A casi dos años y medio de la clausura del tramo de la ruta nacional 7 sobre La Picasa, debido a una inundación que también afectó el pedraplén ferroviario, el 3 de diciembre último el Gobierno habilitó el tránsito vehicular sobre este corredor bioceánico, más precisamente entre las localidades de Diego de Alvear y Aarón Castellanos.
Se trata de un tramo de 11 kilómetros, ubicado al sur de la provincia de Santa Fe, que desde febrero de 2017 permanecía cerrado al paso como consecuencia del desborde de ese espejo de agua que cubrió la cinta asfáltica y destrozó el alteo.
Ahora, los automovilistas pueden circular hasta un máximo de 80 km por hora, mientras que los camiones y ómnibus de media y larga distancia pueden hacer lo propio hasta 60 km por hora. A mitad del recorrido, en tanto, fue instalado un radar para el monitoreo de las velocidades.
Personal de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) permanecerá durante 30 días en la zona para supervisar el tránsito, brindar asistencia a los viajeros y garantizar el cumplimiento de todas las medidas de seguridad.
No obstante, Vialidad Nacional recomienda a los usuarios de la calzada nacional extremar las medidas de precaución, siempre llevar las luces bajas encendidas y acatar las indicaciones de la cartelería.
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