Pablo Miguel Rasuk es presidente del Colegio de Abogados del Departamento Judicial Junín desde el 1 de junio último. Matriculado como abogado en 1988, diez años después estaba trabajando en el Colegio, en principio en el Tribunal de Disciplina donde ocupó distintos cargos hasta ser titular durante cuatro años.
En lo que es el consejo directivo del Colegio, en la gestión 2014-2018, durante la presidencia de Lisandro Benito, Rasuk ocupó la vicepresidencia primera.
Luego de asumir como presidente del consejo directivo fue designado consejero suplente en el Consejo de la Magistratura de la Provincia de Buenos Aires. Rasuk aclaró que el actual presidente del Consejo de la Magistratura de la Nación es un matriculado de Junín, el doctor Miguel Piedecasas, hecho que era un honor para los abogados de nuestro medio.
En lo que es Provincia, el entrevistado explicó que en el Consejo de la Magistratura provincial, con el estamento de los abogados, que son ocho, participan en la toma de exámenes, entrevistas, selección y control disciplinario de la actividad de los jueces de la Provincia de Buenos Aires.
Ejercicio profesional
En determinadas cuestiones, la actual gestión del Colegio de Abogados de Junín es una continuidad de la anterior, con un plan de trabajo y cuestiones iniciadas, sabiendo que desarrollarlas iba a exceder un mandato.
“Se conformó un equipo y se dio continuidad a la gestión, con cuatro pilares. El primer pilar es el control de la matrícula, es decir cómo ejerce la actividad el profesional, a través del Tribunal de Disciplina, con el cumplimiento de las normas de ética y del respecto del ejercicio profesional”, manifestó Rasuk.
Respecto a este tema, el entrevistado explicó que cuando el consejo toma conocimiento de que alguna persona no fue bien asistida o que sus intereses no han sido debidamente cuidados por algún matriculado, y había una denuncia al respecto, empezaba un procedimiento establecido.
“Muchas veces los conflictos son entre letrados, entonces un letrado puede denunciar a otro por alguna actitud que esté en contra del reglamento de las normas de ética profesional y a su vez de la ley de Ejercicio profesional. En principio el consejo directivo considera si puede haber alguna vulneración al respecto, luego se pasa al Tribunal de Disciplina, donde hay un proceso administrativo con algunas connotaciones penales donde el letrado es citado, se defiende, ofrece prueba y hay sentencias, de advertencia individual, de multa, de advertencia en el consejo, de suspensión y hasta de exoneración. Obviamente, el abogado puede apelar. Todo va al consejo superior del Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires y luego a la Justicia Contenciosa Administrativa. Tenemos mucho cuidado que no haya ninguna injerencia del consejo directivo, ninguno de sus miembros integra el Tribunal de Disciplina”, dijo.
COMENTARIOS