El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en el mes de diciembre una variación de 2,6% con relación al mes anterior, acumulando en el año 2018 una variación punta a punta de 47,6%. Sin embargo, esta medición no refleja lo que sucedió en todos los rubros, muchos de los cuales, como ser transporte, alimentos y bebidas no alcohólicas, salud y mantenimiento del hogar, crecieron por arriba del promedio medido por el Indec (ver gráfico).
De esta forma, no solo la inflación acumulada a lo largo del año anterior es inédita, sino también la corrección en los precios mayoristas, que en este caso hace 16 años que no alcanzaba guarismos tan elevados.
De esta forma, no solo se espera que si bien en términos más controlados que el año pasado, también al Gobierno le resultará muy difícil bajar del 30% el nivel de inflación, según los cálculos de los economistas.
Democracia realizó una rueda de consulta con dirigentes y referentes juninenses de distintos rubros para saber qué expectativas tienen para este año con respecto a dos variables claves al momento de analizar la economía doméstica: qué puede ocurrir con las negociaciones de salarios y las proyecciones inflacionarias.
Parejas: “Quiero ser optimista”
Para el presidente de la Sociedad Comercio e Industria de Junín (SCIJ), Raúl Parejas, “el panorama no es muy alentador”. Sin embargo afirmó: “Quiero ser optimista, porque si no va a ser muy difícil. Le pedimos una rebaja o una prórroga al intendente Pablo Petrecca en los impuestos de seguridad e higiene, para aliviar a las pymes y al comercio, que está asfixiado por tantos impuestos, y logramos un descuento hasta abril del 10% y del 50% para los que pagan bimestralmente. Desde el municipio confían en una reactivación de la economía a partir de mayo, ojalá sea cierto, después habría un fuerte ingreso de dólares de la cosecha, a partir de julio, esperemos que el Gobierno los use bien, porque toda la Argentina la está pasando mal, el que tiene una pyme está asfixiado, la gente achica sus gastos, hay comercios y pymes que cierran”.
Con respecto a una posible reactivación por el año electoral, el dirigente afirmó: “Creo que a lo mejor algo puede haber, pero es triste pensarlo de ese modo, porque debería ser algo sustentable y no solo por las elecciones”.
Y agregó: “Complica la inflación, las cosas han aumentado mucho y el sueldo no caminó de la misma forma, por esa razón tienen problemas las pymes y el comercio”.
Sierra: “Pérdida del poder adquisitivo”
Francina Sierra, titular de Suteba Junín, afirmó a este diario: “Todavía no cerramos la paritaria de 2018, si bien la gobernadora Vidal, en forma arbitraria, decidió dar un 30% de aumento, ese porcentaje quedó muy por debajo de lo que nosotros pedíamos y de lo que ella había prometido, que era la equiparación de los salarios docentes con la inflación, que el año pasado llegó casi al 48%, por lo que hay 18 puntos porcentuales que hay que negociar”.
Y la sindicalista agregó: “Para este año desde el gobierno dicen que nos van a convocar en febrero a negociar salarios, y nosotros pedimos que sea ahora, en enero, para no terminar como todos los años sin certezas sobre el inicio del ciclo lectivo. Venimos arrastrando una pérdida del poder adquisitivo del año pasado y hubo un incipiente ofrecimiento para este año, que rondaba el 20%, en seis cuotas, frente a una inflación que ya se prevé del 30% en 2019. Nuestros sueldos son bajos, estamos hablando de un sueldo inicial de 16 mil pesos para un maestro, entonces la inflación es mucho mayor porque nuestro poder adquisitivo es menor, y va mayormente al pago de alimentos y al pago de tarifas, rubros que este año van a sufrir aumentos muy importantes, por lo que impacta de lleno en el bolsillo de los docentes”.
