La situación económica actual, con pérdida de ingresos para amplios sectores de la población, obliga a repensar la economía cotidiana a muchas familias argentinas que comenzaron a cambiar algunos hábitos y reducir consumos de todo tipo para tratar de que los números cierren en casa.
Un reciente informe denominado Monitor de Humor Político y Social de la consultora D`Alessio IROL/Berensztein observa una tendencia a la baja generalizada en el consumo, especialmente en comer afuera y el uso del delivery aunque señala que la única excepción sería internet, que mantiene un promedio similar al de 2018.
En nuestra ciudad, los datos no son diferentes y de un sondeo callejero realizado por Democracia, los consultados aseguraron haber recortado gastos, especialmente en las salidas y en el ahorro de uso de gas y electricidad.
Salidas y servicios
Según el informe, las caídas más abruptas en los primeros cinco meses de este año se notan en el uso de taxis, el pedido de delivery, comer afuera y la concurrencia al gimnasio, que llegó al 72% del año pasado.
El delivery es otro gustito que las familias están descartando, ya que el 77% dejó de pedir comida a domicilio (en 2018 era el 59%).
Juan Gaab, del barrio El Picaflor, es uno de los juninenses que recortó especialmente las salidas para abaratar los gastos en casa.
“Dejamos las salidas los viernes, o el sábado, actividades recreativas en general ya no” apuntó y agregó: “Los viernes pedíamos comida hecha, el sábado salíamos pero ya no. Y el domingo invitábamos amigos pero hoy ya se comparten gastos”.
Analía Santilli, su mujer, asegura: “Utilizamos un vehículo y hacemos todo de una vez. Tratamos de no ir y venir. Aparte de apagar más perillas y ver en qué se gasta más”
Matías del Monte, del barrio Emilio Mitre, aseguró que con su esposa tratan de “achicar gastos fijos. Hay cosas imprescindibles pero controlamos salidas y gastos. Bajamos el consumo de electricidad pero se sigue pagando mucho”, aseguró.
Del mismo modo lo hace su suegra Mirta Lucero que: “Antes ayudaba a mi hija con ropa y zapatillas para las nenas pero ahora ya no se puede”. También trata de consumir lo indispensable de gas y electricidad.
Graciela Rosales, vecina de Villa Belgrano, indicó que se vuelca a las segundas marcas, tanto en comida como en ropa y sale mucho menos.
“No me gusta cocinar pero ahora no me queda otra. Tuve que dejar de comprar o pedir comida”, aseguró.
Cintia López, del barrio Eusebio Marcilla, afirmó que también recortó salidas y paseos y se vuelca a las segundas marcas. Y para buscar mejores precios, “hoy hay que recorrer mucho”, indicó.
Menos carne y gaseosas
La compra de ropa también disminuyó (78%), cuatro puntos por encima de la caída del año pasado (74%). Los primeros lugares en la reducción los ocupan productos y servicios que exceden a la canasta básica. Los consumidores están tratando de ajustar el uso de servicios básicos como el gas y la luz.
También cayó en el supermercado el consumo de 12 productos. La carne vacuna y las gaseosas son los primeros en ser desplazados por 7 de cada 10 encuestados. Le siguen otras bebidas como la cerveza, con el 66% y el vino, con el 64%.
También, para el 60%, los postres lácteos, fiambres, pescado y manteca son los productos que pierden su lugar en el changuito del supermercado. Lo que sí se incrementó es el consumo de arroz y fideos. Pero, el rubro alimentos es de los más golpeados y la sustitución de primeras marcas ya se convirtió en una costumbre: 8 de cada 10 argentinos eligen segundas y terceras marcas.
El taxi se transformó en otra de las principales privaciones, ya que el 70% dejó de tomarlo. Pero también es notorio la caída del uso del auto propio, que asciende al 62% de la gente.
La crisis también afecta indirectamente a la salud, ya que la interrupción del gimnasio asciende al 60% de los consultados respecto del 44% en 2018. En salidas y placeres como ir al cine o al teatro, el 76% interrumpió o redujo esas opciones de entretenimiento.
Los viajes de vacaciones también cayeron: el 74% de los entrevistados respondió que abandonó o disminuyó la frecuencia. Algunos rubros resisten más que otros y tienen que ver con comodidades hogareñas como la televisión por cable, cuya merma trepó al 44 por ciento (5% más que en 2018), Internet orilla el 34 por ciento (contra el 30%) y Netflix asciende al 33 por ciento (contra el 19%).
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