Margarita Stolbizer: “Cambiemos financió sus dos campañas con dinero ilegal”
Esta semana la ex diputada presentó a la Justicia 150 casos de los llamados “aportantes truchos”. En una entrevista con este medio remarcó que “no alcanza” con la renuncia de la la contadora General y cuestionó que los candidatos que encabezaron en 2017 “están escondidos”. También tuvo críticas por el manejo de la economía del Gobierno nacional.
Ayer estuvo en Bragado y Chivilcoy ¿cuál fue el motivo de su visita?
-A veces uno ve que dicen “empiezan a recorrer” y en realidad es algo que no he dejado de hacer nunca. Ya terminé un recorrido por todas las secciones electorales y ahora volví a la Cuarta, esto siempre es bueno como para conversar con la gente del lugar, muchos quieren saber qué estamos haciendo. Estuve acompañada por Marianela López, que es nuestra referente en la región.
-¿Qué estuvo recogiendo en sus visitas a los distintos distritos de la Provincia?
-En general, la preocupación está muy focalizada en los problemas sociales que ocasionan las cuestiones económicas. Hoy la realidad nuestra está cruzada por las dificultades para pagar las facturas, la crisis del empleo, la crisis del consumo, cómo se va dando todo esto casi en un efecto dominó, porque cuando las pymes empiezan a tener problemas, eso nos termina afectando a todos, porque en toda familia hay alguien que tiene una pyme o trabaja en una, y al comenzar los inconvenientes para pagar los gastos fijos, se empieza a pensar en suspender trabajadores, despedir, o cerrar, y eso siempre tiene un impacto en el grupo familiar. Y eso es lo que vemos con preocupación. Además, se ve la desorientación de un gobierno que no parece tener un plan, entonces están todos los días sobre la coyuntura, sobre el corto plazo, a ver qué se hace para contener el dólar, y no se están ocupando de resolver los problemas que la gente tiene en su vida cotidiana. Hay casi una subestimación o un desprecio por esa situación. Yo siempre digo que la mayoría de los funcionarios de este gobierno nunca tuvo un problema para pagar la factura de la luz, entonces le cuesta mucho entender que otros sí lo tengan. Y también han fallado en las metas que ellos mismos se impusieron, subestimaron el problema, el propio Presidente había dicho que “bajar la inflación no es tan difícil” y no pueden cumplir ni siquiera con las metas que se proponen, y ahora ya ni metas hay. Esos problemas de la economía, la debilidad con que se llega al préstamo del Fondo, hay que leerlo en términos de la vida cotidiana y cuanto esto le afecta a la gente.
-Esta semana usted presentó a la Justicia 150 nuevos casos de los llamados “aportantes truchos” de la campaña electoral de Cambiemos, ¿por qué se interesó por el tema?
-Estas no son cosas que a mí me guste hacer y siento la defraudación que siente la mayoría de los argentinos porque, después de un mal gobierno que tuvimos, los que llegaron con promesas de cambio terminan haciendo las mismas malas cosas que hacían los anteriores. Yo recibí casos de gente que figura como aportante a una campaña y dicen que, en realidad, nunca lo fueron. Ahí empecé a analizar el tema, más allá de las personas, para tratar de desentrañar una maniobra, y esto es lo que me llama la atención y por eso lo presento. Cambiemos financió sus dos campañas, de 2015 y 2017, con dinero ilegal. Esto quiere decir que lo aportaban quienes no podían hacerlo, o aportaban más de los límites que la ley fija, entonces tienen que recurrir a falsos aportantes para hacer ver como que ellos son en realidad los que ponen la plata. Es algo tremendo, ruin, cuando se utiliza la identidad de una persona a la que ni siquiera le avisan, personas que copiaron de distintas listas para hacerlos pasar como aportantes. Se ha hecho, además, de manera planificada, por eso hay una maniobra, porque en todos los casos se tuvo en cuenta la capacidad económica de la persona a quien se le utilizaba la identidad, entonces al que tiene una pyme lo pusieron con un aporte de $20.000, a los candidatos con $38.000, pero los que reciben planes sociales –si se quiere, el caso más inmoral– esos figuran con aportes pequeños. Y de esta manera recibieron 40 millones de pesos en efectivo. Hay cuestiones de fondo: en un país como el nuestro, con los problemas sociales y la pobreza que tenemos, no podemos gastar lo que se gasta en las campañas electorales, eso es una obscenidad. Y lo otro es que se gasta mucho más de lo que la ley permite. Y además, que son empresas que tienen prohibido aportar y lo están haciendo, un contratista del Estado lo tiene absolutamente prohibido, entonces se simula que la plata la ponen otros y, en realidad, es una devolución de favores de empresas que tienen contratos con el Estado y terminan siendo aportantes de campaña.
-¿Es suficiente con la renuncia de la contadora General, María Fernanda Inza?
