Uno de cada tres chicos y chicas de entre 12 y 14 años reconoció haber probado alcohol mezclado con bebidas que tienen una alta concentración de sustancias estimulantes, como cafeína y taurina, y suplementos dietarios, de acuerdo a un informe difundido por la Defensoría del Pueblo bonaerense.
El trabajo fue elaborado por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos en base a entrevistas directas a 632 niñas, niños, adolescentes y jóvenes adultos y estuvo a cargo del defensor del Pueblo adjunto, Walter Martello.
"Por más que no estén mezcladas con alcohol, el solo hecho de tomar energizantes conlleva riesgo para la salud, especialmente si quienes consumen son niñas, niños o adolescentes", alertó.
Debido a que se trata de productos de venta libre, los adolescentes consultados dijeron que acceden a los energizantes en quioscos (52,9%), supermercados (40,3%) y en boliches (6,6%).
Es indispensable avanzar hacia una regulación que prohíba la venta de energizantes y complejos vitamínicos a menores de 18 años, y regular la publicidad de este tipo de productos en todos los medios de comunicación, explicó Martello.
El funcionario advirtió que, según la Asociación Médica de Canadá, "podrían provocar menor sensación de bienestar, trastornos del estado de ánimo, baja autoestima e incluso depresión; peor rendimiento escolar, mala calidad del sueño; exacerbación del asma, obesidad infantil, aumentos de la tensión arterial; incrementos indeseables de la glucemia; problemas dentales y óseos".
Para Martello, "las empresas que controlan la producción y comercialización de bebidas energizantes desarrollan estrategias para alentar el consumo juvenil mediante la mezcla con jugos frutales y envases tuneados con llamativos colores y dibujos, a los que se suman mensajes que asocian el consumo de estos productos con celebraciones y climas festivos".
Así, sugirió que el Estado nacional y la provincia de Buenos Aires "trabajen en la promoción de la salud y el acceso a la información, así como también desalentar el consumo y proteger a la población vulnerable como es la niñez".
"Es indispensable avanzar hacia una regulación que prohíba la venta de energizantes y complejos vitamínicos a menores de 18 años, y regular la publicidad de este tipo de productos en todos los medios de comunicación", explicó Martello.
La regulación del consumo de bebidas energizantes sólo prosperó en algunas jurisdicciones del país.
Santa Cruz (2006), Chaco (2009) y Río Negro (2011) prohibieron la venta de bebidas energizantes a menores de 18 años de edad; mientras que Santiago del Estero (2005), Entre Ríos (2007) y Buenos Aires (2009) prohibieron la venta sólo en locales bailables y/o donde se expendan bebidas alcohólicas y en Misiones (2010) se obligó a los comercios a exhibir un cartel advirtiendo que el consumo de energizantes con alcohol es perjudicial para la salud.
El responsable del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo afirmó que existen diversos países, como Francia, Noruega y Dinamarca, donde la autorización de venta de bebidas energizantes se limita sólo a farmacias. En Sudamérica, en tanto, países como Colombia, Chile y Ecuador también evalúan restringir o limitar la venta libre de estas bebidas.
Con alcohol
El relevamiento arrojó que el 45,1% de los chicos y chicas de entre 12 a 18 años consume bebidas energizantes mezcladas con alcohol y en los jóvenes de 18 o más años de edad ese porcentaje trepa al 93%.
La Defensoría alertó que "en este último caso se está infringiendo la prohibición establecida por Ley de Nocturnidad, que establece que cervecerías, cafeterías, bares y otros sitios públicos donde se desarrollen actividades similares 'no podrán vender, expender o suministrar las bebidas que por su fórmula se consideren energizantes o suplementos dietarios'".
COMENTARIOS