El exceso de alcohol al volante es un flagelo que en nuestra ciudad, en sintonía con lo que ocurre en todo el país, recrudece especialmente los fines de semana, muchas veces con consecuencias trágicas.
Según estadísticas de la Municipalidad de Junín –obtenidas por Democracia-, en lo que va del año se labraron 233 infracciones a conductores con exceso de alcohol en sangre, a razón, en promedio, de 25 multas con retención de vehículo y carnet de conducir por mes.
En diálogo con Democracia, Mario Olmedo, subsecretario de Control Ciudadano, afirmó: “Estamos haciendo operativos todos los fines de semana en distintos lugares de Junín y a veces son dos grupos por noche. Trabajamos con colaboración de la Policía Local y Gendarmería para proceder a hacer las detenciones. Vehículo que se para, se le hace el control de alcoholemia y hay muchos resultados punibles, que están excedidos en lo que marca la ley de tránsito”.
“Además, están los ‘positivos’, pero no están transgrediendo lo que dice la norma, ya que están debajo de 0,5. En caso de infringir la ley de tránsito, tanto motocicletas y automóviles son secuestrados y llevados en la grúa al playón municipal y se hacen los descargos en el Juzgado de Faltas”, explicó y reclamó una ley de alcohol cero.
Alcohol cero
La Defensoría del Pueblo bonaerense presentó un estudio que demuestra que la mayoría de los conductores apoyan la aplicación de una ley de alcohol cero, en un contexto de reclamos ante la falta de controles policiales para evitar que se produzcan siniestros viales producto del consumo excesivo de bebidas.
“Se trata de una encuesta que muestra una clara postura ante una problemática que parece muy difícil de solucionar, como es la de los peligros relacionados a la gente que maneja luego de tomar más alcohol del permitido. Además, sirve para proyectar un pedido para que las autoridades tomen cartas en el asunto y sumen más controles”, sostuvo el Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino.
El informe indica que casi el 80% aprueba que se aplique el alcohol cero. De estos, un 37,9% cree que de esta forma pueden disminuir los siniestros, y un 46,4% considera que esta propuesta tendría éxito solo si se controla su aplicación.
A su vez, un 74% consideró la posibilidad de que se introduzca un sistema de puntos para los conductores que, en el caso de que se cometan infracciones, se le resten unidades y se le apliquen penalidades (muy de acuerdo el 46,8% y de acuerdo el 27%).
Cuando se preguntó cuán a menudo encuentran los controles de alcoholemia, el 54,9 de los conductores aseguró no verlos nunca y un 25,2% casi nunca. En tanto, casi el 67% consideró que estos puestos están orientados a recaudar y no a mejorar la seguridad vial.
Los conductores y las leyes
El trabajo de la Defensoría también profundizó sobre el conocimiento que tienen los conductores sobre las normas relacionadas que penalizan la ingesta de bebidas alcohólicas. La mayoría sabe qué cantidad de copas de vino o de cerveza a partir de la cual el test da positivo e, incluso, conocen la penalidad que les cabe en caso de que esto suceda.
Además, al consultar el comportamiento que tienen cuando toman alcohol, el 71,6 manifestó que si conducen no beben nunca; el 26,6% expresó que controlan la cantidad de alcohol que beben previamente; y el 1,3% indicó que no controlan demasiado la cantidad de alcohol que beben.
La encuesta, a su vez, diferenció las respuestas entre géneros y edades. Como rasgos sobresalientes, se observó que las mujeres son las más precavidas al volante y que los jóvenes son los que mayor cantidad de respuestas correctas obtuvieron al hablar de la cantidad de alcohol permitida y el tiempo que tienen que dejar pasar para volver a manejar en el caso de que hayan bebido.
“Campañas efectivas”
“Debemos comprometernos de verdad. Los siniestros viales son un drama que golpean a diario y la mayoría de ellos podrían evitarse. Hay que hacer campañas basadas en la educación vial, el respeto a las normas y al otro, y controles que sirvan para evitar que siga reproduciéndose esta dura realidad”, sostuvo Lorenzino.
