Según los últimos datos del Indec, los salarios de los argentinos perdieron un 12,1% durante 2018 a causa de la inflación.
Hoy, un trabajador bonaerense debe afrontar no solo una canasta básica de $10,577,16 sino una suba exponencial de tarifas por servicios básicos como luz y gas, con un salario promedio de 23 mil pesos mensuales.
En nuestra ciudad, el comercio es uno de los rubros que más destaca por el número de empleados que engloba y según informaron a Democracia, desde el Sindicato de Empleados de Comercio, el sueldo de un empleado de categoría B, hoy ronda los 23 mil pesos. Para ser más exactos, el sueldo neto, de bolsillo es de $23.813,78.
A los montos de la canasta básica, que se compone de aquellos bienes necesarios para cubrir las necesidades nutricionales de un adulto, se le suman las tarifas y servicios, hoy, con montos exacerbados que debe abonar un trabajador y claro está, no se incluye el posible pago de un alquiler, pago de tasas, gastos escolares, gastos de vestimenta, mantención de un vehículo, y la lista sigue.
Esta pérdida de los salarios se refleja e incide directamente en la baja del consumo que sufrió la Región en el último año.
Lo cierto es que afrontar el pago de una boleta de gas, de electricidad y un servicio de cable e internet, se volvieron casi lujos para una familia de a pie.
Un 20% del salario
Un factor determinante en la caída del poder adquisitivo fue el aumento de las tarifas de los servicios públicos.
Según un trabajo elaborado por el Instituto de Estudios sobre Estado y Participación, de ATE provincia de Buenos Aires, “el peso de los servicios en el sueldo de un Administrativo (ley 10.430) pasó de 3,8% a 17,2%, en el caso de los docentes, y para los auxiliares de educación aumentó de 3,6% a 16,1%”.
Para dicha estimación tomaron en cuenta los salarios de bolsillo, representativos del común de los trabajadores de los sectores referidos y gastos moderados de electricidad, gas, agua y transporte público de una familia tipo del Área Metropolitana de Buenos Aires.
Para el caso de nuestra ciudad, si tomáramos el sueldo de un empleado de comercio, estimado en 23 mil pesos mensuales, se puede realizar un cálculo estimado, que ronda en algo más del 20% de su salario que debe destinarse a gastos de servicios básicos.
Por caso, una factura de gas en promedio, para enero –un mes de menor consumo-, rondó los $900 y $1000, aunque cabe aclarar que la facturación es bimestral.
Una boleta de luz, también de enero (en un verano benévolo) le costó en promedio a los juninenses alrededor de $1000 y $1500, siempre con un consumo domiciliario estimado
El servicio de cable, que suele abonarse con promociones durante algunos meses ronda los $1000 y ronda el mismo precio el servicio de internet.
El costo de un plan de telefonía celular ronda los $600 y actualmente es parte de lo que se considera un servicio básico.
Aumentos de gas y luz
Las tarifas de gas y electricidad son las que más subas mostraron de un año a otro.
Para el caso de la luz, en el mes de febrero hubo un aumento del 28% y cerrará este año con un incremento total del 38%, incluído un ajuste del 4% reacumulativo en mayo y agosto.
De hecho, entre febrero de 2018 y el mismo mes de 2019, la tarifa de electricidad aumentó alrededor del 60%.
Una factura de gas promedio, según indicaron a Democracia desde Grupo Servicios Junín, “en agosto de 2018 fue de $2750” y advirtieron que este año, “sumados los aumentos estimados, pasará a ser de $4500, siempre de orden bimestral”.
Según datos del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), en los últimos años, más de 87 mil hogares se desconectaron de la red de Metrogas, casi un 10% de usuarios de la empresa.
En nuestra ciudad, según Gas Junín, se produjeron bajas por no poder pagar, pero aseguran que se tratan de “casos aislados”. En un año, se desconectaron 280 usuarios, lo que consideran un número bajo, comparado con los 30 mil usuarios que posee la empresa.
Asimismo, destacaron que “subieron sensiblemente los casos de cortes por falta de pago donde no se realiza reconección”.
También se incrementaron las moras pero la cobrabilidad “se mantiene”.
El defensor del Pueblo adjunto, Walter Martello consideró que en muchos casos, la baja de la red de gas está vinculada con la suba de tarifas.
“Ante la falta de posibilidad de pago, se registran deudas y morosidades que hacen que después se interrumpa el servicio”, indicó y agregó: “Esto lleva a que la gente de clase media se mude a instalación eléctrica. La clase baja a garrafa y la muy baja a otro tipo de combustible, como la leña. Con este 2.400% de aumento desde 2015, hemos retrocedido mucho y hay que tener en cuenta que en seis meses se va a discutir un nuevo incremento”.
Trabajadores en la Provincia
En Buenos Aires conviven distintos regímenes donde, por ejemplo, los trabajadores de la Salud, con un horario de 48 horas semanales, ganan desde 23.161,02 en la categoría 5 hasta 48.454,35 en la categoría 24. También gozan de salarios superiores a los casi 27 mil que se requieren (según el Indec) para estar por arriba de la línea de pobreza (comprar alimentos, alquiler y servicios) los trabajadores de los organismos de la Constitución (Contaduría, Tesorería y Tribunal de Cuenta), los oficiales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, los médicos hospitalarios (aunque con niveles salariales muy inferiores a los privados), y los empleados del Banco Provincia, entre otros.
Cabe aclarar que estos estamentos de la Provincia conviven con el sueldo inicial de un maestro de grado que es de poco más de 16 mil pesos.
Todos, sin excepción, fueron fuertemente impactados por la inflación. Al igual que los salarios privados que, según informó en febrero el Indec, durante 2018 perdieron un 12,1% de su poder adquisitivo ante la inflación.
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