Desde hace cinco años, la Asociación Sentir la Vida se propuso ser un espacio diferente, de ayuda y acompañamiento para pacientes con diagnóstico de cáncer, pero también para familiares y amigos de quienes atraviesan la enfermedad.
Si bien nació como un grupo de autoayuda, así funcionaron durante tres años hasta convertirse en un asociación.
“Hace cinco años que estamos, siempre fuimos mujeres”, comienza a relatar María Salomé Moreno, secretaria de Sentir la Vida.
“Esta idea surge de quien hoy es la presidenta, Silvia, que había transitado un cáncer de mama, al igual que su amiga. Ellas llegan con la propuesta para armar un grupo y ayudar a personas que están pasando por esa situación”.
Actualmente son un grupo de diez personas quienes conforman la asociación pero cuentan con colaboradoras, gente que se acerca a dar una mano en el taller de pelucas, una iniciativa diferente en la ciudad.
No todas las integrantes son pacientes oncológicas, de hecho hay familiares y colaboradoras pero todas tienen un mismo objetivo: acompañar y visibilizar una enfermedad que en muchos casos se puede revertir con un diagnóstico temprano.
Taller de pelucas
“A partir de convertirnos en una asociación, el objetivo que era el acompañamiento y seguimiento y apoyo se fue ampliando y comenzamos a plantearnos otros objetivos”, cuenta María Salomé.
Desde el año pasado emprendieron un taller de armado de pelucas oncológicas.
“Nos fuimos encontrando con la dificultad para adquirirlas. Eso le pasaba a muchas mujeres en tratamiento, a quienes se les comenzaba a caer el pelo y el acceso a una peluca era, es y seguirá siendo muy costoso”.
La idea de movilizarse en octubre es porque todo el mundo está más sensibilizado con el tema, todos lo empiezan a visibilizar. Para nosotros es el momento de salir a la calle y que nos reconozcan. María Salomé Moreno. Secretaria
Es por ello que conformaron un banco de pañuelos, turbantes y pelucas y las facilitaban a quienes las necesitaban.
“Pero en muchos casos las donadas no eran de los mejor, entonces decidimos capacitarnos y empezamos a hacer las pelucas. De hecho lo estamos haciendo desde el año pasado”, explicó.
Sumado al taller, las voluntarias realizan campañas de recolección de cabello, de objetos que se necesitan para el armado.
Las actividades y talleres se realizan en la sede de la asociación, en Alemania 399.
Todos los lunes de 15 a 17 se reúnen, reciben donaciones y se realiza el taller, además de encuentros de reflexión, de acompañamiento, de prevención.
Octubre, mes del cáncer de mama
Como todos los años, en octubre, el mes por la lucha internacional contra el cáncer de mama, Sentir la Vida organiza y participa de actividades.
“Otros años hemos participado con el hospital y centros de salud en campañas y todos los años hacemos una ‘folleteada’ por la ciudad, en diferentes días y puntos, para que nos conozcan, que sepan lo que hacemos y apuntar a la concientización y la importancia de los controles, aunque todos lo sabemos no todos lo hacen”.
La idea de movilizarse en octubre, según indicó Salomé, “es porque todo el mundo está más sensibilizado con el tema, todos lo empiezan a visibilizar, en todos lados. Para nosotros es el momento de salir a la calle y que nos reconozcan”.
Apoyo y contención
Si bien la asociación conforma un espacio de contención y apoyo, Salomé destaca que “no siempre y no todos tienen la necesidad de seguir en el grupo, muchas personas necesitan en algún momento salir de ese agujero en el que se cae después de un diagnóstico de cáncer y una vez que lo hicieron muchos no desean seguir participando”.
Aún así, el grupo continúa estoico, tratando de ser un espacio de reflexión y apoyo para quienes deciden acercarse.
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