Azil: “Recomponer el 2018”
Héctor Azil, titular de ATSA Junín, afirmó a Democracia: “Con respecto a los convenios de sanidad, tuvimos dos acuerdos con recomposición automática por inflación, por lo que tenemos escalas nuevas, que equipararon la inflación. Los otros convenios quedaron atrasados con subas del 30% en promedio, por lo que en febrero va a haber reuniones paritarias, primero para recomponer la pérdida de 2018 y proyectar el aumento para 2019. No tenemos la proyección de 2019, porque es imposible que se cumplan las metas del Gobierno, cuando ellos mismos son generadores de inflación a través de las tarifas, las tasas, ya vimos en Junín lo que aumentaron los impuestos; lo único que quedaría atrasado es el salario, así que ya veremos, nuestros convenios vencen a partir de mayo, y el resto en julio y agosto”.
Melo: “Falta de previsibilidad”
Federico Melo, secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) de Junín, afirmó a este diario: “En abril vamos a reabrir las paritarias, tenemos un problema muy grande, como todos los gremios, que es la falta de previsibilidad, el año pasado cuando la pauta era de un 15%, se tuvieron que reabrir dos revisiones paritarias más, en nuestro caso llegamos a un 45% de aumento, dado que la inflación se descontroló, y creo que este año vamos por el mismo rumbo, ya que el Gobierno está proyectando una pauta salarial levemente superior al 20%, vemos que los servicios están aumentando por arriba del 30 y el 40 por ciento, como la luz, el gas, los alquileres, las tasas municipales a nivel local, entonces la pauta salarial oficial ya suena no tan bien”.
Y el dirigente mercantil anticipó: “Va a ser un año en el cual los gremios van a tener que defender el salario y los puestos de trabajo. El sector comercio viene atravesando un momento muy difícil, tanto el pequeño comerciante como las pymes, con una envestida en los servicios, y lamentablemente no se está reactivando el consumo como debiera, hubo un respiro a fin de año por las Fiestas, pero esto debería ser una constante, y tenemos que bregar porque esto suceda, tanto por los comerciantes como por los trabajadores del sector, que suman 1.200.000 en todo el país”.
Aguiar: “Si se reactiva el consumo se potencia la inflación”
Para el economista del Frente Renovador Santiago Aguiar, “la dinámica económica para 2019 va a estar signada por una inercia inflacionaria que se arrastra de 2018 y que va a continuar a partir del aumento de los servicios que se anunció para el primer trimestre de este año. Por otro parte, lo que quedó de 2018 es una caída en el consumo muy fuerte, a partir de la pérdida del poder adquisitivo del salario, entonces la discusión va a estar en la paritaria de comienzos de este año, para ver si se recomponen los salarios o vuelven a perder contra la inflación; una inflación que en el consenso de los analistas está asegurando un 30% este año y quizás un poco más, por lo que la discusión salarial va a estar complicada, sobre todo en un año en el cual el Gobierno probablemente va a intentar darle un poco de oxígeno al consumo y reactivarlo de alguna manera, por eso muchos están previendo una inyección de dinero importante en el proceso electoral para reactivar el consumo, algo que le conviene electoralmente a Cambiemos, pero que seguramente va a reactivar mecanismos de inflación”.
Y añadió: “En 2018 la devaluación fue del 110%, los precios mayoristas aumentaron un 75%, o sea que no aumentaron todo lo que podían subir, y los minoristas, un 48%, por lo tanto, hay un gap (diferencia) ahí que seguramente se va a ajustar, parte de los costos mayoristas y el achique de rentabilidad se va a intentar trasladar a la góndola, así que la disyuntiva que tiene Cambiemos es no solo contener la inflación, sino también la necesidad de reactivar el consumo por un tema electoral, con el riesgo de que ese consumo dispare aún más la inflación, todo esto esperando una estabilidad cambiaria, cuya contracara es la fuerte caída del nivel de actividad y el consumo, lo que hizo que muchas empresas hayan tenido que liquidar stock y disminuir su rentabilidad, con lo cual es muy probable que –aunque aún no están las estadísticas- a fines de 2018 hayamos tenido pérdidas de puestos de empleo”.
