RECONOCIDO PRODUCTOR AGROPECUARIO

Francisco Alzari: “En las entidades, el conjunto está por encima de lo personal”

Comprometido con la actividad, es miembro de la Liga Agrícola Ganadera desde hace más de 40 años, y participa de la Sociedad Rural, donde fue presidente durante el conflicto por la 125. También tiene su estudio de abogado.

La vinculación de Francisco Alzari con el campo viene desde siempre: su padre era productor agropecuario, lo mismo que sus hermanos, y esa fue siempre su actividad.
Ese vínculo se convirtió, entonces, en compromiso absoluto, por lo que se involucró fuertemente en instituciones como la Liga Agrícola Ganadera y la Sociedad Rural, desde donde trabajó arduamente por el sector.

“Durante la 125, la gente vio que había algo injusto y se movilizó”.

Abogado
Alzari hizo la primaria en Fortín Tiburcio, donde nació, y cuando llegó el momento de hacer el secundario la familia se mudó a Junín.
Cuando egresó del Colegio Nacional se fue a Buenos Aires para estudiar abogacía. “Me parecía que era una carrera que en ese entonces abría puertas en el sentido humanitario y social”, dice hoy.
Una vez recibido, regresó a Junín y abrió su estudio junto a su colega Patricio Rosas, con quien compartió bufete hasta que Rosas fue nombrado. Después continuó asociado a su hija Justina, y a Florencia Rosas, hija de Patricio.
Allí atiende, principalmente, cuestiones de carácter civil, comercial, laboral y la atención de empresas. “Y también me he volcado a lo que tiene que ver con el derecho agrario”, agrega.
Al mismo tiempo, se dedicó a su campo, de actividad mixta: “A mí me gustaría hacer más ganadería, pero por la rentabilidad debemos sembrar más de lo que quisiera”.

“El campo no es una isla, está inserto en una comunidad”.

La Liga
Hace más de 40 años que Alzari ingresó a la Liga Agrícola Ganadera, que en aquellos años “era un monstruo” según su definición. “Tenía 300 empleados, era más importante que un banco”, asegura.
Allí estuvo en el centro juvenil, fue síndico y abogado de la, cooperativa. También fue síndico de la Liga de Seguros.
Durante años formó parte de la institución y fue testigo de su hora más aciaga: “El derrumbe de la Liga comienza con la crisis económica de los 90, porque se encontró que tenía mucha deuda y, a la vez, con muchos que le debían, que eran los productores. Entonces era fácil venir a cobrarle a la Liga, pero el chacarero no le podía pagar porque había fallado la cosecha y las cosas estaban muy mal”.
Eso obligó a los miembros a tomar decisiones y la solución se encausó gracias a que esta fue una institución que se sostuvo por la confianza de los asociados y de todo el sector, en general.
Por supuesto fue un proceso lento y trabajoso, en el que se dejaron actividades de lado, hubo que ir desvinculando gente “de una manera honorable y prolija” y se desprendieron de activos.
“Después se dio un recambio generacional que permitió encarar el nuevo sistema que nos imponía la economía –afirma Alzari–, y la incorporación de esa sangre nueva en el consejo de administración fue muy importante, porque el cambio permite nuevas visiones y la posibilidad de la innovación. Ese trabajo permitió que se recuperara la Liga y que hoy siga funcionando, ordenada”.

La Sociedad Rural
Inquieto y con voluntad de participación, Alzari también formó parte de la Sociedad Rural de Junín.
Ocupó la presidencia entre 1993 y 1996, luego pasó a ser delegado de Carbap (la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa), donde participó de la Mesa Ampliada, fue vocal, prosecretario, secretario y llegó a ser vicepresidente.
Luego, volvió a ser presidente de la Sociedad Rural de Junín, entre 2006 y 2009. Es decir que estuvo al frente de la entidad durante el conflicto con el Gobierno por la 125: “Eso fue terrible porque se iban encendiendo las pasiones, la movilización era permanente, pero acá la comunidad apoyó mucho. La gente vio que había algo injusto y se movilizó. Por eso yo digo que hay que ser muy prolijos cuando hacemos los reclamos, porque el campo no es una isla, está inserto en una comunidad, por eso tenemos que pelear entre todos”.
Cuando dejó la presidencia hubo, aquí también, una renovación: “Para mí, lo único permanente es el cambio, y propusimos que ingresara gente joven. Y así se hizo”.
Desde entonces mantiene contacto fluido con la Rural a partir del lugar que la institución le da a los ex presidentes como personas de consulta.

“Si bien uno participa de una entidad como miembro y puede eventualmente presidirla, el grupo de gente con el que uno ha trabajado es el que ha logrado las cosas”.

Balance
Al momento de hacer un balance, Alzari piensa en su esposa, Juana, y sus tres hijos y se manifiesta feliz y “conforme”.
Y aunque admite haber descuidado bastante su actividad en el campo por dedicarle tiempo a las entidades, donde pudo estar “a partir de la confianza de tanta gente” que le permitió cumplir esas funciones. Y concluye: “Volvería a hacer lo mismo. Aunque yo creo que no hay que hablar de esto en términos personales porque, si bien uno participa de una entidad como miembro y puede eventualmente presidirla, es una persona más dentro del conjunto, y el grupo de gente con el que uno ha trabajado es el que ha logrado las cosas, el presidente es solamente la cara visible. El conjunto está por encima de lo personal. Y teniendo en cuenta, siempre, que hubo mucha gente antes que hicieron muchas cosas para que nosotros tomemos la posta y sigamos el camino. Por eso digo que el reconocimiento a quienes nos precedieron debe ser eterno”.

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