Una de las preguntas que surgen a partir de este escenario en que no se puede hacer frente a la tarjeta es si conviene sacar un crédito para cancelar lo que se debe y evitar hacer un pago mínimo. Ante esto, Aguiar señala: “Obviamente, siempre es mejor lo más barato. Hoy, usar la tarjeta de crédito como forma de financiamiento es la peor de las elecciones. Normalmente se puede tomar un crédito personal porque, en general, la tasa está en la mitad de lo que cuesta refinanciar la tarjeta de crédito. Entonces, a veces puede ser más conveniente sacar un crédito para cancelarla, siempre que se haya llegado a un punto donde no se pudo pagar el total del resumen. Hay que decir que el crédito tampoco es barato, lo ideal es no llegar a esa instancia, pero si no se tiene otra alternativa, se puede evaluar”.
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