En un año que viene complicado para el agro por los avatares económicos y climáticos, la cosecha de trigo de los próximos meses podría ser un punto de despegue y recuperación para el sector.
Si bien en medios nacionales se habla de cosecha récord, en nuestra zona los especialistas son más cautos. No obstante, destacan que, de las últimas dieciséis campañas, solamente en una hubo niveles de siembra de esta gramínea similares a la de esta 2018/2019. Es que se sembraron, en nuestro partido, entre 30 y 35 mil hectáreas, algo que no sucedía desde el año 2010.
Referentes del sector aseguran que los productores se volcaron a este cultivo por encontrar precios internacionales y condiciones climáticas favorables.
Evolución de los cultivos
“Se ha sembrado mucho trigo en la zona. Por supuesto que no se va a llegar a lo que se hizo en otras oportunidades, en 30 o 40 años atrás, donde se sembraban cerca de 60 mil hectáreas en el partido. No obstante, se va a sembrar más que en los últimos diez o quince años”, señala el ingeniero agrónomo Juan José Cavo, especialista en la materia y ex titular del INTA Junín.
Según sus cálculos, en la presente campaña “se van a implantar más de 30 mil hectáreas, con lo que, si bien estaríamos lejos de las mejores épocas, sería un avance muy importante respecto de los últimos años”.
Es que, desde el año 2002 hasta la actualidad, solamente en una oportunidad –en 2010– se alcanzó a sembrar 30 mil hectáreas. En las 16 últimas campañas el promedio de implantación de trigo fue de 20.500 hectáreas, con algunas muy bajas –como las de 2009 y 2015– con 15 mil hectáreas cultivadas con esta gramínea, y el piso del año 2012, cuando se sembraron apenas 10 mil hectáreas.
Impacto económico
El impacto económico de una campaña de esta envergadura sería muy importante para la ciudad y la región.
“Si se siembran 30 mil hectáreas, a un promedio de cuatro toneladas por hectárea, son 120 mil toneladas –explica Cavo–; y si bien el valor del trigo es muy variable, se podría calcular un promedio de unos seis mil pesos por tonelada”. De modo que, si se dieran estas previsiones, habría una inyección de unos 720 millones de pesos, “una cifra que es muy importante para la zona para la cosecha fina”.
Análisis
Para Rosana Franco, titular de la filial Junín de Federación Agraria Argentina (FAA), “hablar de cosecha récord es un poco apresurado”. Y, sobre este punto, agrega: “Es cierto que el productor apostó fuertemente al trigo por cuestiones económicas y de maleza resistente, y que, entonces, la gente ha sembrado lo que solía hacer y algunos lo han hecho en mayor medida, pero todavía tenemos un camino largo por recorrer en lo climático porque recién vamos a estar cosechando la primera quincena de diciembre, por lo que todavía faltan tres meses y no sabemos cómo va a venir el clima”.
La dirigente de FAA considera que hay dos razones, principalmente, que explican por qué este año se sembró más trigo: “Primero, porque no tienen retenciones y el precio es conveniente. También porque hay productores que han perdido casi dos tercios de su cosecha entonces, al tener financiamiento de una tarjeta de crédito agropecuaria, más el esfuerzo que han hecho las cooperativas para ayudar al chacarero, lo mismo que los acopios haciendo un trabajo de financiamiento al productor para semillas, fertilizantes, agroquímicos, y eso decidió al hombre de campo a apostar a esta siembra de trigo”.
Cavo también señala que hubo dos factores que influyeron en este comportamiento de los chacareros. Uno de ellos tiene que ver con “la coyuntura internacional muy favorable” por la baja producción de trigo que hay otros países productores, como Rusia o Australia. El otro se explica en las “cuestiones climáticas, que tal vez sea más importante”, porque lo meteorológico determinó que se pudiera sembrar este cereal sin un contexto de inundaciones ni sequía. “Ya en el mes de mayo –añade Cavo– hubo que decidir a partir de las condiciones que se veían en ese momento, que era un escenario muy favorable porque veníamos de un abril lluvioso y, al parar las precipitaciones, normalizarse el tiempo y dejar de encharcarse los suelos, sumado a los pronósticos convenientes, el productor se inclinó a sembrar”.
El presidente de la Sociedad Rural de Junín, Joaquín Elósegui, coincide en que “se ha sembrado mucho trigo y está en muy buena calidad” a partir de que “la condición climática es muy buena”.
