Tras la desaparición del vinilo con la llegada del CD en la década de 1990, hoy en Argentina comenzaron a fabricarse nuevamente discos de bandas nacionales. Son las ya clásicas reediciones de discos de rock nacional entre las que se cuentan Artaud, Manal, Soda Stereo y Charly García.
El piso de venta al público generalmente es de $600 en adelante, y otros superan los $1000 dependiendo de si es doble o si corresponde a una edición especial, mientras que para los discos extranjeros ese valor es el piso.
Pero también existen quienes optan por ‘recolectar’ los originales que fueron fabricados en las décadas de los ‘60, ‘70 y ‘80, cuando las bandejas de tocadiscos y la radio eran el centro de atención en cualquier hogar de Argentina o el mundo.
Entre estos “nostálgicos” se encuentra el juninense Norberto “Beto” Fernández quien a sus 15 años, luego de pasar por el casete, le tomó el gusto al vinilo por el valor emotivo de este formato y la calidad del audio.
Hoy tiene una colección de alrededor de 300 discos entre EP, simples o longplay y pasa música con dos bandejas en nuestra ciudad y la Región como en los viejos tiempos.
Seguramente por su gran calidad y definición del audio, “el vinilo nunca pasó de moda”, comenzó diciendo en diálogo con Democracia.
“Al principio conocí el casete y después descubrí el vinilo en los estantes de la casa de mi abuela. De ahí empecé a rescatar y encontré un simple de uno de los primeros reggae argentino que se llamaba Donald quien viajó a Jamaica donde escuchó un tema instrumental y le puso una letra”, explicó.
“Justo habían comprado un equipo en casa y empecé a escuchar los discos a mis 15 años. La gente dice que el vinilo es de antes, pero lo cierto es que siempre fue actual. Acá en Argentina se dejó de fabricar en la década de 1990 cuando salió el Compact Disc, pero siempre hubo los que llegaban de afuera”, indicó.
“Ahora Sony está reeditando en nuestro país este formato de rock nacional por lo que podés comprarte uno nuevo a 500 pesos, ya que el original de los ‘80 cuesta 3 mil pesos. Lo que tienen estas nuevas ediciones es que se toma el máster digital que se usó para elaborar el CD, ya que no era análogo”, informó.
“Tengo muchas rarezas que estaban en la basura”
“A mí me gusta rescatar los discos acá en Junín, perdidos y te encontrás con cosas muy interesantes de bandas que ni te esperabas encontrar. El vinilo te da otro contacto, es como leer un libro o ver la serie en TV”, aseguró el coleccionista y DJ.
“Te lleva a descubrir rarezas de versiones de temas populares internacionales como del jazz de los ‘50 o ‘60. Hay ‘temones’ con los que parás las orejas y le prestás otro tipo de atención que escuchar por la radio”, explicó.
“Además estos discos te dan la posibilidad de conectarte con las bandas memorables como Almendra, que además de tener ‘Muchacha ojos de papel’ tiene otros temas. Se puede ver el autor e ir a lo más profundo de cada composición, o sea toda la información”, exclamó.
“Yo estoy recuperando discos por todos lados, tengo muchas rarezas que habían ido a parar a la basura, o a una estantería de un patio mojándose. Hay algunos que los tuve que limpiar mucho y me importa que suenen bien”, informó.
“Por ejemplo encontré uno de una banda juninense que se llama Agly Boys, de los años ‘60 y el tema se llama ‘Triste adiós’. Ahora está en YouTube y fue compartido en las redes sociales que tuvo buenas repercusiones”, recordó. Y agregó: “Tocaban los hermanos Miguel y cantaba Biondini de quien también tengo un simple cuando tocaba en la banda ‘Magia Negra’ en la cual estaba Aguilera. Me enteré que hay un vinilo más local de un hombre que arregla electrónica, pero que él no lo tiene”.
“Después está el grupo de Los Marchetto que tienen editado un longplay también y creo que es el único en nuestra ciudad”, confirmó.
