Eusebio Marcilla: La extensión del asfalto es la prioridad
Hay unas quince cuadras que todavía son de tierra y aseguran que con las lluvias se tornan “intransitables”. También demandan que se cubra un área mayor con el gas natural, medidas para mejorar el tránsito y más patrullajes los fines de semana. Satisfacción por el recambio de luminarias y el nuevo pozo de agua que se hizo.
Delimitado por las avenidas Benito de Miguel, Pastor Bauman, Ramón Hernández, y la Ruta Nacional Nº7, el barrio Eusebio Marcilla es uno de los que adquirió en los últimos años un importante crecimiento poblacional, un desarrollo que vino acompañado del incremento en los servicios en el lugar.
Sin embargo, hay temas que aún están pendientes, por los que se reclama soluciones desde hace largo tiempo.
El prioritario es la extensión del asfalto. Pero también demandan cubrir un área mayor con el gas natural, medidas para mejorar el tránsito y más patrullajes los fines de semana.
Infraestructura
La mayor parte del barrio Eusebio Marcilla cuenta con todos los servicios. De hecho, restan solamente un par de cuadras para completar con agua y cloacas a todo el sector, algo que “está prometido para que llegue antes de fin de año”, según lo que indica el presidente de la sociedad de fomento, Jorge Carena.
Además, desde la entidad barrial destacan el hecho de que se haya hecho un nuevo pozo de agua en la zona, lo que permitió mejorar notablemente la prestación del servicio, luego de que, durante mucho tiempo, hubiera denuncias por el agua con olor a nafta.
El asfalto es lo más urgente que necesitamos, aunque sea el cordón cuneta porque cuando llueve hay lugares que se tornan intransitables. Jorge Carena. Pte. de la Sociedad de Fomento.
En cuanto al gas natural, quedan algunas cuadras por completar. “Esto ya lo conversamos –agrega Carena– es un poco caro, pero la gente del barrio está dispuesta a poner el dinero que haga falta para hacerlo a través de consorcio”.
Por otra parte, los vecinos ponderan las mejoras en el alumbrado público a partir de la importante renovación que incluyó la colocación de 150 luminarias: “En el barrio había zonas muy oscuras, principalmente por la calle Fusé entre Ramón Hernández y Alsina, y por suerte se pudo concretar la iluminación de esa parte. Además, se cambiaron otras, y pusieron columnas o pescantes donde había colgantes. Quedó muy bien, ya no es más una boca de lobo y la gente se siente más segura”.
Prioridad: el asfalto
Más allá del progreso de este sector, todavía hay una zona cercana a la colectora de la Ruta 7, en donde todavía las calles son de tierra. Desde la sociedad de fomento aseguran que hace, al menos, desde el año 2011 que están reclamando que llegue el pavimento hasta allí.
“El asfalto está pedido, ya hicimos una reunión con los vecinos y hay buena voluntad para hacer la obra, que serían catorce o quince cuadras”, afirma Carena, para luego añadir: “Ya lo pedimos al municipio y está en carpeta, ahora estamos esperando a ver si tenemos una respuesta. Esto es lo más urgente que necesitamos, aunque sea el cordón cuneta porque cuando llueve hay lugares que se tornan intransitables”.
Esta situación tiene derivaciones respecto del tránsito ya que los lugareños ven que, para evitar las cuadras de tierra que se deterioran con las lluvias y en donde se generan grandes baches, hay conductores que toman calles en contramano.
Carena agrega que el otro gran problema respecto del tránsito está en la intersección de Pastor Bauman y Alsina porque ahí, además, nace Ángel María de Rosa que sale en diagonal: “Se debería poner un semáforo porque es complicado. Ya se puso uno en la esquina de Francia y eso reduce la velocidad, pero en el otro cruce, al salir una calle en diagonal, complica bastante el tránsito. Mientras esperamos una respuesta, pedimos que el semáforo de Pastor Bauman y Ramón Hernández esté sincronizado con el de Francia de alguna manera para que corten y no tengamos tantos problemas”.
Seguridad
Los vecinos de Eusebio Marcilla aseveran que el recambio de luminarias mejoró la seguridad. Además, sostienen que hay patrullajes de la policía.
No obstante, observan que la plazoleta San Ignacio es un lugar que “está medio complicado” por las noches, por lo que solicitaron cámaras de seguridad para esa zona.
En tanto, al ser este un barrio rodeado de confiterías, suele haber hechos de vandalismo. “Tendría que haber un poco más de presencia los sábados, porque los otros días está bastante bien custodiado el barrio”, concluye Carena.