EN CADA ENCUENTRO JUNTAN ALIMENTOS QUE SON DONADOS A LOS COMEDORES DE JUNÍN

Las carreras de autos lanzados a mano, una pasión que no distingue edades

Como en la infancia, acondicionan los coches con ruedas de plásticos revestidas de caucho y usan lapiceras como ejes. Todos los sábados compiten por puntos en el Parque Borchex y en la semana buscan pasar un buen momento en la Plaza Marcilla tirando los autitos de la niñez.

Adultos y niños se reúnen con un mismo fin: realizar carreras de autitos impulsados a mano, una pasión que ya no distingue edades en Junín.
Cada sábado, desde las 16.30, los competidores se reúnen en el Parque Borchex donde corren por puntos, en el marco de un campeonato que además posee un reglamento que ellos mismos gestionan. 
Además, cada miércoles por la noche, en la Plaza Eusebio Marcilla, los aficionados se reúnen para pasar un buen momento con el fin de lanzarlos por placer. “Todas las noches vamos a tirar y tomar mates con la familia”, indicó Mario Migliavaca en diálogo con TeleJunín.
Los participantes llegan a la pista marcada con tiza con sus autos que ellos mismos arman con ruedas de plásticos forradas de caucho y elementos que van juntando, quizás de otros juguetes de la infancia que vuelven a aparecer con el correr del tiempo.
Pero cada encuentro también es una oportunidad de ayudar a los demás, ya que tanto los corredores como espectadores llevan alimentos no perecederos que luego son distribuidos en los comedores de la Ciudad. 

 

“Volver a la infancia”
“Es volver a la infancia, no solamente a los recuerdos sino a las actitudes de lo que es la ‘carrerita’. Esto nació en un asado hablando con los muchachos de los recuerdos y decidimos armar las carreritas y comprar tres autitos que no se consiguieron”, explicó Sergio Olivera en los estudios del canal. Y agregó: “Transcurriendo el camino de armar los autos, nos fuimos encontrando con gente que se fue sumando y cuando quisimos acordar ya eran 150”.
Los entusiastas se reúnen en torno al escenario, se arrodillan para medir la fuerza del tiro y uno por turno hace llegar el auto en miniatura lo más lejos posible. La actividad tomó tanta trascendencia, que hoy en Argentina existe la Asociación de Pilotos de Autos a Mano Competición (Apamaco).
“De chicos éramos los vagos del barrio porque corríamos a la hora de la siesta con estos autitos y fijate como cambió todo. Antes no había plata para comprarlos, sino que había que buscarlos entre el montón de cosas tiradas”, recordó Gustavo Villegas.
“Me acuerdo que pasaba el basurero, le pedíamos chiches y nos tiraban estos juguetes que nosotros armábamos para correr. Ahora somos los grandotes vagos del barrio y seguimos haciendo lío con los autitos”, bromeó. 
“Los chicos se van enganchando, que nos pone contentos, y a otros les cuesta por pudor y vergüenza. Hay muchos que en la semana y los sábados participan en las competencias. Sorprendidos, nos preguntan cómo se armaban y cómo hacíamos, ya que para ellos conseguir las cosas hoy por ahí es más fácil, a diferencia de nosotros que nos costó bastante”, afirmó Freddy Actis.
“En nuestra época se corría en las veredas disparejas, se ponían los reglamentos a medida que se iban lanzando y existía la pelea de todo chico que no quería perder. Hoy somos grandes y nos sigue pasando lo mismo, seguimos discutiendo de la misma manera, más allá de que pusimos un reglamento de armado y otro de carrera, para que no suceda esto. Igualmente se arman discusiones, pero sanas”, carcajeó.

El armado
En relación al armado de los autitos, Migliavaca explicó que “se pone gomitas de 3 centímetros de caucho cortadas a manos en las ruedas y los ejes son lapiceras de 12 centímetros. El plomo va en el medio de la carrocería, adentro. No es difícil, y por ejemplo acá hicimos uno con una botella”.

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