“Uno de los hallazgos más importantes puede ser el disco Artaud original de la banda Pescado Rabioso que lo encontré ‘matado’. Lo lavé, lo acomodé, ya que le cortaron las puntas del sobre para que entre con el resto de los empaques. También tengo el de Almendra, pero sin su caja”, respondió.
“Después tengo unos discos de la radio Fortín Federación que ya cerró y habían tirado los discos a la calle que se los llevó una señora. Fui a su casa y rescaté de bandas inglesas de ska que a mí me gustan como Bad Manners y no lo podía creer. Otro de Yellow One importado canadiense que estaba en un basural”, conmemoró.
“Otra cosa que me llama la atención es ver las bolsitas envolventes que te daban en Bringeri, Naldo Lombardi y Casa Guirao”, subrayó.
El Himno de Sarmiento, tango y folclore
Por ejemplo, continuó diciendo “tenía discos del ‘Himno de Sarmiento’, de la primera edición en disco de pasta en 78 revoluciones y en el ascenso del ’80 lo reeditaron en el material vinilo. Se los regalé a unos amigos que son fanáticos”.
“Otro gran hallazgo fue un vinilo de 10 pulgadas (EP) de un programa radial llamado ‘El Lanudo de Cara Negra’ que tenía una peña de folclore y tango que editaron un vinilo con canciones y poemas de los barrios de Junín como Las Morochas, El Molino y Villa Belgrano. Lo quiero subir a internet porque está buenísimo”, exclamó.
“La vez pasada le mandé a un amigo del Club Villa el tango del barrio por un mensaje de celular y se hizo viral. La letra está buenísima y es un hallazgo copado y por eso me gusta ‘revolver’ en nuestra ciudad”, informó.
“Además también tengo discos de cumbia peruana y colombiana; tengo muchos de ska, reggae, soul, punk, jazz y música disco de los 80; brasileros de bossa nova como Hermeto Pascoal y tengo de todo”, remarcó.
No es sólo que pongo música de los 80. Además tengo vinilos y casetes de bandas de Buenos Aires que fueron editados en este último tiempo.
“Hago selección musical”
“Yo paso música con una bandeja Technics y una Garrard inglesa y con un mixer me adapto a cualquier sonido. No toco como un DJ si no que hago ‘selección musical’ mezclando entre tema y tema”, indicó sobre su actividad como Disc-jockey.
“Yo arranqué pasando música en recitales, ya que tengo una banda llamada Ambassador. Hicimos ciclos en Piaf en Villa Belgrano todos los domingos a la tarde donde comencé con más fuerza”, aseguró.
“Luego empecé a ir con bandas amigas a Pergamino donde tengo a un amigo, DJ Custom que pone más rock internacional; hicimos eventos el verano pasado en La Loma de Laguna de Gómez con ‘Coco’ Giaccone que pasa ‘salsa’ y viajé a Colón hace poco”, explicó.
“La gente se pone a escuchar como si fuera una banda y a muchos les agarra la nostalgia. Había uno que se quedaba ahí bailando hasta tarde y se conocía todo los temas ochentosos. Después agarramos fiestas, cumpleaños y cervecerías (Malabar), ya que el vinilo con la birra van de la mano”, comentó.
“El próximo sábado voy a estar en el nuevo bar Berbeck y una vez por mes estoy poniendo música en encuentros birreros con cervezas locales”, informó.
La calidad y la tecnología
“Si tenés una buena bandeja y el disco está bien grabado, ahí te das cuenta de cómo suena todo por separado. No es que sea mejor o peor que el digital. Por ejemplo en un disco viejo de vinilo tenés grabaciones malas y te cuestan ecualizarlos”, expresó Fernández.
“Acá en Junín no conseguís las púas ni las cápsulas donde va enchufada. Hay que remarcar que no es algo antiguo, sino que siempre estuvo, ya que hay púas muy tecnológicas que son actuales”, remarcó.
“Pero también existen unos nuevos tocadiscos que se consiguen por 4 mil pesos que no suenan bien y son medio de juguetes y traen puertos USB. Pero también están los tocadiscos modernos de buena calidad”, concluyó.
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