El cultivo de trigo en la región triplicó en hectáreas el área de siembra respecto de los primeros años de la década.
PANORAMA AGRÍCOLA

El trigo en la zona triplicó el área de siembra respecto de los primeros seis años de la década

El presidente de la Sociedad Rural de Junín, Gustavo Frederking; la titular de la Federación Agraria de Junín, Rosana Franco y el productor y presidente de la Coalición Cívica, Rodrigo Esponda destacaron el crecimiento y las expectativas de cara a la cosecha.

El cultivo de trigo en la región triplicó en hectáreas el área de siembra respecto de los primeros años de la década, según informó la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en un informe sobre la zona que abarca el sur de la provincia de Córdoba, parte de Santa Fe y nuestra región.
Democracia consultó a referentes del sector en nuestra ciudad quienes dieron su visión de la actualidad que atraviesa el cultivo.
El presidente de la Sociedad Rural de Junín, Gustavo Frederking; la titular de la Federación Agraria de Junín, Rosana Franco y el productor y presidente de la Coalición Cívica, Rodrigo Esponda, coincidieron en que más allá de las altas expectativas, conviene ser precavidos porque “falta para contar la cosecha”. 

Buena evolución
Desde la campaña 2010/11 a la de 2015/16, la superficie con trigo apenas despegaba de las 600 mil hectáreas; de ahí en más creció ininterrumpidamente, y en este ciclo 2019-2020 deja su mayor hito en la historia de la región, con 1,7 millones de hectáreas sembradas, consignó el reporte.
"Es un gran año para el trigo. Si se mira su evolución en esta última década, los números de área sembrada son por demás de elocuentes. Luego de pasar 6 años condicionado, desde el ciclo 2016/17 fue creciendo sin interrupciones hasta casi triplicar el área que se sembró en los primeros seis años de esta década", acotó GEA.
Así, de ocupar un pequeño lugar marginal, el trigo pasó a establecerse hoy con un 30 a 40% en las rotaciones en la zona núcleo.
En esta línea, Rosana Franco, titular de la filial Junín de la Federación Agraria Argentina (FAA), afirmó a Democracia que “los sembradíos tempranos están bien (correspondientes a junio) y los de julio vienen un poco más lentos. Están en un estadio normal y las bajas temperaturas contribuyen a un buen crecimiento”. 
Y dijo que este récord en siembra de trigo se debe “a la pérdida de dos años seguidos de cosecha por la sequia y el temporal”. 
“Además hay que rotar los suelos y existe la necesidad de dinero en diciembre, dado que vencen los pagos de alquileres e impuestos”, indicó. 
“Este año el productor consiguió financiamiento a través de acopios, cooperativas y multinacionales, ya que los bancos no tuvieron créditos accesibles para sembrar”, cuestionó la dirigente federada local. 

Recuperación, año a año
Desde la Sociedad Rural, su presidente, Gustavo Frederking aseguró que “los presagios para el trigo son de aumento. Ya desde el año pasado hubo cosecha récord de 19 millones de toneladas. Por los cálculos de hectáreas sembradas y demás se habla de que puede llegar a 21,5 millones de toneladas de trigo”, aunque remarcó: “Me gusta ser cauto y más prudente antes de asegurar esas cifras pero los organismos que realizan esas estadísticas en base a las  hectáreas y el clima hacen esos presagios, que tienen su credibilidad”.
Frederking indicó que “hay un aumento del 8% en la cantidad de hectáreas, se habla de entre 6,5 y 7 millones sembradas. Es un número muy alto y se viene recuperando año a año. Pasó a ser el más rentable de los tres cultivos que se hacen en la zona núcleo: trigo soja, maíz y soja de primera”.
Además, “el trigo está con buen precio, sostenido, a diferencia de la soja y el maíz que están en un precio normal. También se sembró con buena humedad en general y se están dando las condiciones. Hizo mucho frío también”, reseñó el presidente de la Sociedad Rural de Junín.

Gran expectativa
Rodrigo Esponda, productor agropecuario y presidente de la Coalición Cívica de Junín destacó que las expectativas son altas por varias cuestiones: “No solo porque se aumentó la cantidad de siembra, no sé si se triplicó pero sí año a año va creciendo la cantidad porque la previsibilidad del mercado permite diversificar los cultivos”, indicó. 
“Fijate que ya no se habla más de soja, se habla de trigo, de maíz, de soja, de girasol, se habla de la diversificación y eso no solo porque las posibilidades de comercialización son mucho más amplias sino porque también los precios acompañan a que se pueda hacer”.
Ello además ayuda no solo en el mejoramiento de los suelos y rotación de la tierra que tanto bien le hace para cuidar el capital del suelo, sino también “a que los efectos climáticos que podamos sufrir por seca o por inundación sean mitigados, porque la lluvia puede caer en distintas épocas del año y en algunos de los cultivos te va a ir bien. Eso ayuda a que la economía del sector agropecuario y de los pueblos del interior de la provincia de Buenos Aires sea mejor y más estable”.
A pesar de la expectativa, Esponda indicó que se debe tener en cuenta “que hoy se está sembrando, uno ve los campos muy verdes, muy lindos cuando anda por cualquier parte de la provincia de Buenos Aires, pero falta muchísimo para que ese arranque que tuvo la siembra terminen siendo granos y estar en los silos y poder contar la cosecha”.

“Un tercio con trigo”
Algunos productores de Córdoba lo dicen así, "ahora nuestro objetivo es cultivar un tercio con trigo, un tercio con soja y un tercio con maíz", indicaron los autores del análisis.
"El contraste es enorme. En los ciclos agrícolas del 2010 al 2016 era muy común encontrar lotes en los que la soja se hacía sobre soja hasta por cuatro o cinco años seguidos. Ahora se rota", dijeron.
Sólo resta un 10% de los lotes del noreste bonaerense por implantar trigo en la zona, que "se lo piensa con un potencial productivo muy distinto que hace unos seis años".
Ahora se fertiliza el cultivo para obtener 4500 a 5500 kilos por hectárea: "Y la campaña tiene todo para trasformar al cisne triguero en un nuevo récord productivo", evaluaron. 

Avanza lenta la recolección de maíz
En tanto, las labores de cosecha del maíz se realizan con dos a cuatro puntos extras de humedad respecto de los estándares de comercialización (14,5%) y la secada suma más costos al cultivo.
Por esta razón, muchos productores optan esperar para cosechar, a pesar de los riesgos que implican seguir con el cultivo en pie.
"El avance comprende un 40% del total sembrado en diciembre, cuando el año pasado a esta misma fecha ya se había recolectado el 80% de lo cultivado. Los rendimientos promedian los 7800 kilos por hectárea", señalaron en GEA.