“La gran cuestión es que si se reactiva el consumo se potencia la inflación. Va a ser un año difícil, con inflación alta, por encima del 30%, y creo que Cambiemos no va a corregir el rumbo de la política monetaria en los primeros dos trimestres, pero después seguramente va a haber política clientelar, de subsidios, y de alguna manera tratar de inyectar dinero en la economía, contrariamente de lo que dice el acuerdo con el FMI, seguramente van a buscar por ese lado para que los bolsillos encuentren algún beneficio a la hora de tener que votar. Pero acá tenemos un componente importante, que es el condicionamiento muy fuerte en la política monetaria del Fondo. Va a ser un año de inflación alta y espero que los salarios pierden menos que este año y se puedan recomponer de alguna manera”, afirmó.
Los tarifazos
Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), el sinceramiento del precio de las tarifas y el pasaje de la suba del tipo de cambio a precios se manifestaron en una aceleración de la tasa de inflación en 2018, el cual se posicionó como el tercer año par consecutivo de aceleración inflacionaria, impulsadas principalmente, por devaluaciones para corregir los problemas de déficit externo.
Sin embargo, siempre según este estudio, las tasas de inflación de 2018 fueron relativamente menores a las que precedieron a otras devaluaciones en el pasado reciente, si se tiene en cuenta el enorme ajuste cambiario.
Esto fue producto del sesgo contractivo de la política monetaria que emprendió el Banco Central, en especial durante la administración de Guido Sandleris.
El alza generalizada de los precios para 2019 va a surgir de factores clave como la resolución del proceso de ajuste tarifario del transporte y la energía, y del pasaje a precios minoristas que ocasionen las eventuales subas del tipo de cambio.
Estos reposicionamientos de valores tienen que ver con la búsqueda de nuevos equilibrios en los precios relativos de la economía.
Un precio relativo es aquel precio de un bien o servicio que no se lee en pesos corrientes, sino que está expresado en términos de otro bien. En la jerga económica, un precio relativo es también un costo de oportunidad, ya que expresa el número de unidades de un bien o servicio a las que hay que renunciar para consumir una unidad adicional de otro bien o servicio.
El ejemplo más tradicional de precio relativo es el precio de la moneda estadounidense, conocido como el tipo de cambio: $38,60 equivalen a 1 dólar.
El rol del sistema de precios relativos en una economía es actuar como una brújula para orientar las decisiones de inversión, producción, consumo y ahorro, señalando cuáles son los productos más escasos relativamente. Sin embargo, en un entorno de alta inflación, la recopilación de la información que proveen los mercados por medio del sistema de precios se vuelve más costosa, y se distorsiona con la presencia de variadas intervenciones como son subsidios, impuestos, aranceles, retenciones y otras restricciones.
Los episodios de ruptura y modificaciones del régimen económico como el de 2018, derivan en cambios importantes en los precios relativos.
Algunos de estos cambios se dan de forma inmediata (como un salto en el tipo de cambio en pocos días) y otros, mediante procesos de “tanteo”, pueden perdurar por un largo periodo de tiempo (como ocurre con los precios de bienes y servicios luego de una devaluación).
Por ejemplo, el precio de un insumo constituye un costo de los bienes finales, que a su vez influyen sobre el costo de los factores de producción, y éstos luego inciden sobre los costos de la mayoría de los bienes y servicios, inclusive sobre algunos insumos para otros procesos productivos.
Como Argentina tiene un problema inflacionario crónico que da lugar a distorsiones de precios relativos, el conjunto de valores relativos de los bienes y servicios se encuentra continuamente desfasado (adelantos y rezagos) tanto respecto a otros precios del mercado interno como a precios de países socios comerciales.
Específicamente, en los últimos 12 meses el nivel general de precios a nivel nacional aumentó un 47,6%, pero dentro del IPC nacional se observan distintos números en las variaciones de los capítulos que lo componen, por ejemplo el componente de precios regulados (tarifas) aumentó un 53,5% en el mismo periodo, mientras que el componente núcleo creció 47,7% y el grupo de bienes estacionales lo hizo en un 55,2%.
En este último año se sucedieron varios ajustes de precios relativos y también varios desajustes. Las tarifas y el precio del dólar aumentaron más que el IPC en parte tratando de recuperar una porción del “atraso” que han tenido en los últimos 10 años, destaca el informe.
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