Varias décadas atrás, cuando pasaba sus primeros años en Baigorrita, o mientras vivió su niñez y adolescencia en el barrio Gregorio González, nada podía parecerle más lejano a Leonilda Maldonado ser una referente del deporte y obtener títulos internacionales.
Sin embargo, sin proponérselo, se metió de a poco en el mundo de las bochas, ganó numerosos torneos locales, zonales y provinciales, y llegó a ser tres veces campeona sudamericana de la disciplina.
Lejos de cansarse o aburrirse, aún hoy, a sus 80 años, sigue yendo tres o cuatro veces por semana a bochar y pasar el tiempo desarrollando esta actividad que tanto la apasiona.
“Yo soy bochadora, salí bochadora neta, de arrime muy poco”.
Sus inicios
Su acercamiento a este deporte estuvo lejos de ser planificado. “Mi marido jugaba a las bochas y me invitaba, pero yo no quería ir –recuerda– y tanto me insistió que un día lo acompañé al Club Gimnasia y Esgrima”.
Era el año 1974. En esos tiempos había más de sesenta mujeres que jugaban a las bochas. Ese primer día no se sintió cómoda. “A mí no me llevás más ahí porque esas son cosas de viejos” dice que le dijo a su esposo. Pero después regresó. Y una vez que probó un tiro, ya no salió más de la cancha.
“Yo soy bochadora, que es la que sale corriendo y tira la bocha por el aire para pegarle a alguna otra. Salí bochadora neta, de arrime muy poco”, cuenta Leonilda sobre su juego.
Le fue dedicando cada vez más tiempo y muchas veces la convocaban, porque eran muy pocas bochadoras. “Empecé así y salí buena”, dice entre risas.
“Con las bochas se conoce mucha gente y se hacen amistades”.
Trayectoria
Empezó participando en los campeonatos de los clubes locales. Representó poco tiempo a Gimnasia, más adelante jugó para el Suixtil y luego para el Recreativo Italiano.
“Yo jugué mucho tiempo con las hermanas Cristina, Mirta y Lita Battaglino, y después compartí equipo con Alicia y Elena Arce, que eran de O’Higgins”, cuenta.
Ganó certámenes locales, varios zonales y obtuvo siete provinciales. Además, participó en torneos nacionales, pero nunca llegó a imponerse: su mejor performance allí fue un segundo puesto.
Sudamericanos
Más allá de su calidad deportiva, Maldonado siempre tuvo buenas actitudes dentro de las canchas. Y fue eso lo que la llevó –además de sus cualidades como bochófila– a que el presidente de la Confederación Argentina, que solía asistir a los torneos provinciales y nacionales, la eligiera para formar parte del equipo que representaría al país en competencias internacionales.
“Un día viene mi marido y me dice que habían mandado una nota para que yo participara del Campeonato Sudamericano –comenta–, primero dije que no, pero después pensé ‘¿cómo no voy a ir?’ Y acepté”.
Viajó a San Pablo, en 1987, con sus cuatro compañeras de Mar del Plata, Córdoba, Olavarría y Buenos Aires. Allí salió campeona en trío. También se subió a lo más alto del podio en el Sudamericano de 1989, que se disputó en la localidad bonaerense de Salto, lo mismo que en el de 1991, en Montevideo.
“Eso fue lo mejor que me pudo pasar jugando a las bochas –afirma–, me acuerdo que lo de Salto fue hermoso, porque en el Club Compañía, que tiene gradas alrededor, había muchos hinchas que alentaban, se colgaron banderas argentinas y parecía una cancha de fútbol”.
“Hago dos o tres partidos cada vez que voy. ¡Me encanta! Yo entro y paso derecho a las canchas, estoy con las bochas y después sí hago otras cosas”.
Regreso
Se alejó de las canchas durante algunos años por temas personales pero hace un tiempo regresó. Allí vio que ya no había tantas mujeres y las bochas se fue tornando una actividad prácticamente masculina.
“Se perdió todo eso –señala–, en un momento se daban trofeos, después medallas de plata y en un tiempo se jugaba por oro. A veces, antes de empezar me decían ‘mirá Negrita, acá tenés la medalla que te vas a llevar’”.
El último torneo lo disputó hace tres meses, en Olavarría: “La gente que me conocía de antes me venía a saludar y a abrazar. Fue muy lindo”.
Leonilda dice que “con esta actividad se conoce mucha gente y se hacen muchas amistades”. Y puntualiza: “Cuando fui a Olavarría encontré gente de Mar del Plata, de Buenos Aires, de Córdoba, y me decían que siempre se acordaban de mí, y eso que hacía años que no participaba”.
Actualidad
Absolutamente apasionada por las bochas, Maldonado va a El Galpón los martes, jueves, sábados y domingos: “Hago dos o tres partidos cada vez que voy ¡Me encanta! Yo entro y paso derecho a las canchas, estoy con las bochas y después sí hago otras cosas y juego a las cartas”.
Con una trayectoria notable, Leonilda observa que su paso por el deporte y la competencia es valorado por mucha gente. “Son muy lindos los reconocimientos”, asegura.
Hace tres meses, cuando estuvo en Olavarría, en la cena de gala le dieron un cuadro por su trayectoria y su paso por el Sudamericano. En Nueve de Julio también hicieron algo similar y el próximo 9 de agosto será reconocida en una cena por la peña “Como en aquellos tiempos”, junto a otros deportistas de Junín. “Suerte que me lo hacen en vida, porque después ya pasó, pero eso hasta me hace caer las lágrimas”, concluye.
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