Los tatuadores Alberto González Mejías, más conocido como “Cuba” y Edgardo Albornoz, de nuestra ciudad, obtuvieron el primer premio en la Tercera Convención World Tattoo que se realizó días atrás en Santa Fe.
Los jóvenes se hicieron con el primer puesto en la categoría fusión, primer puesto en mejor estilo innovador, primeros en mejor tattoo del día y primer puesto al mejor tattoo de la convención.
Según explicó Edgardo, el trabajo que hizo con Alberto “fue parte de la categoría fusión, es decir son dos tatuadores en una misma pieza”.
Además de los premios obtenidos, la joven tatuada por ellos también resultó premiada. En dos semanas participarán nuevamente en un evento, esta vez en Caseros, en una competencia internacional.
Reconocimiento
“Fuimos muy bienvenidos en la convención y haber ganado es un grano que ayuda a la carrera, da mucha gratificación, especialmente porque había más de 50 tatuadores”, destacó Alberto, el joven cubano que llegó a Junín hace diez años.
Para Edgard, que vive en la ciudad desde hace cuatro, “el hecho de que un jurado vea tu trabajo es importante, especialmente porque le agrega calidad. Luego la persona tiene la seguridad de que se realiza un tatuaje de calidad”.
Desde La Habana
“Cuba” perfeccionó sus conocimientos sobre tatuajes en nuestra ciudad cuando llegó, en 2009 y apostó a su estudio.
“Me costó el cambio de costumbres el primer año, emigrar de tu país no es fácil, pero luego me sentí muy bien acogido y estoy contento, muy bien”, asegura y dice que no tiene planes de volver a Cuba aunque sí extraña “el movimiento y la vida que hay en la ciudad, la playa, los amigos”, aunque muchos ya no están en Cuba.
De hecho resalta que en su barrio, en su cuadra, “éramos nueve chicos y ocho emigramos. Mucha gente se va por la situación económica, política y social. No hay libertad en ningún aspecto”.
Para él, “el que no ha vivido un socialismo como el de Cuba y lo ve desde afuera, en un auto 0k y con un plato de comida en la mesa, no lo entiende. Hay que vivirlo en carne propia y no como turista”, aseguró.
De soldador a tatuador
Edgardo Albornoz, nació en San Nicolás, y vivió en Constitución y en Córdoba. A los 21 años se fue a Estados Unidos y volvió en 2015, cuando se instaló en Junín.
Si bien trabajó como soldador en plantas químicas, siempre se dedicó a realizar trabajos artísticos de aerografía vehicular, hasta que a su llegada a Junín incursionó en el mundo de la tinta.
COMENTARIOS