El dirigente ruralista ratifica que “esto también responde al precio, ya que el trigo tiene un valor alto, hoy se puede vender a cosecha a 220 dólares, que es muy interesante”. Por tal motivo, el productor, que “en este último tiempo estuvo muy desfinanciado” consideró que “esta cosecha fina, con estos valores, se presentaba muy atractiva y por eso se sembró mucho”.
Cómo está el trigo
El trigo “está en un estado normal, bueno” explica Franco sobre la marcha del cultivo. Según dice, se aprecia “en un estadío de unos 15 a 20 centímetros, y eso es porque los factores meteorológicos vienen acompañando”. No obstante, la dirigente de Federación Agraria insiste en que “es pronto para hablar de súpercosecha”. Y puntualiza: “Sí podemos decir que decir que sembramos más, tal vez un 30 por ciento más en algunos productores, otros han hecho el doble, es bastante disperso y disímil, porque en esto también tiene mucho que ver la situación económica de la persona de campo, alguno habrá estado un poco mejor y pudo hacer más hectáreas, porque el trigo también requiere de fertilizante, una buena semilla, tratamiento, control de enfermedades de hoja, así que se ha hecho, en la medida que ha podido, el mayor esfuerzo para poder sembrarlo”.
Para Cavo, “el trigo está muy bien, hasta el momento”. El reconocido ingeniero agrónomo advierte que en algunos casos hay lotes que comienzan a encañar, pero la gran mayoría está en un estado de macollaje. “Este es un estado fenológico en donde comienzan a diferenciarse y a multiplicarse los tallos del cultivo –profundiza–, y de ahí viene el encañado, que es cuando los tallos se convierten en la caña, que más adelante va a producir la espiga, que es en el mes de octubre”.
El panorama, entonces, se ve bien encaminado. “Salvo una parte de córdoba que tiene problemas de alguna sequía, que tampoco es demasiado relevante en este momento del cultivo, el resto de toda esta zona está muy bien, y en toda la pampa el clima está siendo bastante beneficioso” analiza Elósegui. De manera que, si todo sigue así, si no hay mayores complicaciones, ni precipitaciones, ni dificultades a la hora de la recolección, “puede ser una muy buena cosecha”.
Balance
Con, al menos, un 20 o un 30 por ciento más de superficie sembrada, Elósegui evalúa que el escenario “es auspicioso, sobre todo por los valores que está el trigo hoy”.
Esto, según su consideración, resulta trascendente para la recuperación del sector y, sobre todo, por lo que puede derramar en la comunidad: “Esto también puede beneficiar bastante al país hacia fin de año, algo importante si se tiene en cuenta que el Estado nacional viene un poco complicado de finanzas, y se reactivarían un poco las economías del interior, que están algo deterioradas. El efecto multiplicador del agro en los pueblos y las ciudades es muy importante, son camiones que se mueven, cosechadoras, tractores, combustible que se vende, gente que empieza a tener más trabajo, entonces se crea movimiento y se vuelve a consumir. Esperamos que pase un poco también por ahí y que del interior se vuelque a todo el país”.
Por su parte, Franco espera que la cosecha sirva para equilibrar todo lo malo que viene atravesando el sector. “Ojalá que haya una buena cosecha de trigo para el país, para los productores, el campo está bastante desfinanciado, así que esperamos que el clima nos ayude, que no tengamos retenciones, que tengamos una buena campaña, y que el gobierno pueda buscar mercados, lo que va a ayudar al país”, enumera.
Finalmente, Cavo hace una evaluación integral del año y, más allá de los números finales del trigo, advierte que este 2018 fue “solamente bueno” porque se vivieron complicaciones en lo climático, “entonces hubo algunos productores que no tuvieron condiciones favorables y otros que sí”. Y concluye: “Fue una campaña muy variable y fue dispar el resultado económico, algunos tuvieron un muy buen resultado porque cosecharon antes de las inundaciones y con muy buenos rendimientos, pero otros tuvieron problemas de recolección, soja manchada, que hubo que vender a un valor muy reducido, con lo cual, el balance no fue muy bueno. La campaña tuvo un resultado de regular a bueno, y esta podría llegar a ser muy buena, siempre y cuando las condiciones sean favorables”.
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