y vamos poco a poco mezclando con la harina.
Añadimos el aceite y la sal.
Es importante que la sal y la levadura no entren en contacto directo para no tener problemas en el proceso de fermentación.
Seguimos removiendo lo que empieza a ser la masa, por ahora será una mezcla pegajosa pero firme.
Amasado
Esparcimos harina sobre la base, sacamos la masa del bol y empezamos a trabajarla con las manos. Es muy importante el refinado de la masa para que quede más elástica y suba mejor.
Para refinarla, debemos estirar la masa como un churro y retorcerla en espiral varias veces. Al final volvemos a juntar y amasar de nuevo durante unos diez minutos. Este es el truco que hace que la masa sea increíble.
Después de esos 10 minutos, podremos manipular la masa con más rapidez, se irá quedando elástica y homogénea.
La medida de harina correcta es “hasta que la harina no se pegue a las manos”, pero tampoco se debe de abusar.
Vamos tornando la masa en una bola. Tomamos el anterior bol y lo enharinamos. Introducimos la bola de masa en él. Tapamos el bol con un trapo de algodón durante unos 45 minutos- 1 hora para dejar levar.
Para saber el tiempo que se debe dejar levar la masa, utilizá el siguiente truco: si la apretamos con un dedo y la masa vuelve a su posición original estará lista para preparar.
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