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Especialistas destacan la importancia de la lactancia materna.
SALUD

Semana mundial de la lactancia: por qué es importante amamantar

Para el bebé, ningún alimento es mejor que la leche materna en cuanto a calidad, temperatura y equilibrio de sus nutrientes. No tiene costo alguno y sus características se van adecuando a las necesidades del niño, señalaron los especialistas.

La Semana Mundial de la Lactancia se desarrolla del 1 al 7 de agosto en más de 120 países y la Argentina es una de las naciones adheridas. La ocasión sirve, entonces, para promocionar las múltiples ventajas de dar el pecho a nuestros bebés.
Para el bebé, ningún alimento es mejor que la leche materna en cuanto a calidad, temperatura y equilibrio de sus nutrientes. No tiene costo alguno y sus características se van adecuando a las necesidades del niño, a medida que este crece y se desarrolla, proporcionando protección inmunológica.
Por tener la concentración adecuada de grasas, proteínas y lactosa, la leche materna es de muy fácil digestión y no produce constipación ni sobrecarga renal.
Es recomendable que tu bebe se alimente solo con leche materna hasta los 6 meses exclusivamente, que es cuando se inicia la alimentación complementaria y que la misma se continúe hasta los 2 años.
El amamantamiento, especialmente si éste se inicia inmediatamente después del parto, produce un reconocimiento mutuo entre madre e hijo y se establece entre ellos un fuerte lazo afectivo o "apego".
Los recién nacidos que toman leche materna en su primera hora de vida (hora de oro) registran menos problemas de salud a lo largo de su vida, porque previene a obesidad infantil, alergias diarreas e infecciones respiratorias.
Además es importante informar que amamantar previene enfermedades maternas como cáncer de mama, depresión post parto y disminuye la pedidas hemáticas
“El retorno al trabajo es una causa de motivo de abandono, las madres trabajadoras puedan extraer y conservar su leche aumentando las posibilidades de continuar amamantando.

Consejos y prevención
Nuestro objetivo es promover una lactancia satisfactoria y evitar el cese de la misma, es por ello que es importante algunas sugerencias para la conservación:
• La leche materna se conserva durante 4 horas a 6 horas a menos de 26 grados de temperatura ambiente (fuera de la heladera), 48 hs. en la heladera, 14 días en congelador, y 3 meses en el freezer. En verano es conveniente acortar estos tiempos. Es importante mantener la cadena de frío.
• Bajar a la heladera la noche anterior la leche que se le ofrecerá al bebé al día siguiente.
• Para calentar la leche, entibiar el recipiente que contiene la leche bajo el chorro de agua caliente. No hervirla, ni calentarla a “Baño María”, también evitar el horno microondas.
• Si se necesita utilizar la leche congelada colocar el envase bajo el agua fría y gradualmente ir agregando agua caliente hasta adquirir temperatura ambiente.
• La leche se fracciona espontáneamente, quedando desnatada en el fondo del recipiente. Basta agitarla para que vuelva a unirse.
• La leche que el bebé no consuma, debe ser descartada.
• Si trabajas varias horas fuera de tu casa, podes dejar leche materna para tu bebé.
• La extracción de leche también en el trabajo es fundamental para mantener la producción, te mantiene cómoda y reduce el goteo de leche.
• Cada mamá deja lo que puede, lo importante es continuar con la lactancia.
Puede suceder que la leche descongelada presente olor a rancio; esto es debido a la acción de la lipasa (una enzima presente en la leche materna para facilitar su digestión a los bebés). Dependiendo del nivel de lipasa de la leche, puede notarse el olor rancio después de que la leche se haya enfriado en heladera, o después de que la leche haya estado congelada durante algún tiempo. No obstante, esta leche no es perjudicial para el bebé, pero muchos la rechazan.
Para prevenirlo, se puede escaldar la leche, poniéndola en un recipiente a calentar hasta que empiece a formarse burbujas contra los bordes del recipiente. Se aparta del fuego, se deja enfriar y se puede congelar (escaldar no es hervir). Se puede hacer la prueba, descongelando un poco de leche y comprobando su sabor y olor.
Este proceso de escaldar se puede hacer con leche recién extraída; la leche descongelada que presente olor a rancio ya no se puede “recuperar”, puesto que no se debe congelar más de una vez ningún alimento.

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