Del sueño a la pesadilla, sin escalas. Así padecen numerosos vecinos que sacaron un crédito por el sistema de Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), para comprar un auto, la experiencia de haber sacado un crédito atado al siempre impredecible costo de vida argentino.
De hecho, hoy deben más dinero del que retiraron y las cuotas superan el ciento por ciento del valor de la cuota que pagaron cuando arrancó el préstamo.
“El objetivo es que nos escuchen como a los tomadores de préstamos hipotecarios, ya que no hemos sido incluidos en la nueva Ley de Solidaridad que se trató en el Congreso, debido a un error: en los discursos nos involucraron, pero al transcribir la legislación no lo hicieron”, lamentaron los deudores consultados por Democracia.
Los afectados realizaron distintas movidas para visualizar la problemática y están preocupados porque “sólo se le da importancia a quienes tienen créditos UVA Hipotecarios y a los que sacamos para comprar un auto no nos tienen en cuenta y los valores se transforman en una angustia permanente”, afirmó María Isabel Lasala.
En la desesperación armaron un grupo de clientes afectados a nivel nacional denominado “Autoconvocados UVA Automotor”, que se encuentra en Facebook. Hay casos que arrancaron con cuotas de 8000 pesos y la última que abonaron ya supera los 18.000 pesos, o sea, un 125 por ciento más caras.
Algunos casos
Democracia se contactó con un grupo de deudores de la región y de distintos puntos de la Provincia, quienes brindaron sus testimonios.
Lasala plantea su caso particular: va por la cuota 26. Al comienzo pagaba alrededor de 8500 pesos, pero la última cuota de diciembre pagó 18.500 pesos. Los aumentos, según la entrevistada, son de entre 500 y 800 pesos por cuota. “El monto que saqué en noviembre de 2017 fue de 320.000 pesos. Hoy debo 404.000 pesos”, detalló.
Agustín, de Junín, expresó a Democracia: “Saqué el crédito de 122 mil pesos en septiembre de 2018 a 36 cuotas. Ya pagué 16 y el saldo nunca bajó: hoy debo 140 mil. Arranqué pagando $ 4.500 y en la última aboné $ 7.200. La mitad del valor de la cuota es intereses”.
Ramiro, también de nuestra ciudad, manifestó su descontento al decir que comenzó pagando 3800 pesos el primer mes en 2017 y hoy 9000.
Adriana Barone, oriunda de San Nicolás, afirmó a este diario: “Saqué el UVA en septiembre de 2017 por $270.000 para un vehículo usado, Partner 2013. Mi primera cuota en octubre de 2017 fue de $6881 y acabo de pagar la última, el 3 de enero pasado, de $ 15.847, o sea, más del doble. Soy viuda y docente.Como nos ocurre a todos, es un esfuerzo juntar dinero para pagar, no quiero atrasarme porque sé que después sería peor y tampoco quise extender las cuotas porque sé que con los intereses no terminaría nunca”.
Melina Lurbert, de Olavarría, afirmó a Democracia: “Mi padre sacó 220 mil pesos. Hace dos años que lo viene pagando y hoy la cuota es de $ 13 mil, debe 240 mil y está cansado de que le aumente todos los meses”.
En la misma vereda, Paola Ferreyra, de CABA, afirmó a este diario: “Saqué el crédito en diciembre de 2017 por $200.000 a pagar en 48 meses y hoy debo $269.773. Comencé pagando $ 5.605 y en la última cuota (número 26) pagué $ 12.221. Nunca me atrasé en ninguna cuota, pero este mes ya no lo pude pagar. Ni vendiendo el auto saldo lo que debo”.
“Del sueño a la pesadilla”
Los afectados presentaron notas ante el Banco Central de la República Argentina y otras entidades oficiales. Incluso publicaron un libro en formato digital que se llama “UVA automotor, del sueño a la pesadilla”, en el que se comparten distintos testimonios sobre la crisis que atraviesan, con numerosos inconvenientes en su vida cotidiana, achicando costos en distintos rubros para afrontar ese gasto mensual que se transformó en un monstruo descontrolado.
Según cuentan los damnificados por estos aumentos, “el banco te los tiraba por la cabeza, te daba el dinero y hasta hubo mucha gente que lo utilizó para otros fines porque ni siquiera se pedía transferencia automotor”.
También se pudo saber que estos préstamos los sacaron cerca de 1.200 000 familias de todo el país, con dos modalidades: personal y prendarios.
En el derrotero por conseguir la atención de las autoridades presentaron una nota como UVA Autoconvocados del sector automotriz de todo el país ante el Banco Central.
Además apuntan que “en la sesión en la que se trató la Ley de Solidaridad en el Congreso Nacional se cometió una equivocación, porque en el texto de la ley publicada en el boletín oficial bajo el Título VIII Créditos UVA, el artículo quedó redactado refiriéndose a los sistemas de planes de ahorro para la adquisición de vehículos automotor. Consideramos que hubo un equívoco al mencionarse los planes de ahorro, pues éstos no se rigen por unidad de valor adquisitivo.Entendemos que en el texto de la ley al hacer mención de los planes de ahorro para adquisición de vehículo automotor, se refiere a los créditos UVA prendarios, no prendarios y personales para la adquisición de un vehículo, pues, reiteramos, así se manifestaron los diputados que propusieron la iniciativa legislativa”.
“Nuestra intención es pagar, pero bajo un régimen que lo haga posible, contemplando la situación que estamos atravesando todos los argentinos. Nosotros, los deudores de créditos UVA, nos encontramos muy perjudicados, las cuotas duplicaron el valor, en algunos casos hasta un poco más, quedamos presos de un sistema que no termina nunca, y que alteró considerablemente en forma negativa nuestro sustento económico para vivir, para subsistir”, afirmó Lasala.
Testimonios desesperantes
Con respecto al libro en formato digital, se indicó que nació como una necesidad de un grupo de personas que, mediante un préstamo UVA Automotor, lograron llegar a su sueño de adquirir un auto, luego con el tiempo el sueño se convirtió en pesadilla debido a los aumentos indiscriminados de las cuotas con 80 o 100 por ciento en muchos casos.
El drama continúa con la elevación del monto adeudado, ya que el valor UVA se indexa según inflación por lo que todos hoy adeudan más dinero del que solicitaron. “Necesitamos que las autoridades tomen cartas en el asunto”, claman los deudores.
Algunos testimonios del libro son desesperantes, al narrar cómo pasan de la esperanza al peligro para sus economías hogareñas.
Meses atrás, una situación similar fue planteada por ahorristas y clientes que habían tomado el crédito para adquirir un vehículo. Tras haberse conocido los casos, tomó intervención la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires para tratar de conseguir una solución a cada presentación, porque se trataba de situaciones diversas.
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