-Por supuesto que no. A mí me llama mucho la atención que los candidatos que fueron más votados en la última elección no den la cara, no den una explicación. Es lógico que lo hagan ante la Justicia, pero también se deberían sentir obligados a pararse frente a una cámara, asumir la situación y dar una explicación. Hicieron campaña con un discurso, después termina sucediendo todo lo contrario y ni siquiera se hacen cargo. Están escondidos. Entonces la Gobernadora asume el costo político de esto, algo que también es lógico porque ella, además, es la presidenta del partido, pero no es suficiente sacar a la contadora. El error fue haberla puesto ahí, porque fue nombrada dos días antes a sabiendas de todos los problemas que tenía, porque era la tesorera de Cambiemos y fue interventora del partido. El tema también es mucho más extendido que la provincia de Buenos Aires, hace unos días la Justicia de Santa Fe le aplicó a Miguel del Sel una sanción fuertísima, que es la inhabilitación para ocupar cargos públicos, porque no se pudo corroborar ni el origen ni el destino de los fondos de campaña, esto es gravísimo. Esto fue respecto de la campaña de 2011, después Del Sel volvió a ser candidato, en 2015, ¡y casi gana! Entonces hay una práctica muy extendida, es muy grave que se utilicen los listados de la Anses para transformar a los beneficiarios de planes sociales en aportantes falsos de la campaña. Es una situación muy grave. Y el problema es que nos termina encastrando a todos, porque la gente cree cada vez menos en la política. Si estos que llegaron con promesas de cambio, de ser distintos, de ser republicanos y transparentes hacen estas cosas, eso le quita credibilidad a la política.
-¿Esta práctica es sólo de Cambiemos o es más común de lo que se cree?
-A mí no me gusta aceptar estas cosas. Hace pocos días se conoció que los únicos que tuvimos los balances aprobados de la campaña del año 2015 fuimos Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda, y mi caso, del Frente Progresista. Y después todos se volvieron a presentar porque, además, estas cosas salen a la luz siempre tarde. Por eso no todo es lo mismo. Nosotros somos los que más dificultades tenemos para afrontar una campaña electoral porque tenemos menos recursos, no utilizamos dinero público ni los bienes del Estado como hacen los que son gobierno, nos cuesta una enormidad pagarle a un contador para tener las cuentas en orden, mientras que los que tienen todo son los que terminan haciendo trampa. Me parece que en algún momento los argentinos tenemos que pararnos, no sé si los ciudadanos nos escandalizamos lo suficiente frente a las cosas que pasan, pero a mí me sigue pareciendo inconcebible que, teniendo la señora de Kirchner los procesos penales que tiene pendientes, con tantos elementos que prueban los delitos que se cometieron, esté sentada en el Senado como si nada y pueda volver a ser candidata.
-En las últimas elecciones el GEN se presentó en alianza con el Frente Renovador. Usted también mantuvo reuniones con referentes de otros sectores, como Martín Lousteau, Ricardo Alfonsín y Miguel Lifschitz ¿En qué lugar está hoy su partido?
-Nosotros siempre dijimos que los años que no son electorales, sobre todo después de haber perdido dos elecciones, lo que teníamos que hacer era replegarnos, trabajar muchos sobre nuestra identidad, tratar de fortalecer a construcción de una alternativa política progresista y ética. Pese a los malos resultados, yo sigo pensando en eso. Yo hice las dos últimas campañas electorales, en las que no me fue bien, hablando de los dos grandes pilares sobre los que yo creo que se construye una nación, que son la igualdad –para que todas las personas tengan las mismas posibilidades– y la decencia. No me fue bien porque los argentinos tuvieron otras motivaciones, pero sigo pensando que eso es válido. Frente a un Gobierno que cada vez se muestra más conservador, hace falta cada vez más un gobierno progresista. Frente a la degradación de la política que significan todos estos actos de deshonestidad, cada vez hace más falta una alternativa que sea ética. Entonces trabajo para construir eso desde el partido GEN. El año pasado yo hice una coalición electoral con Sergio Massa, hoy él trabaja para fortalecer su partido y nosotros el GEN, y veremos el año que viene si repetimos o no esa unidad. Yo también trabajo con Lifschitz, con Alfonsín, hoy mismo (por ayer) vamos a tener una reunión para tratar de ampliar el espacio, porque también van a participar referentes de Massa en esa conversación. Creo que hay que intentar armar una alternativa intermedia para que los argentinos no tengan que elegir entre todo lo mal que está haciendo este gobierno, o que la opción sea volver atrás con Cristina Fernández de Kirchner.
-Hablando de “lo mal que está haciendo este gobierno”, el oficialismo le adjudica una parte importante de responsabilidad en esto a la gestión anterior ¿usted qué cree de eso?
-Por supuesto que lo hay, sin ninguna duda, tal vez debieron explicitarlo mejor desde un comienzo. Ellos nunca colaboraron realmente para que Cristina Fernández rindiera las cuentas que tenía que rendir, por eso la mantuvieron ahí, viva y latente, porque a ellos les encanta competir con ella porque sienten que en ese terreno ganan. Pero eso es muy malo para la Argentina. La herencia existía, sí, pero ya después de casi tres años de gobierno, no nos pueden seguir hablando de eso. A mí me llama la atención la tolerancia que tenemos respecto de un gabinete que nos sigue diciendo que su plata la tiene afuera, que los ministros siguen haciendo negocios con su dinero en el exterior porque no confían en el país que ellos gobiernan hace tres años Y después quieren que otros hagan inversiones en el país. Hay herencia, pero hay mucho de mala praxis. Cuando compitieron nos contaron que tenían todas las respuestas, que tenían el mejor equipo, entonces no sirve seguir llorando. Días pasados vino al país José Luis Rodríguez Zapatero, el ex presidente de España, y al definir el liderazgo decía que el líder es el que no llora, que no se queja, que no le echa la culpa a los demás, es el que pone el pecho y es el que recibe igual los halagos y los silbidos. Y uno siente que hoy no hay un liderazgo claro.