Héctor Enrique Rosanigo, martillero y corredor público a cargo de la Inmobiliaria ubicada en Ramón Falcón 361.
Desde 1973 que esta inmobiliaria está en actividad, dedicándose principalmente a la parte de corretaje de inmuebles en la ciudad y el campo. La labor se centra en la venta de inmuebles, intermediando entre comprador y vendedor, asimismo alquileres de inmuebles.
Respecto a la actualidad, en diálogo con Democracia, Héctor Rosanigo dijo que “este es un tiempo muy prolongado, nada normal, con muy poca actividad de concreción de operaciones rurales y urbanas”.
Tras aclarar que este problema era de larga data, rememoró: “el campo dejó de invertir en gran medida cuando en el 2008 se hizo la resolución 125, cuando Cobos dijo que su voto era no positivo. Cuando se puso el cepo en noviembre de 2011, fue definitivo, dejó de invertir. Por cada operación que un agricultor hacía en la ciudad, se desprendían debajo de esa otras diez operaciones de la gente que iba a comprar o vender. Ahora el panorama se agravó por la crisis económica que hay”.
A la pregunta si las inversiones vienen del propio país o del exterior, con los pull de siembras y demás, Rosanigo opinó: “cuando la economía de activa, en cualquier lugar se pueden hacer las ventas. En una época buena, normal, las operaciones en la semana o en el mes, cuanto mucho, eran equivalentes a lo que ahora se pueden hacer en un año. La inversión inmobiliaria cayó enormemente y hay mucha actividad de alquiler”.
Consultado sobre cuál o cuáles serían las medidas que desde el gobierno se podrían implementar para la recuperación del sector, el entrevistado mencionó la puesta en marcha de préstamos “lógicos”, “sin trampas”, que reactivaría el mercado.
“El problema mayor viene por la falta de productividad del país. Si el campo está muy productivo, vuelve a invertir, pero desconfía, teme que le vuelvan a aumentar las retenciones y se están guardando…No es que no tenga dinero, seguro que lo tiene pero no lo invierte por temor a cómo venga la mano de aquí en adelante”, explicó.
Trayectoria
A los 20 años de actividad de su padre, Enrique Máximo Rosanigo, Héctor Rosanigo se incorporó a la actividad.
En la ciudad de Rojas, Enrique empezó con la inmobiliaria en 1953, y en el 1973 se incorporó Héctor a la actividad. Ya a partir del 2002, Héctor se instaló solo en lo que es corretaje de inmuebles, a través de Rosanigo Inmobiliaria.
Héctor Rosanigo es martillero y corredor público, en principio rindió ante un juez, quien lo autorizó a desempeñarse en esta labor y cuando en el 2000 empieza a ser obligatorio tener estudio universitario, en el 2004, por decisión propia hizo la carrera exitosamente.
“Podría haber seguido trabajando legalmente igual, sin hacer la carrera, porque todos aquellos que habíamos sido autorizados a trabajar de martillero y corredor, podíamos seguir haciéndolo, aunque no hiciéramos la carrera universitaria. Yo la hice para tener la posibilidad de un mayor conocimiento. Luego presenté un trabajo en la Universidad, lo tomaron como material de estudio y posteriormente me ofrecieron hacerme cargo de la materia Corretaje. Tengo la tutoría de la materia en el estudio a distancia de la Universidad Nacional del Litorial (Santa Fe)”, manifestó.
“A los alumnos, yo le doy el mismo material que he experimentado en tantos años, absolutamente probado y no me guardo nada para mí. Lo que me interesa es que se mejore la profesión y para eso, todos los colegas debemos contribuir dando el conocimiento que tenemos, no retaceándolo”, afirmó.
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