Según el último informe publicado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), los precios de los medicamentos en Argentina crecieron un 188% en los últimos tres años: lo que implica que los fármacos aumentaron casi 25 puntos porcentuales por sobre el nivel de inflación.
En el estudio, basado en un relevamiento sobre más de 120 drogas de consumo masivo en función al precio de venta de remedios a consumidor final, se destacan las subas más pronunciadas entre medicamentos para las tiroides (+320), ansiolíticos (+317%), analgésicos antiespasmódicos (+299), hipocolesterolemiantes (+254%), corticosteroides (246%) y broncodilatadores (+229%).
“Esto constituye un claro factor de perjuicio para un estrato de la población -en especial adultos mayores- que muchas veces se ven imposibilitados de hacer frente a los incrementos, en un contexto macroeconómico en donde la inflación no da tregua y, en particular, en un entorno en el cual aumentaron notablemente, además, los precios de los servicios públicos y los alimentos”, analiza el informe universitario ligado a la Licenciatura en Economía de la UNDAV, que mantiene abierta su inscripción para el Ciclo Lectivo 2019.
Y remarca luego: “En particular, el consumo de bienes y servicios relativos a la salud tiene un carácter distintivo sobre los demás, dadas sus características de baja elasticidad de demanda respecto a la magnitud en las variaciones de sus precios. Esto se debe a que se trata de productos esenciales e insustituibles”.
En este marco, los principales medicamentos genéricos también registran considerables subas, con aumentos acumulados de hasta un 190% en los últimos tres años, como es el caso del Clonazepam y otras drogas con incrementos menores como sucede con el Propinox (+165%), el Ibuprofeno (+157%), la Amoxicilina (+154%) y el Omeprazol (+149%).
Otro impacto relevante sobre el gasto familiar en salud, se vincula con los aumentos en prepagas, donde a pesar de que las empresas se enfrentan a una menor demanda, buscaron compensar vía precios la merma de ingresos.
En diciembre de 2018 aumentaron por quinta vez en el año y, en el acumulado desde febrero de 2016, el aumento en la cuota fue del 165,3%: 22 puntos porcentuales por sobre la inflación.
En esta ecuación se vislumbra una mayor incidencia de las prepagas sobre los ingresos que hace tres años atrás: el peso de la cuota de prepagas pasó de representar el 21% de un Salario Mínimo Vital y Móvil en el promedio de 2015 a 27,5% en el promedio noviembre del corriente año 2018.
De esta manera, en los últimos tres años, el peso promedio del costo de las prepagas se incrementó 10 puntos, en relación al salario promedio.
En este marco, el incremento de precios por sobre el avance en el nivel de ingresos determinó que el poder de compra de una canasta representativa de medicamentos decreciera un 33,5% en relación al salario mínimo, un 30,1% en comparación a la asignación por hijo y 18,4% respecto a la jubilación media.
No obstante, debido al carácter inelástico de la demanda de estos productos, la industria farmacéutica continuó registrando importantes aumentos en la facturación.
Por caso, el volumen comerciado en pesos aumentó 17,3% en los primeros seis meses del año y, en contraste, el segmento de reventa de remedios importados trepó 26,9% en igual período.
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