En ese sentido, agregó que “la Defensoría buscará colaborar con los municipios para que lleven adelante acciones efectivas que muestren la realidad del problema y que fortalezcan los controles para evitar que sigan perdiéndose tantas vidas por culpa del manejo irresponsable”.
Falta de concientización
El Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, a cargo del Defensor del Pueblo adjunto, realizó un focus group con jóvenes de entre 18 y 30 años. La mayoría reconoció haber manejado automóviles en situación de ebriedad y dijo conocer al menos a una persona que, producto de la ingesta excesiva, terminó en coma alcohólico.
En tanto, cuando se los indagó sobre los riesgos para la salud que implican las bebidas alcohólicas, sólo refirieron efectos inmediatos tales como la “resaca”, descomposturas y náuseas. No pudieron identificar los efectos que trae aparejado el consumo sostenido de alcohol como por ejemplo la deshidratación y distintas enfermedades asociadas.
El focus group se realizó con el objetivo indagar en las motivaciones de jóvenes y adolescentes ante esta problemática. Se pudieron constatar cifras de consumo en ascenso desde edades cada vez más tempranas y un hábito internalizado estrechamente relacionado a la sociabilidad y la diversión. En ese sentido, la propuesta del estudio se orientó a intentar conocer, de boca de los protagonistas, el vínculo y significado de la ingesta de alcohol, desde el plano simbólico, hasta las experiencias personales, generando así una mirada transversal al consumo.
“Si bien los datos son alarmantes, no debemos caer en el facilísimo de estigmatizar a los jóvenes. El consumo excesivo de alcohol es la principal adicción en nuestro país. Es una problemática que atraviesa distintas clases sociales y grupos etarios, por lo cual se requieren políticas públicas específicas que apunten a la prevención y también a la sanción de aquellos automovilistas que conducen bajo los efectos del alcohol. En ese sentido, podríamos ver las políticas que se instrumentan en otros países como España donde se aplica la inhabilitación especial a quien, con una tasa de alcohol en sangre superior a 1 gramo por litro, se pone frente al volante de cualquier tipo de vehículo automotor”, explicó Martello.
Causa de accidentes
En la Argentina no existe un criterio unificado a la hora de elaborar estadísticas sobre accidentes de tránsito. De ahí la divergencia entre los números oficiales y los registros que elaboran ONG´s como Luchemos por la Vida. En ese contexto, especialistas de distintos ámbitos institucionales coinciden respecto a que el consumo de alcohol es una de las principales causas. Según Luchamos por la Vida, la incidencia llega al 50%.
Bebidas alcohólicas de preferencia
Los jóvenes que participaron del focus son oriundos de La Plata, de distintas ciudades del interior bonaerense, como así también de otras provincias como Mendoza y Misiones. Casi todos ellos manifestaron que la cerveza y el fernet son sus bebidas alcohólicas preferidas. También mencionaron Campari, vino y bebidas blancas vodka, ron y tequila.
Asimismo, comentaron que la edad en laque comenzaron a tomar alcohol fue entre los 13 y 15 años. Cabe destacar que, según la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR), a nivel nacional la edad promedio de inicio se ubica en los 12 años, mientras que desde el Observatorio de Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo se pudo detectar -en talleres de prevención y concientización que se vienen dictando en escuelas de gestión pública y privada- casos de adolescentes que afirmaron haber empezado a beber a los 11 años.
Respecto a los energizantes, los participantes del estudio cualitativo contestaron que lo toman mezclado con vodka o champagne en el boliche porque “pega más”.
A su vez, entre las motivaciones que describen en relación al consumo de alcohol, relatan que es por gusto, por ser algo cotidiano, o porque lo genera el ambiente. También por pertenencia, para mejorar el momento y para acompañar al grupo.
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