Conocida como la “Esquina de los Cuatro Vientos”, la intersección de Roque Sáenz Peña y Remedios de Escalada de San Martín, en Junín, es parte del imaginario local, y más allá del mito urbano, ahora un grupo de docentes y especialistas explicaron las razones científicas del fenómeno que provoca una fuerte corriente de viento.
En efecto, un trabajo presentado en la feria de ciencias por la docente Daniela Gallo y su compañera Estefanía Vaccarone –al que tuvo acceso Democracia-, que contó con el asesoramiento de la arquitecta Ligia Sáez, sostiene que “son nodos de corriente de aire que al no encontrar forma de continuar su paso, hacen una especie de remolino. El viento incide de manera perpendicular a los edificios y es forzado a descomponerse en dos direcciones: hacia arriba o hacia abajo, lo que genera una aceleración del mismo”.
De esta manera, la corriente ventosa sopla más fuerte alrededor de las bases de los dos edificios, que se encuentran enfrentados, un fenómeno que no solo produce molestias sino que puede también representar inconvenientes para los transeúntes.
En conclusión, el incremento de las ráfagas, cerca de los rascacielos, es causado por el "efecto de corriente descendiente", explicaron los expertos. Y que es más fuerte cuando las construcciones están de frente a los flujos prevalecientes.
La brisa dirigida hacia la parte inferior genera una celeridad a nivel del suelo, que también ocurre si la estructura tiene esquinas completamente cuadradas como sucede en esa zona céntrica de nuestra ciudad.
Efecto Venturi
Además, como las edificaciones están cerca las unas de las otras, se crea un efecto conocido como "canalización", un incremento de la velocidad del viento creado cuando el aire tiene que pasar por un espacio estrecho, explicó a este diario, Santiago Quevedo, piloto de avión y planeador, conocedor del tema.
Se trata de una forma del efecto Venturi, nombrado así por el científico italiano de finales del siglo XVIII, Giovanni Battista Venturi. "Todos estos diversos efectos pueden combinarse para crear vientos más veloces. Es un asunto complejo", afirmaron.
“Cuando el libre flujo del viento se ve obstaculizado por un edificio, tiene que desviarse para rodearlo, por lo cual produce presiones sobre el objeto. Las partículas del aire golpean sobre la cara expuesta ejerciendo un empuje. En los edificios con aristas rectas la velocidad del viento aumenta, y en edificios curvos disminuye”, concluye el proyecto de las docentes juninenses.
COMENTARIOS